domingo, 16 de diciembre de 2012

La irresistible ascensión a la idiocia absoluta de Luis Martín

La naturaleza no fue demasiado generosa con Luis. Cuando nació le dotó de sólo un par de neuronas válidas. No se arredró por ello y se apuntó a Alianza Popular. Votó en contra de la Constitución en pleno conflicto neuronal, pero fue una jugada redonda. Lo hicieron talibán de un partido de pijos y fachas.
En aquella desierta pradera ...
de hijos de franquistas, las neuronas habilitadas de Luis se impusieron al cero al cociente de aquellos demócratas con profilaxis.
Cabalgó por el desierto, hasta que un pijo mayor, de Guadalcázar, se acordó de él para esconderse en el burladero.
Luis se lo ha creído y ahora hasta “habla” sólo. Ya no necesita tener a Amelia Carucuel o a Rosario Alarcón detrás. Va suelto de manos y con las dos neuronas con las pilas puestas.
Ayer, en medio de la completa ruina de Procórdoba, que preside con un cariz de sublime ineficacia, repitió la perorata y cantinela en la que anda encharcado hace año y medio. “Zapatero y Tejada mataron a Manolete”. No hay quien lo saque de ahí.
Ahora ha añadido una novedad. Ha metido a la consejera Elena Cortés en su rebaño de subnormalidad.
Le soplaban las orejas cuando ayer la llamó “consejera jarrai de la Vivienda”. No debió de pensárselo mucho (o tenía una de las dos la neuronas en baja) porqué así, de sopetón tal afirmación es un delito. Su arcabuz se le ha ido por la culata y mira ahora si algún juez, más o menos independiente, considera que equiparar a Elenita con el terrorismo es para meterlo en el trullo. ¿Qué iba a hacer allí sin Nieto y sin Amelia?
Hay que imaginarse ahora a Martín, en su nuevo papel de cuatrero de las declaraciones, cayendo por la rodada.
Las encuestas desfavorables tienen esos problemas, que hacen absolutamente idiotas a los que eran simplemente tontos.

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