domingo, 29 de noviembre de 2015

20 de diciembre




No es que sea la “ex mujer de…” es que es una persona humana y una luchadora, tangible, de primer nivel.

Sacrificada, callada, imaginativa, femenina y feminista, ha sufrido una de las mayores desgracias que puede tener un ser vivo: perder a un hijo en una maldita guerra.

Cincuenta años maestra, directora de centro escolar público, de barrio, -la he “sufrido” reclamándome el pago de la factura de la calefacción de “su” colegio-, cordobesa de Bujalance, conoce la realidad de la infancia y de las APAS como si los hubiera parido a todos.

Inspectora de una calidad educativa que nos duele a todos. Madre de tres hijos, convertidos a su vez, en testimonio de lucha individual y colectiva.

Ciudadana y cargo público ejemplar, no admite influencias ni dominios, fieramente humana, desdeña los envoltorios y la etiquetas.

Jubilada (a los setenta) a su pesar, sueña con su escuela y sus niños que “solo” comen en el comedor escolar.

Lectora empedernida, paseante incesante de las calles recoletas, serenas, humildes y regadas de su ciudad, nunca ha dado –ni dará- una voz más alta que otra.

Cree en una sociedad mejor, cree en el empoderamiento de las clases populares, cree en la izquierda, cree en el poder del pueblo, cree en la vida.

Cuando otros habrían tirado la toalla y la cuchara, ella, a pesar de algún infinito dolor, está en la brecha. No es de las que luchan un día. Ni un mes. Ni un año. Luchan toda la vida. De las imprescindibles.


¿Habrá alguien mejor a quién votar?

viernes, 27 de noviembre de 2015

Mi mochila




Una infancia oyendo “La Pirenaica”,  una juventud leyendo el “Manifiesto Programa”, un megáfono a pilas que apenas aumentaba la voz, reuniones clandestinas en La Palomera, correr delante de los grises el 30 de abril, aprender de Manolo Rubia, entro en “las Juventudes”,  un sindicato independiente de la patronal, los partidos políticos y el gobierno.

El Jurado de Empresa, las asambleas de las 11, el miedo escénico, “te vas a ganar treinta años de estancia en el Hotel Sol”, “quedamos a las doce enfrente El Santuario para hacer la pintada”, Aborto legal, Martín Villa lo es. Cojo el carnet del “Partido”.

El despacho laboralista, firma la demanda, “tú hablas a la Asamblea”, una treenka con botones de hueso, el contacto de Madrid, la glorieta de Atocha, el periódico “Informaciones” de ayer debajo del brazo, Bar “El Brillante”, la detención, “sí, soy de Comisiones”.

Vamos a la mani. La compañera liberada. Una buhardilla en la calle Libertad. El “39”donde la música es de Aznavour.  Me estreno con el amaretto. El pub “La Boheme”. Ese tío es de la Social.

¡Compañero, únete! Una camisa de hilo. El mar. Tengo la piel quemada. La playa al atardecer. Asamos sardinas en la arena y gritamos: ¡Dolores a Madrid! Oímos las olas de púrpura.

¡Como mancha esta vietnamita! Tira ya el cliché. Saca quinientas. ¡Amnistía y Libertad! Hay que buzonear el barrio de Cañero. Duermo en Villaverde, en casa de Marcelino. Quedo con María Amor. El informe económico lo hará Cienfu. El proyecto de convenio hay que debatirlo en la Asamblea.

Conferencia en “el Juan”. Cuidado, viene el “Cara Rana”, el que torturó a Ani. Me llama Julio. No se dice nada de la lucha del metal. Me caen bien los anarcos. Leo a Bakunín. Vamos a negociar con el Comité Intercentros. Salce coordina.

Un cuarto de siglo en la lucha sindical, negocio convenios, hago huelgas, doy charlas, voy a intentar convencer a los huelguistas del campo en Bujalance. Vuelvo a las dos de la madrugada. Tengo frío. Y hambre.  Lucho, luego existo.

He aquí el inventario de mi fe.

Esta es mi mochila.



martes, 24 de noviembre de 2015

Dos hipótesis razonables sobre la crisis y el terrorismo




Nos dijeron que había una “crisis económica”. Era mentira. Fue un invento de los “mercados” para enriquecer a una minoría, aburrida de ganar “poco”. No era crisis, era una estafa.

Hablaron de las “subprime” y de quiebras piramidales de bancos, cuando lo que querían era esconder el inmenso gasto de la guerra de Irak y el boom artificial de ganancias de las empresas de armamento. Explotaron burbujas insostenibles y millones de ciudadanos de países pobres sufrieron el exilio y el hambre.

Nunca se ha generado mayor desigualdad en el mundo. Nunca los ricos han sido tan ricos y los pobres tan pobres. Millones de personas han perdido sus empleos y la capacidad adquisitiva de sus salarios en el mundo para cumplir los designios, diseñados en moqueta, en las cuentas y en los despachos de una élite mundial.

Millones de trabajadores de todo el mundo han visto recortados sus derechos laborales, adquiridos en una lucha de siglos por una falsa crisis, diseñada y ejecutada como una estafa planetaria.

Ahora, visto el éxito obtenido, vuelven con el pretexto del “terrorismo”, que ellos han creado, alimentado y financiado, a plantear una reducción de las libertades a escala mundial, a convertir las ciudades y los países en “estados de sitio”, dominados por las metralletas, la policía y los ejércitos, en un clima belicista, soportado por una propaganda mediática, comprada, amordazada y financiada a su medida.

En unos días, por ejemplo, las libertades de los franceses han retrocedido siglos, el gobierno belga ha hecho el más espantoso de los ridículos, acantonando con tanques las calles, cerrando escuelas y metros. Con el siguiente resultado: un juez ha puesto en inmediata libertad a 19 de los 20 detenidos en un bochornoso estado de excepción.

Contrariamente al mensaje que se da en televisiones y prensa, el gran peligro para la libertad, no son sus “fabricados” terroristas de importación, inventados por sus servicios secretos, el gran peligro son los gobiernos, la derecha recalcitrante atrincherada en sus múltiples negocios corruptos despojando a las constituciones de sus garantías y a los ciudadanos de sus derechos y libertades.

Han diseñado un mundo sin otra razón que el negocio especulativo y la voz de las bombas y los cañones matando inocentes.


Lógicamente, todos estamos en grave peligro. 

viernes, 20 de noviembre de 2015

Los peores atentados de Paris son a la inteligencia





El chauvinismo francés les ha llevado siempre a unos muy reconocibles delirios de grandeza. Cierto que momentos cumbres de la humanidad se han desarrollado en Francia y franceses son personajes decisivos en la evolución del planeta.

Pero el papel relevante de Francia como eje del mundo pasó. Ni su realidad demográfica, ni económica,  ni política, ocupan hoy una posición que nos lleve a pensar algo que a los gobernantes franceses, de distinto signo, aterroriza: que no son una “potencia mundial de primer orden”.

Y mientras tanto, la “grandeur” perdida hace estragos.  Ya no tienen un imperio colonial, Dien Bien Phu fue mucho más que el canto del cisne y su política exterior es errática. Ora está como el miembro más belicista de la OTAN, que cómo el más pasivo.

Entre Mitterrand y Sarkozy han dejado una Francia lista para Le Pen.  No “estuvieron” en Irak pero sí en Libia. Cuando los servicios de inteligencia norteamericanos, británicos e israelíes crean el ISIS, como forma alambicada de garantizar unas guerras y un mercado de armas “sostenible”, del que como en el laboratorio del doctor Frankestein les ha salido un monstruo al que no controlan, Francia va y crea “Boko Haram”, que es lo mismo pero aplicable a África. Pero más sanguinario y en países más pobres.  

Ahora el mundo –para oculta satisfacción de los franceses- vive pendiente de su metrópoli. De sus atentados y de sus excesos. De cómo se liquidan derechos fundamentales que ellos y la humanidad obtuvieron en 1789 por mor de una manipulación propagandista del terror, del que sus dirigentes no son, en nada, ajenos.

Vienen desarrollando una vergonzante guerra colonial en Centro África (Togo, Chad, Malí…) que nadie denuncia y todos ocultan.

Todos sus gestos son de imitación. Si un disminuido mental como Bush, tras los sospechosos atentados de las Torres Gemelas, ordena un bombardeo contra un país que no tenía nada que ver (Afganistán), Francia se embarca en una guerra aérea en Siria tras el horroroso atentado de París. Si se “inventan” el ISIS, ellos hacen lo propio con Boko Haram.

Estos locos occidentales, y sus capitalistas empresas, van a acabar con el planeta. La globalización era esto: que tres tontos la baba, pendientes de su Bolsa, pongan en guerra, en peligro y en muerte a esta desgracia de astro.

Su Frankestein particular ha asaltado hoy un hotel en Bamako, ha hecho 180 rehenes y ha dado muerte a 25. Y esto no ha hecho sino empezar.


El principal problema del mundo no es el terrorismo, sino la estupidez 

miércoles, 18 de noviembre de 2015

¿Terrorismo? ¿Qué terrorismo?




En las décadas de los setenta y ochenta del pasado siglo los expertos en energía de los países occidentales pronosticaron –probablemente en error- el agotamiento de los “yacimientos fósiles” a mediano y corto plazo.
Este hecho, basado en los niveles de los pozos de Texas y Nuevo México, dio la voz de alarma en las economías capitalistas de Occidente, que impulsaron a sus gobiernos a la búsqueda desesperada del control del petróleo y el gas en otros países, vía militar incluida.
La guerra del Golfo Pérsico (2 de agosto de 1990 – 28 de febrero de 1991) fue una invasión de Irak  por una fuerza de coalición organizada y armada por los Estados Unidos compuesta por 34 países, una auténtica guerra de rapiña por las materias primas,  que contó con el bochornoso beneplácito de las Naciones Unidas y que tomaba como pretexto la anexión iraquí del Estado de Kuwait.
Paralelamente se desarrollaba en Afganistán, el país del mundo con mayores reservas de gas natural  la Primera  Guerra de Afganistán (1978-1992).  El conflicto transcurrió entre el 24 de diciembre de 1979 y el 15 de febrero de 1989, tiempo en el que se enfrentaron las fuerzas armadas de la República Democrática de Afganistán (RDA) apoyadas por el Ejército Soviético contra los insurgentes muyahidines, grupos de guerrilleros afganos islámicos apoyados por numerosos países extranjeros, destacando Estados Unidos, quien les proporcionó ingentes cantidades de armas y dinero.
Las muyahidines era un grupo de fundamentalistas del Islam, claros antecesores de los actuales yihadistas, que fueron apoyados, entrenados y armados por el gobierno norteamericano, siguiendo los designios de la CIA, que había encontrado en Osama Bin Laden el líder natural para combatir la presencia soviética en el país a un precio relativamente reducido.
Después de un bloqueo de diez años al espacio aéreo de Irak, llevado a cabo por las fuerzas inglesas y norteamericanas y que produjo según estimaciones la muerte de un millón de personas, (600.000 de ellas niños) por carencia de alimentos esenciales y medicinas – es célebre la foto del hospital que empleaba petróleo en vez de alcohol- el macabro “cuarteto de las Azores” decretó una segunda invasión del país con el falso argumento de “las armas de destrucción masivas” que poseía el gobierno de Sadam Hussein.
La Guerra produjo 4 millones de víctimas en la población civil de Irak y fue el caldo de cultivo para la aparición de la organización terrorista Al Quaeda, también organizada por la CIA, el Mossad y el M-16, servicios secretos norteamericanos, israelíes y británicos de los que recibieron armas y entrenamiento con la generosa financiación de los gobiernos de Arabí Saudí y Yemen.
Aprovechando el espíritu de la llamada “primavera árabe”, principalmente en Túnez y Egipto, los ejércitos de la OTAN, entre ellos España, organizaron revueltas en Libia, el país más próspero y de mayor nivel de vida en África para invadir, bombardear el país y derrocar y asesinar a su presidente, Gadaffi.  Los pozos petrolíferos pasaron a ser “alquilados” a compañías occidentales. Un auténtico expolio de la riqueza de un país realizada bajo el pretexto de “proteger los derechos humanos” de los ciudadanos. El país se fraccionó en múltiples banderías enfrentadas entre sí. Los “occidentales” apoyaron abiertamente a los grupos armados de Al Quaeda  y en la actualidad no hay un gobierno constatable, el país está en la ruina total y sus habitantes huyen en masa hacia las costas de Malta e Italia después de la 600.000 víctimas que produjo la guerra en una población inferior a los 3 millones de habitantes.
La situación en Irak, con enfrentamiento civil entre suníes y chiitas, con una paz imposible a pesar del enorme gasto que la corrupta administración impuesta por los norteamericanos hacía, era el caldo de cultivo necesario para un experimento. La inteligencia norteamericana repitió el ensayo hecho con los muyahidines en Afganistán y desarrolló la exacerbación de los sentimientos religioso-fundamentalistas.
Ejército Islámico (EI) se llamó el invento que le sirvió a un tiempo para combatir al régimen de El Assad en Siria, al que le habían declarado una “guerra civil”, importando masivos “manifestantes” provenientes de Turquía y volviendo a tocar la clave de chiíes y sunitas.
La guerra, iniciada en 2011, dura, con una increíble ferocidad hasta el momento presente.
En estas cuatro guerras (Afganistán, Irak, Libia y Siria) se ha desarrollado una estrategia falsa, no se ha solucionado uno sólo de los problemas por los que se iniciaron las acciones (auge del fundamentalismo en Afganistán, estabilidad política y seguridad en Irak, protección de los derechos humanos en Libia y derrocamiento de una dictadura en Siria).
Por el contrario, la paz y la estabilidad mundial está más amenazada que nunca, se ha armado y dotado de amplios recursos a organizaciones terroristas, el fundamentalismo islámico vive en espiral, eso sí, las empresas de armamento y las constructoras corruptas de los países signatarios de las acciones bélicas, las compañías gasísticas y petrolíferas, han hecho pingües beneficios. Que en el fondo, folclorismos religiosos colaterales, es de lo que se trataba.
¿A quién pretenden engañar los gobiernos occidentales con su discurso caduco y trucado de la lucha contra el terrorismo y la defensa libertad?
¿De qué libertad? ¿La libertad de las empresas del espíritu más capitalista del planeta? ¿El enriquecimiento en base a guerras que han producido en 14 años, 9 millones de víctimas, millones de desplazados, refugiados en infectos campos y niños muertos en el mar o en las playas del “paraíso europeo”? ¿De qué folclore de libertad hablamos?
¿Terrorismo? ¿Qué terrorismo?

sábado, 14 de noviembre de 2015

amarillo de estrellas: Don Tancredo (Cuento para votantes tontos)

amarillo de estrellas: Don Tancredo (Cuento para votantes tontos): Había una vez un don Tancredo que era idiota. He dicho idiota. Pero era más idiota todavía. Le picaba una autonomía y salía corr...

Don Tancredo (Cuento para votantes tontos)





Había una vez un don Tancredo que era idiota. He dicho idiota. Pero era más idiota todavía. Le picaba una autonomía y salía corriendo. Le picaba un tesorero y salía corriendo. Le picaba una caja B y salía corriendo.

Todos los don Tancredos temen a la corrupción. Pero este don Tancredo quería ser devorada por ella. Y es que don Tancredo era un idiota. No era un don Tancredo. Era un idiota.

En las noches de mayoría absoluta la luna de las aldeas da grandes bofetadas a los don Tancredos. Unas bofetadas que se sienten por las calles. Da mucha risa. Los banqueros no podrán comprender nunca por qué son estas bofetadas, pero Ángela sí. Y los don Tancredos  también.

Será menester que sepáis todos que don Tancredo es una gran trotona. De Pontevedra. Tiene una piel de plasma y encima una piel de sms y encima una  piel de “Luis se fuerte” y encima una piel de sobresueldos y encima una piel de registrador de la propiedad  y encima una piel de donaciones ilegales y encima una piel de financiación ilícita y todo. ¿Veis todo? Pues todo y además una piel de don Tancredo. Esto era lo que no sabía nuestra trotona.

¡Da risa considerar lo chorizos que son los don Tancredos! Todos tienen barba.  Todos tienen culo. Todos hacen listas. Digitales. ¿Y de las europeas?

Don Tancredo idiota odiaba los líos. Le gustaban leer el “Marca”, y dice –pero es mentira- que iba al dentista a las siete de la mañana. ¡Como si hubiera dentistas sacándole dientes a un don Tancredo Idiota a las siete de la mañana!  Pero odiaba todo lo que no era el “Marca” y los goles de Ronaldo.  Y sin embargo no hay nada más hermoso que el “ABC” y las portadas de “La Razón”.

Recién sacado de las rotativas, el “ABC” caliente, es la perfección de la noticia, felicita al führer en portada, crucifica a Carmena por unas restricciones al tráfico aprobadas por Botella y se preocupa por las gambas que se comen los sindicalistas. Es la mejilla caliente de lo que se “cuece” en este país y otros chiringuitos estatales de quita y pon.  

No quiero defender la belleza enjuta de “La Razón”, heredero del “Arriba”,  pero ya que todo el mundo alaba la pulcritud pelotera de Marhuenda y las “investigaciones a sueldo” de Inda, bien está que yo defienda al “ABC”,  contra las lecturas inacabas del “Marca de un don Tancredo idiota”.

Lo voy a decir: don Tancredo, idiota, va a seguir en su puesto. Trotando, trotando… Lo va a apoyar “Naranjito de Barcelona”. ¡Veras tú que contentos se van a poner el pelotas de Marhuenda y don Pantuflo! ¡Cualquiera los oye después del pavo los sábados por la noche!

Una noche, la luna estaba repartiendo bofetadas a los don Tancredos. El mar y los tejados y las carboneras tenían la misma luz. Una luz donde el abejorro hubiera recibido las flechas de todo el mundo. Nadie dormía. Los don Tancredos no podían más. Tenían las barbas llenas de escarcha y los barcenillas cantaban por soleares por el hueco de las bofetadas.

Tocaron las campanas de las torres porque tenían que tocar, y los cauces y los corredores y los que juegan al gol se pusieron tres veces morados y tintineantes. Empezó la lucha.

Pueblo listo. Tancredo idiota. Tancredo trotón. Pedrito idiota. Naranjito y el trío. Los tres idiotas. Coleta morada.  Tancredo “Marca” idiota.

Luchaban. Luchaban. Luchaban. Mentían, mentían, mentían. Así toda la legislatura.  Y diez. Y veinte.

Todo el país se había vuelto idiota –sí es que ya no lo era desde los tiempos de Maricastaña y el Rey Felón- .  


jueves, 12 de noviembre de 2015

Elogio del desacato




En estos días convulsos a más de uno empiezan a salirle las grandes palabras: ”ley”, “derecho”, “ orden constitucional”, “constitución”, “unidad de la patria”…, por las orejas.

Un ciudadano puede considerarse amortizado, políticamente muerto,  cuando ya no se sorprende de nada y admite de antemano que las entelequias que nos gobiernan y nos convierten en “cosas” son eternamente duraderas.

Tengo demasiados años pero me congratulo de estar joven y vivo, en filosofía y en política, porque si me dan a elegir siempre estaré a lado de la utopía, la rebeldía y el desacato, frente a la Ley (la del Poder y los Poderosos), el Orden (el de los corruptos y de sus  mayorías parlamentarias) y el Derecho (amordazado y vertebrado en injusticia  por el poder oculto).

Un ciudadano puede considerarse descatalogado o muerto cuando decide que es mejor encogerse de hombros, agachar la cabeza y aceptar la injusticia y la corrupción como un destino del rebaño.

Si los “Mártires de Chicago” no se hubieran rebelado y “desacatado” la legislación laboral vigente nunca hubiéramos tenido la jornada de ocho horas. Si Spies, Engel, Parsons y Fischer no hubieran sido condenados a muerte por un tribunal capitalista por ejercer el derecho de huelga, nunca hubiéramos tenido “derechos laborales”. Si las “sufragistas y feministas” (entre ellas nuestra Clara Campoamor) no hubieran iniciado una actuación que aún continua, las mujeres nunca hubieran votado ni logrado una cierta emancipación. 

Si Martin Luther King no hubiera iniciado (con rebeldía y desacato) la Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Libertad, en agosto de 1963, y no hubiera pronunciado su famosa frase "I have a dream" (‘yo tengo un sueño’)  las personas distintas a la de piel blanca no votarían en el mundo.  Si Nelson Mandela no hubiera desacatado el poder y al “orden” legal vigente, en Sudáfrica aún habría apartheid.  Si Marcelino Camacho no hubiera convertido su vida en una lucha por la dignidad de los obreros y no hubiera dicho, por ejemplo: "Ni nos domaron, ni nos doblaron ni nos van a domesticar", nos hubieran domado, doblado y domesticado.

Estoy por todas las luchas, rebeldías y desacatos de toda persona, colectivo, identidad, pueblo, parlamento o nación que se sientan oprimido, sojuzgado, robado o estafado en cualquier lugar del mundo, incluida Catalunya.

 El conformista siente que no se puede hacer nada ante la crisis y el imperio de la corrupción  y asume las promesas falaces del Gobierno como un bálsamo.  Son los valedores de la Ley y el Orden. De su Ley y de su Orden. En cambio, las personas de mente y corazón libre verán el poder político y económico como lo que es, una charca de cocodrilos a la que debe desafiar con coraje.


En la mitología, Prometeo y Sísifo, aún encadenados a rocas o subiendo moles de piedra por una montaña hicieron eterno su desacato a los dioses. Ganaron la inmortalidad. 

martes, 10 de noviembre de 2015

ROMANCE DE LA SEÑORA QUE SE EQUIVOCÓ AL GRITAR ¡ARRIBA ESPAÑA!




Esta señora de Huelva
que al PP pertenecía
se le escapo la neurona
y gritó lo que sentía:
-¡Arriba España, con Franco
el fascismo es cosa mía!
Mientras el “Moreno” jura,
diz que el viento repetía:
¡No te fíes de las fachas
que en el PP son partía!

II
El Rajoy con su  mesnada
de La Moncloa salía:
diciendo que a la Memoria
un cero le prometía.
-¡Ay de mí, que en la cunetas
estarán “toa la vía”.
 Mientras familiares lloran
diz que el viento repetía:
¡Malhaya quien en promesas
de los peperos se  fía!

III
La morenita onubense
más negra que Punta Umbría
parecía ser falangista
de correajes prendía:
Muy “arriba” te has subido
fascista del alma mía.
Mientras la infelice grita,
diz que el viento repetía:
¡Malhaya quien en las peperas
de sus gritos se confía.

IV
Ya la ponen en las “listas”
que en las “tontas” no podían
por más tierra que la echaban,
su grito la  descubría;
Rectificó al día siguiente
y dijo que no quería
que España subiera alto,
diz que el viento repetía:
¡Malhaya quien tan arriba

el fascismo le subía !

lunes, 9 de noviembre de 2015

Patriotismo unionista de bar y telediario





En días como hoy no aguanto a este país. La televisión, la radio, los demócratas, los mediopensionistas, socialistas de medio pelo, conservadores, reaccionarios, fascistas renovados y hasta rojos de toda la vida andan revueltos y coincidentes. Algo o  alguien les han insuflado un fervor patrio, modelo gol de Iniesta, insuperable.

¡España no se parte! Dicen. Y desde el camarero hasta el vendedor de periódicos se ven en el papel de los Reyes Católicos y muestran una enorme preocupación por la “unidad” de la patria.

Lástima que esos conceptos de los que los ha alimentado esa caterva-caverna dependiente de los banqueros que tenemos en este país,  no  los hayan tenido cuando el “nacionalismo”  castellano, de Madrid y sus centros oficiales, ha hecho o desecho una patria y un país a su completa medida: centralista, ombliguista, nacional-catolicista, rancio, despreciador de la periferia, folclorista, tópico y manipulado y manipulable.

Yo soy andaluz y vivo en Andalucía, no vivo en Catalunya, pero si fuera catalán o viviera allí estaría hasta los cojones de España, los españolistas, los reyes, los Jefes de Estado, los ministros y sus monaguillos.

Es que no paran. Han hecho y han gobernado en beneficio de una minoría: banqueros, empresarios de élite y casta política y funcionarial,  y nadie les ha dicho que estaban troceando España y la unidad nacional y ahora, cuando llevan tres siglos colmando a los catalanes y estos, en legítima y cabreada defensa, inician un proceso separatista más que merecido,  se les vuelve apelar al artículo 155 de la Constitución, a la “legalidad”, a los tanques, a los comandantes en jefe o a los tricornios de la Guardia Civil.

El hábito de la envidia y el recurso al autoritarismo están en los genes de esa entelequia a la que llaman, “nación española” y el asco que produce hoy conectarse a una televisión (en este caso todas son “televisiones oficiales) o tomarse un café en un bar lleno de banderas con unos colores tan cercanos al franquismo asesino, mientras una herencia biológica de especímenes despotrican de Catalunya y los catalanes, reclaman tanques y cumplimiento de la legalidad, a sangre y fuego, a un tiempo.

Le reclaman la “legalidad” a un presidente que días pasados se ufanaba en un medio público de que durante cuatro años y cinco presupuestos le ha destinado cero euros al cumplimiento de una Ley, la de la Memoria Historia, aprobada democráticamente, en un enaltecimiento culposo y culpable del delito de prevaricación.

De seguir en la dinámica que se atisba hoy en cualquier exponente informativo, puede que en este país haya, de nuevo, fusilamientos de separatistas, pero también de nuevo, los cadáveres, las cunetas y los patriotas de opereta estaremos muy “unidos”.

Todo sea por la “Unidad Patria”. O por el vinagre de tinaja.


viernes, 6 de noviembre de 2015

Oigo “patria” tu aflicción





“A Franco lo juzgará la historia” dice un coro formado por Rouco, Rivera y Aznar. ¿Pero quién juzgará a ese marmolillo de Pontevedra? Desde cierta altura de la vida una vuelve la mirada a esa renta a plazo fijo a la que llaman “patria” y se va directo a la negación.

“Mi patria” no esos banqueros embozados que explotan burbujas para que se les pagamos entre todos y salen al 160 % de beneficios.

“Mi patria” no es esa basura al 3%, de políticos o comadrejas, y empresarios de lo fácil.
“Mi patria” no son esas mugrientas ideologías que defiende, a un tiempo, el hinchazón de los gastos de armamento y las cuentas en Suiza de tesoreros espabilados.

“Mi patria” no es ese relleno integrista que se pone como un basilisco por un guardia civil muerto e ignora, con desdén,  a 130.000 muertos enterrados en cunetas.

“Mi patria” y “mi presidente” no pueden ser ese jenízaro que se enorgullece en público  de haber destinado “0” euros en cincos presupuestos a una ley democrática en vigor llamada “Memoria Histórica”.

“Mi patria” no puede ser esa que aplaude en un Parlamento una liquidación de los derechos laborales conquistados en una lucha de siglos, para que cuatro ineptos de mente y esfuerzo se crean “emprendedores” o empresarios del pan de higo.

“Mi patria” no puede ser esa que recorta la sanidad, la enseñanza y el sursum corda para ellos refugiarse en las donaciones, las cajas B y los sobresueldos.

“Mi patria” no puede ser esa que hace una mordaza de la democracia, enchiquera a los robagallinas y mantiene en libertad a multimillonarios del robo y la estafa.

“Mi patria” no puede ser la Gurtel, la Púnica, los ERES, el GAL, Pujol, “Luis, se fuerte”, “la Marquesa arrolla guardias”, Mariló Montero o Marhuenda.

Si todas esas cosas son la patria de alguien, que se quede con ellas, que yo no quiero tener “patria”.


Me voy a tomarme un medio de Moriles. ¡Esa es mi única Patria!

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Denuncia internacional del robo de la Mezquita de Córdoba





Es realmente una vergüenza, propia y ajena, que cien científicos, expertos historiadores, especialistas de arte, medievalistas, profesores universitarios… de todo el mundo tengan que venir a denunciar, en nuestras propias y pasivas narices, que  “la desidia mostrada por la Junta de Andalucía y el Gobierno Central” ante el monumental expolio que la Iglesia Apostólica, Católica y Romana ha hecho, o intenta hacer, del robo de la titularidad pública de la Mezquita de Córdoba.

Bochornoso que tengan que decirnos conciencias sensibles de Boston, Nantes, Estambul, Cambridge, Lovaina, Gottingen, Marruecos, Portugal, Arizona… que el Obispado de Córdoba está “secuestrando  la memoria de la Mezquita” y “despreciando el significado del monumento”.

¿Dónde está la conciencia y la dignidad institucional de unas autoridades y representantes públicos que se eligen con el principal cometido de preservar “lo público” y que tienen el lamentable comportamiento que observamos y padecemos, desde el anterior Ayuntamiento, pasando por una inefable Presidenta de la Junta de Andalucía hasta un amparador de todos los robos, latrocinios y corrupciones que se sientan en La Moncloa y el Consejo de Ministros?

Nos están haciendo el mayor robo de la historia y tienen que venir expertos de medio  mundo a decirnos que nuestros gobiernos le están haciendo el caldo gordo a una Iglesia y unos clérigos rapiñadores.

Dicen 100 científicos y especialistas de todo el mundo: “la polémica sobre la Mezquita no tiene otro responsable que el Obispado y sus decisiones unilaterales así como el desprecio al significado del monumento, y han creado una fractura creciente allí donde existía un consenso mayoritario. Dicho consenso se rompió cuando la Diócesis inmatriculó la Mezquita como propiedad privada con una base jurídica que consideramos endeble pues la orden dada en 1236 por el rey Fernando III para que la Mezquita se convirtiera en iglesia no puede considerarse una donación regia sino una cesión de uso”. Fin de la cita.

¿Dónde está los abogados del Estado, el Fiscal General y todos esos ardorosos defensores de “la legalidad”, “el derecho” y la “constitución” en casos especiales (Catalunya) qué están tan mudos, inermes y doblegados?

 ¡Con la Iglesia –y vuestro infame pasteleo- hemos topado, Susana Díaz, Rosa Aguilar y Mariano Rajoy!

¡Qué vergüenza de Autonomía, Estado, Política, Leyes y Gobernantes del 3%!


¡Ahora ir corriendo a votarlos otra vez el 20-D que si no nos roban más es porque ya no tenemos que!

domingo, 1 de noviembre de 2015

Una visión de una obscenidad llamada Historia de España




Nos lo han contado miles de veces. Nos ha dicho que nuestra democracia y, por ende, nuestra transición han sido “ejemplares”.  Nos han martilleado los tímpanos y las conciencias.
Y ahora, con una mínima perspectiva histórica, entre el íntimo acopio de vivencias y repugnancias, vemos lo que en “realidad” fue.
Los timoneles principales del aquel fraude fueron: el Rey Juan Carlos I, Adolfo Suárez, Felipe González, Santiago Carrillo, Manuel Fraga y José María Aznar.  Veamos en que quedan las “raspas” de todos y cada uno.
A Juan Carlos de Borbón nos lo pintaron como un monarca ejemplar, sufrido demócrata y referencia presente de los valores morales, familiares, políticos y de la legítima continuidad del Estado y las Instituciones.
Ahora sabemos que su actuación principal fue enriquecerse multimillonariamente, cobrar comisiones de todo, medio urdir un golpe de estado, matar osos borrachos o elefantes cuando 8 millones de compatriotas se hundían en la miseria, “levantarle las faldas” a toda la que se ponía a mano y compincharse sexual y comanditariamente con una rubia alemana con la que vivió diez años, cuatro de ellos en un dúplex suizo a costa de todos los españoles.
Felipe González era la “nueva España”. Socialista profundo, estadista, igualitario, mecenas de la igualdad social, y ahoraconvertido en espectro, gordo y fofo, lo vemos en un yate caribeño, defendiendo a cárteles de la droga, mejorando la presente a dictadores como Pinochet, anticomunista rancio, con la ideología y la mente podrida, cercana a su primera y franquista juventud.
José María Aznar era la “gran esperanza blanca de la derecha”. Aglutinador del centro y la extrema derecha, joven, renovador de gestiones y eficacias saturadas.  Hoy lo vemos en su realidad y su salsa: comisionista del Estado (incluidas las armas), pluriempleado de consejos de administración, generador de fondos buitres, continuador de financiaciones ilícitas, presunto “criminal de guerra”, “sobrecogedor” y fanático chulo de carcas y extrema derecha.
Manuel Fraga era un estadista, de derechas, pero estadista. Le cabía “el Estado en la cabeza”. Decían que su concurso en la vertebración de un estado moderno y democrático era una saturación sin poros. Muerto y enterrado vemos que fundó una “partía” de ladrones y corruptos, que ganaron elecciones y construyeron sedes, dopados de donaciones y sobresueldos.
Santiago Carrillo representaba la “izquierda auténtica”. La del sacrificio en la lucha antifranquista (él, menos, desde Paris)  y los valores del pueblo y la clase obrera. Tragó con la Corona y una Constitución que dejaba en solemne papel mojado la pluralidad y representatividad política (hecha a medida “bipartidista” por la CIA y la ya corrupta socialdemocracia europea), mantenía a ultranza los privilegios inabordables de la Iglesia Católica y que, como una rémora, vienen marcando la macabra realidad de esta desgracia llamada España.
Adolfo Suárez es el que sale mejor parado. Le encargaron, desde las ayunas raíces del franquismo, que ejecutará un papel para sobrevivir y acabó “creyéndoselo”. Se hizo “demócrata” por encargo y acabó arruinado en salud y en poder, por los anteriormente relatados, los tanques y el poder embozado de los “de siempre”.
Estos antecedentes han creado la España actual, chusca, mafiosa, esperpéntica, donde anidan personajes como Rato, Bárcenas, Granados, Bono, Botín, Aguirre, Chaves, Camps, Barberá, Matas, Fabra, Marhuenda…
La Historia de la España contemporánea es una nausea, una frustración, una gran mentira, que engancha con la tradición viva de un país de chulapas y manolos, toros de la vega y peleas de gallos, estacazos, ladrones y rufianes varios. Una odiosa molécula nacional-catolicista, plagada de inquisiciones y crímenes con y contra el pueblo.
Asco.