jueves, 10 de mayo de 2012

Las cenizas de Mariano




Días pasados asistí a la presentación de un libro de Felipe Alcaraz. El autor, dotado de un sentido superior de la ironía y el sarcasmo, dijo “sentir  dudas en este momento, sobre si Zapatero ha existido o no”.

Esta duda del escritor y político granadino me llevó a mí a otra duda que albergo hace tiempo pero dentro del mismo contexto.

¿Existe Mariano Rajoy o es una alucinación colectiva que padecemos los españoles? Yo creo que cuando el gallego desapareció, huyendo de los periodistas, tras una puerta del Senado, se desintegró en el éter.

Lo que aparece de él, es un ectoplasma, un fantasma, una cera ardiendo, que administran, en su inmaterialidad y a partes iguales, Ángela Merkel, Aznar y Emilio Botín. No es determinismo, ni prevalencia de lo absurdo, es que creo que el Mariano que preside los Consejos de Ministros no es de este mundo.

Presumo que los espíritus del Averno se me pueden rebelar si les incluyo a este mercachifle entre su vecindario, pero estoy dispuesto a asumir el riesgo. Esta substancia que navega entre las faldas de Soraya, el judío errante de Montoro o la calva de popelín de Guindos no puede ser de esta parte de los mortales.

Fiel a su puerco oficio, este fantasma de los mercados y los telediarios, quiere jodernos cada viernes, nos toma por tontos y nos estafa la carta de ajuste.  Ante una muchedumbre de imbéciles pegados a la pantalla, a cada segundo, con su tijera de eternidad, nos recorta un poco.  Pero es para disimular. Lo que en realidad quiere es meternos, sin que apenas nos demos cuenta la “bacalá” de la banca tóxica y sus ladrillos podridos. Dicen los entendidos, que hasta 168.000 millones del ala.

Y a esta solemne procesión de gilipollas del partido de la diestra, ¡la madre que lo parío!, no podemos asistir. ¡Ya esta bien que tengamos que soportar a “la marquesa” y sus orgasmos recortadores, pero aguantar a un fantasma transexual, sin que los perros ladren,  es pedir demasiado!

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