martes, 22 de agosto de 2017

El bastón de mando del terrorismo




El problema consiste en saber si fue ante el huevo o la gallina. Si el terrorismo nació antes que los terroristas. En el principio era el verbo. Quiero decir la CIA, el Mossad y el MI6.
En el silencio de los despachos y a la sombra de los dólares, un tal Brzezinski, reunió a unos miles de mercenarios y los puso en Afganistán a conspirar contra el régimen prosoviético.
Y al soplo del éxito obtenido los paseó por  Irak, Yugoslavia, Yemen, Libia y Siria. Se abrieron paso a través de la confusión y derribaron gobiernos, líderes y bombardearon ciudades, masacraron pueblos y las ganancias, en forma de pozos de petróleo, embargo de bienes o acciones en la bolsa del terror, crecían y crecían.
Sólo faltaba ponerles un nombre y cuando Bin Laden fue ya capturado y arrojado al mar, se les ocurrió que podía llamarse “DAESH” o ISIS o Califato Islámico.
Se extrajo de la niebla el perfil de las fieras que aterrorizaron a un incauto Occidente, moviendo machetes sobre la yugular de prisioneros elegidos con una sangre más cerca del tomate o la tinta bermeja que de la realidad.
Ya estaba to el pescaó vendió. Invadieron Irak, al dictado de un borracho, un tonto con bigote y un dandy que se las daba de laborista. Se cepillaron al Gobierno del país más rico y progresista de África, se inventaron la “Primavera Árabe”, reforzaron a “su” dictador en Turquía y se crearon una “guerra civil” en Siria.
Buscaban una Manzana de Oro para incautos y se encontraron con el Este del Edén. Solo tenían que poner tres bombas en Londres o Moscú o realizar atropellos de carne humana y turística en Niza o Barcelona.
Los medios mundiales de difusión de la Gran Banca, se encargarían de resto. Los inútiles de la “Unidad frente al Terrorismo”  y los monarcas que llamaban “hermanos” al Gran Financiador colaborarían necesariamente vendiéndoles las armas casi de su mercado negro particular.
He aquí el tinglado de la Gran Farsa. El problema consiste en saber si las cosas existieron antes de ser realizadas. En principio era la acción, luego los beneficios. En las mentes subprime crearon la Gran Recesión. Y después la Crisis y la explosión de burbujas.
Y los trabajadores se quedaron sin derechos y sin sueldos. Y hambrientos, votaban a los gobiernos del Estacazo y el Orden. Que sostenían con verborrea, mentiras y falsas promesas este establishment de corruptos y gallinas.
Acto, materia, substancia: ejecutar equivale a matar. Verbo, terror, corrupción: hablar significa claudicar o morir.
Un mono rubio tiene el bastón de mando. Los demás monos solo guardan minutos de silencio.

jueves, 10 de agosto de 2017

Crónica de un verano de brasas.





Primero fue el incendio super intencionado de Doñana. Luego, en la pira anual de Galicia, el de Verín, más tarde el de Yeste (Jaén), el de Castellón, la Sierra de Gredos… Más de cinco mil incendios por encima de 2.016, que ya superó a los de 2.015.

España arde por los cuatros costados cada verano. Y la degradante sombra de las especulaciones lo vuelve todo negro, como su humo: urbanística, maderera, paso de narcotraficantes…

En este verano de “olas”,  de calor, de corruptos, de desvergüenzas… se le ha unido la “pertinaz” sequía. Los embalses están al 30 % de promedio, no hay agua para el riego y la que bebemos es prácticamente lodo del fondo de los pantanos.

Córdoba ha batido un record europeo: 29 días seguidos con temperaturas máximas por encima de 40 grados (con el añadido de 17 días más por encima de 39). En junio se llegó a 45 grados y en julio a casi 48. ¡Y dicen Rajoy, su primo y Trump que no hay “cambio climático”!

Y luego están las “ascuas”. El Barrio de la Barceloneta de Barcelona es la mayor concentración de macarras, borrachos y drogatas del mundo. El turismo-juerga que nos invade. Las fiestas de San Fermín es la mayor reunión de acosadores, violadores y maltratadores de género que se pueda imaginar. El Casco Antiguo de San Sebastián es un meaero y vomitero permanente. El parque de coches alquilados de Mallorca triplica el de residentes. Las carreteras están colapsadas, como los teléfonos de asistencia en carretera, hospitales y guardia urbana.

Los enfermeros, médicos o maestros de Ibiza tienen que dormir en barracones, en la playa o viajar diariamente a Mallorca porque el precio de los alojamientos duplica sus sueldos.  En Málaga los “guiris” ocupan los chiringuitos y los espetos de sardinas han duplicado su precio y bajado de cinco a cuatro piezas.

Es la “gentifricación”. La burbuja turística de un país de fuegos, brasas y sinvergüenzas. Una burbuja, que como la del ladrillo, explotará. Y no beneficiará a los camareros y camareras que cobran 700 euros en jornadas de doce horas de las que solo cotizan por cuatro. Esto es a lo que Rajoy llamaba, “equitativo” cuando se refería a su “revolucionaria” reforma laboral o atraco colectivo de los derechos de trabajadores.

El país arde, y nadie escucha sus alaridos. La incompetencia extrema corona los Salones del Poder, y un día se encenderán para siempre los bosques, el asfalto y los partidos políticos.


Todos seremos ceniza.