martes, 19 de junio de 2012

Menos mal que ganaron los “buenos” en Grecia



Días pasados oía una entrevista en una cadena televisiva, en hora de máxima audiencia, al Secretario de Estado para Economía.  Sin el más mínimo  empacho manifestaba su deseo ardoroso de que en las elecciones en Grecia triunfaran “los buenos”, que, según su opinión eran el partido de derechas de ND y el socialdemócrata PASOK.
Este maniqueo e impúdico ejercicio se hacían a “sensu contrario” de que estos dos partidos acumulan la mayor responsabilidad y permanencia en el poder de la actual crisis en el país heleno. Bajo sus mandatos se ocultaron y manipularon las cifras del déficit, se impusieron y adoptaron toda una serie de medidas contra el interés social y de la ciudadanía que han resultado tan gravosas como ineficaces. Es decir, los pirómanos actuando como bomberos salvadores.
La desvergüenza, el descaro y la insolente manipulación de las llamadas cancillerías occidentales en las elecciones griegas del pasado domingo superan todo lo imaginable.  Han luchado y pataleado lo indecible para que sus amigos, “los buenos”, fueran los más votados y el resultado es bien magro, un escaso 2 dos por ciento de diferencia. A pesar del chantaje, del miedo, de la apelación al hambre física.
“El futuro no pertenece a los asustados, sino a los portadores de esperanza” señaló Tsipras ayer tras conocer los resultados.  Y el mensaje queda claro. También para nuestro país. ¿Qué futuro tienen Rajoy, De Guindos, Montoro…? Asustados y cagados.
El ascenso de Syriza, apoyado en el imparable declive  de un PASOK, tan arruinado  como el país, se fundamenta en una  combinación de credibilidad política y social con credibilidad personal, en un espacio social castigado por la incapacidad y la corrupción. En ser un oponente a una estéril política de recortes, el no haber colaborado con una socialdemocracia entregada a los mercados ni gobernar con él en regiones o municipios aplicando políticas de recortes.
A esto no se le puede llamar crisis, aparte de estafa, es la absoluta decadencia moral. Unos encorbatados e insufribles portadores de los valores de la democracia, movilizándose en los medios de comunicación de media Europa (sus “medios” y “su Europa”) aterrorizando a un todo un pueblo, a golpe de embargo, a embate de falsa deuda.
Su producción de democracia y demás bienes consumibles, se ha convertido, de la noche a la mañana, en pura bisutería.  Ya, hasta las mentiras se les atragantan.

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