lunes, 7 de enero de 2013

¿Demetrio, donde te has dejado el bozal?


Y yo que creí que lo tenía puesto. Demetrio tiene de rancio hasta el báculo. Era un cura fundamentalista, allá en Tarazona, y ahora, desde que le tocó en la tómbola la sede obispal de Osio tiene un empaque de rosarios sin aurora y mitra de gilipollas al cubo.

¿Demetrio, cómo va la conspiración de la Unesco para hacer homosexual a la humanidad?

Hay una nueva conspiración. El comunismo y la masonería internacional en alianza con el islamismo quieren acabar con las catedrales y con Aznar, de paso.

¿Es por eso de tu oposición a las “políticas de género”?

Los destinos del Señor son tan inescrutables como la pensión de don Miguel.

Desde la cúspide de su discapacidad mental sobrevenida, el pastor ha dejado claras sus preferencias: la mujer con la pata quebrada y en casa, todo lo demás son mariconerías de los rojos y la barbarie progresista.

Demetrio habita en la naturaleza caída. El año pasado pontificaba sobre la fornicación –empleando inadecuadamente el verbo latino fornicari-, antes, sobre la condición de “catedral” de la Mezquita y en todo este tiempo no ha dicho una palabra ni empleado una coma para valorar el que la ciudad donde se ubica su rebaño sea la tercera capital de provincia con más paro.

Su reino no es de este mundo. Dios está en el cielo y abajo los parados. Que se jodan, que a él lo que le preocupa es que las ovejas cometan pecados que los condenen al infierno eterno. Como si vivir en su sede no lo fuera ya.

                Ya está.

                ¿Qué sucede ahora?

                Que el Padrenuestro es un invento comunista.

                ¿Por?

En determinadas condiciones comer es pecado. Creo que eso del “pan nuestro de cada día” es una conspiración de la FAO.

Después del invierno viene la primavera y Demetrio está dispuesto a excomulgarnos a todos. Basta que con alargue la mano - ¿o será el bozal? Y confunda a Rouco con Carlos Marx.

               

 

 

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