Tres declaraciones. El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, ha
dicho en Costa Rica que “ha habido un
error en las previsiones del impacto de las políticas de reducción del déficit en los PIBs”.
“Basándose en estudios comparativos
y modelos matemáticos, Olivier Blanchard, economista en jefe del FMI y el también
economista del mismo organismo Daniel
Leigh, aseguran que la austeridad
prescrita en países como Grecia, Portugal o España, es un error. Titulado
"Errores en las previsiones de crecimiento y multiplicadores
fiscales", su informe demuestra que la estimación de 0,5 euros de
contracción por cada euro de ajuste era demasiado optimista. Según ellos, el
efecto de los ajustes es tres veces mayor, y la economía se estaría achicando
1,5 euros por cada euro de ajuste.”
El presidente Obama ha asegurado en Washington que “sería suicida no dejar
endeudarse nuestro déficit público por debajo del 11 %. El precipio fiscal”.
Las tres declaraciones apunta en el mismo y definitivo sentido: la
aplicación de políticas de reducción del déficit público es equivocada, inútil,
injusta y está produciendo el efecto contrario al que se pretendía.
Con lo cual cobra una mayor dimensión la colosal, arbitraria e ideológica
estafa que el capitalismo está sometiendo al planeta, y a los países del Sur de
Europa, en particular.
Todo es mentira. Todo es un robo programado. Todo es una revancha
terrorista de los mayores de este calificativo que haya conocido la humanidad.
Millones de personas han perdido sus empleos y sus derechos laborales, la
democracia se ha precarizado, se han eliminado conquistas sociales que llevaron
siglos conseguir, se han expandido el fascismo y la miseria, sólo para que
cuatro arquitectos financieros, pagados por los mayores ladrones de la
historia, se enriquezcan y hagan aflorar la hez de la sociedad en forma de
ministros y presidentes tan perjuros como inútiles.
No hay más cera que la que arde. La “aldea universal” se ha convertido en
una cueva de ladrones, con réplicas locales, con ladrones locales, asociados en
bandas de malhechores a las que sólo los ingenuos llaman “partidos”.
Y cuando nos oyen, ni siquiera, como antes, se preocupan. Sólo piensan en
como encerrarnos o como encarcelarnos si twiteamos una cita de Gramsci.
Ah, y el déficit público español que querían, a base de recortes y sablazos
de todo tipo a las capas populares, fuera del 6,3 %, según demasiados expertos
“no va a bajar del 10%”. Y es que no sabemos que “admirar” mas, si su capacidad
de robar o su incompetente y probada estupidez.
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