domingo, 10 de mayo de 2015

El accidente del Airbus A 400 M





"Es una tragedia humana, pero un accidente como éste no indica un fallo de diseño que pondría en peligro el programa", se defendió Richard Aboulafia, vicepresidente de Teal Group, una asesoría de aviación con sede en Fairfax (Virginia), en declaraciones a Bloomberg.


Las reacciones, los comentarios, las valoraciones tras el accidente del Airbus A400M en Sevilla se han centrado –como no podía ser de otra forma- en lamentar la pérdida de vidas humanas de cuatro trabajadores de la empresa que los “intenta” fabricar en Sevilla.

Pero hay otras valoraciones que dejando, una vez más, inerme a la ciudadanía no se están haciendo.
Mariano Rajoy, en campaña electoral en las Canarias, siendo fiel a sí mismo, se ha apresurado a “escurrir el bulto” y en hacer recaer en la empresa constructora toda la responsabilidad del accidente.

Pero el mismo produce una serie de interrogantes que por motivos de “sanidad pública” deberían aclararse.

Por ejemplo: ¿Cómo se autoriza a una empresa privada para que programe un vuelo de pruebas de un avión cuyo diseño lleva años de retraso y con problemas de seguridad,  despegando desde un aeropuerto civil, en un día semifestivo de máximo uso de pasajeros?

Pero un relato pormenorizado de los detalles del accidente pone al descubierto mucho más que una frivolidad de la autoridad competente para impedirlo. La sangre fría del piloto hizo estrellar al avión siniestrado en un llano de tierra de labor, pero a 1,5   kilómetros de una terminal repleta de usuarios, a 400 metros de un polígono industrial con gran actividad laboral a pesar de ser semifestivo y a 300 metros de un hipermercado  en horas punta de consumidores.

¿Y si el piloto no hubiera hecho gala de esa profesionalidad? A estas horas solo tendríamos lamentaciones evasivas.

En Sevilla hay un aeródromo militar en Tablada, una base, de teórico uso conjunto en Morón, a 40 kilómetros y otra de idénticas características en Rota, a poco más de 100 kilómetros. ¿Porque  el avión tiene que despegar y estrellarse cerca de un aeropuerto de máximo uso, de un polígono industrial en horas de trabajo o de una gran superficie comercial a pleno uso?

Se perfectamente que nadie va a responder a estas preguntas y que centraran sus esfuerzos en eludir todas las responsabilidades y hacer el discurso triunfalista que desde que se inició el proyecto vienen haciendo. Véase el vídeo de la “felicidad completa” del discurso que le escribieron a Juan Carlos I el día de la inauguración de la planta sevillana. Parecía que estaba resuelto el problema del paro en Andalucía.

El proyecto Airbus A400M es ya un proyecto fracasado. “Airbus ha pasado años negociando con los gobiernos sobre un proyecto que se inició  en 2003. Los costes de la aeronave han ido escalando por múltiples problemas técnicos y de software y ya está seis mil millones por encima del presupuesto inicial de 25.000 millones. Los sobrecostes han llegado  a ser tan abrumadores que el director ejecutivo de Airbus, Tom Enders, ha amenazado con desechar el avión.” Esto se dice en la prensa alemana, uno de los nueve países que financian la macro y ruinosa operación industrial.

Con todos estos problemas sobre la mesa, nadie, escudándose  en el dolor de las víctimas, ha esbozado la más mínima asunción de responsabilidades de unos riesgos para la ciudadanía que están mucho más que visibles.

El telón no ha llegado apenas a levantarse. Pero los “tenores”, como siempre, ya están cantando otra “ópera”.





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