viernes, 21 de septiembre de 2012

Quimeras borrachas


 

Al Bórbon le ha salido la vena evangelizadora y, a estas alturas, quiere convertirnos a todos.  En su nuevo papel de apóstol de los valores convivenciales ha dejado escrito que “que sólo superaremos las dificultades actuales unidos”.

¿Unidos con quién? ¿Con los cazadores de osos borrachos y safaris de elefantes en tiempos de crisis inmensa?  ¿O con el suegro de quien afana millones y millones de euros con el respaldo de su Corona al fondo?  ¿Con los banqueros que han destrozado la economía del país con grises, ciegas y ruinosas operaciones especulativas?  ¿Con los que han hecho tabla rasa de los derechos laborales, la sanidad y la educación pública?

El Borbón, quizás como reminiscencia  de sus eternas vacaciones pagadas en aguas mallorquinas, dice que “tenemos que remar juntos”, sabiendo, a ciencia cierta, que a él no le toca nunca remar y que nunca (ni ahora) le han recortado nada.

Habla de “quimeras” y  “modelos de convivencia”, e invoca a una Constitución que él nunca ha jurado a pesar de estar expresamente señalado en el Artículo 61 de la misma, quizás por sentirla contradictoria con los Principios Fundamentales del Movimiento que si juró de rodillas ante el dictador.

¿De qué valores de la transición habla este sátrapa? ¿De los que tenían que garantizar el derecho al trabajo, a la salud y a la vivienda de los españoles?

El redactor –o redactores- de esta carta evangélica hablan de ““el trabajo, el esfuerzo, el mérito, la generosidad, el diálogo, el imperativo ético, el sacrificio de los intereses particulares en aras del interés general” que “parece” ser los que informan la actuación de la Casa Real. ¿Imperativo ético de Undargarín? ¿Sacrificio de los intereses particulares? Parece una broma. Macabra.

¿Puede llamarse “quimera” la aspiración de millón y medio de manifestantes en una comunidad de seis millones?  Bien le haría a este caduco descendiente de borrachos y degenerados aprender un poco de respeto por los que dice gobernar.

Y entre tanta literatura barata el Borbón ha vuelto ha olvidarse de los cinco millones de españoles en paro, de los desahuciados, estafados o recortados en aras de una política asesina de la que no tiene una sola palabra de condena, de la que parece partícipe o cómplice.

En mi tierra, la gente incorpora al decir popular una sabiduría de siglos. Cuando alguien dice algo inoportunamente se concluye: “metete la lengua en el culo”

Pues eso.

 

 

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