miércoles, 26 de octubre de 2016

Crónica de un país pasmado







Érase un país donde la corrupción salía por la ventana.  Resultaba obvio que la primera tarea que tenía que afrontar quien quisiera gobernarlo era desmantelar el entramado criminal que hacía posible este estado de cosas. Y las estafas y despilfarros multimillonarios de los que se pasaba factura a un pueblo exhausto, hambriento y sin trabajo.

Pero no. Los que anunciaron a bombo y platillo que eran la alternativa a la indecencia, eran igual de indecentes. Meterle mano a la gobernanza de aquel país supondría quitarle el pesebre a muchos de su partido, y no estaban dispuestos.  Y se aliaron con los del otro lado. Del pesebre.

La Monarquía de aquel país, pasmado de mangantes, estaba pasmada en dólar. Los partidos que lo habían gobernado, los ex presidentes y los ministros, los dirigentes hasta la escala local, unos iluminados que giraban sobre puertas que engrasaban  las mafias internacionales.

Una confesión religiosa  vivía en el privilegio absoluto. No pagaba impuestos de sus abusivas propiedades y, además, esquilmaban al Estado con una financiación abducida de corte medieval. Inmatricularon-robaron- hasta los retretes de su mucha mierda

La Justicia era una burla. Robar una gallina se pagaba en años de cárcel y robar o evadir miles de millones era una lisonja, que duraba una semana en el candelero crítico. Era el paraíso de la impunidad.

Todos los que tenían poder, robaban. O estafaban. O ambas cosas. Y no pasaba nada. Tenían unos medios de comunicación propios que blanqueaban, adulteraban y manipulaban la realidad. Impunidad elevada al infinito.

¿Y el pueblo? Empotrado, apoltronado, inmóvil. Pasmado también. Toda la infamia de esta realidad pasaba ante sus ojos y se convocaban elecciones tras años y años de atracos, de recortes, de descargar los palos en sus costillas, y volvían a votarlos. A los ladrones.

El moho de las neuronas, la desidia general de pensamiento, palabra y obra hicieron lo que tenían que hacer y el país, sin desodorante, olía a muerto.

Sobre aquella tumba sólo quedaron los rebuznos de los/las bestias. Y el ladrido de los perros. Le llamaban portavoces.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Al Alba de la "Gestora"











“Si te dijera, amor mío,
 que temo a la madrugada,
 y a este gobierno que anuncian
 que nos hiere y amenaza
 y sangran a pensionistas
 liquidando sus ganancias

 Presiento que tras la noche
 vendrá la noche más larga,
 quiero que no me abandones,
 los recortes están ya al alba,
 al alba, al alba.

 La Gestora y susanistas
 se esconden en las cloacas,
 conspirando contra el pueblo
 parece que adivinaran
 que el día que se avecina
 viene con hambre atrasada.

 Miles de buitres callados
 y barones de la “casta”,
 darán gobierno a Rajoy
 porque lo impone la banca,
 maldito baile de fachas
 que lo votaran mañana.

Al alba al alba, al alba al alba…

lunes, 17 de octubre de 2016

Un candidato de rebote







Andan todo apesadumbrados en el PSOE por el dilema a que han abocado al partido el conservadurismo subyacente en las “clases acomodadas” del mismo, la ambición descarada de otros y “otras” y el afán de protagonismo de un magma que traspasó la barrera socialdemócrata para entroncar directamente en el social-liberalismo.

En realidad el PSOE en general y Felipe González en particular fueron, en su momento, el bálsamo de tinte izquierdista que encontraron el Departamento de Estado Norte-americano (CIA) y las ya conservadoras socialdemocracias europeas (Alemania, Suecia,...) para que el referente de la izquierda frente al invento de “centro”, germinado en la Secretaría General del Movimiento Franquista, no fuera el histórico PCE, el único que había mantenido una lucha consecuente y heroica frente a la dictadura. 

Felipe González tiró por la borda el marxismo y lo poco que le quedaba de “obrero” y sentido reivindicativo y comenzó una era de privatizaciones de empresas públicas (120 en total) y a practicar un modelo de gobernar, Gal y Terrorismo de Estado incluido,  en nada diferente de cualquier partido liberal, de derecha sin moderar, homologado en la derecha mundial. 

En realidad, la actual crisis del PSOE lleva gestándose desde hace mucho tiempo. La socialdemocracia europea se ha quedado sin modelo, sin discurso y sin ideología. Venden ideas y verborrea de “izquierdas” durante los periodos electorales y gobiernan a los dictados del mercado y los poderes fácticos cuando ocupan poder.  

Cautivo de esa verborrea, en España le surgió un secretario general que acuño un “No, es no”. Pero a su aparente firmeza se le ha opuesto el “partido real”, el de los cargos, el integrado y entregado al sistema, que maniobrando arteramente le ha obligado a dimitir. 

Sus sesudos analistas dicen que tanto el “No” a Rajoy como la desacredita “abstención” ante las bases del partido son malas. Y quizás todavía no se han dado cuenta, tan aficionados que son a la creación de líderes de cartón piedra, que de esta manera les ha salido uno. ¡Gratis!

Ya tienen candidato para las próximas elecciones, sean cuando sean, y ahora le vendrá bien incluso que le obliguen a abandonar el Grupo Parlamentario por resistirse a no votar no. Asi tendrán a alguien que puede unir en una falsa idea progresista a militantes y agrupaciones descontentas y a votantes socialistas sin carnet, al que pueden presentar con un pedigrí de izquierdas que no podían ni soñar. 

En política nada es hasta que no se demuestra, pero yo creo que no le iría mal ni en unas denostadas e inmediatas terceras elecciones.