viernes, 21 de diciembre de 2012

Balance del año en que (casi) se acabó el mundo


 

 

Los mayas vieron movimientos telúricos extraños. Una asechanza embozada en el Sur de Europa. Sin dudarlo, lo interpretaron como “el fin del mundo”.  Este inextricable diagnóstico sólo se ha equivocado en una cosa: el final de este orbe no era general, sólo era parcial. Sólo afectaba a la Península Ibérica.

El año natural entre los dos solsticios de invierno ha sido el más negro que conocen los siglos y los huesos de los nativos. Una plaga de langosta que responde al nombre de Partido Popular nos ha caído, como una anulación colectiva, encima.

La primera plaga ha sido instaurar la mentira como razón de estado. Mentir y hacer un acopio continuo de mentiras, un simulacro del fin de la dignidad y la historia, al mismo tiempo. Todo lo que han dicho, dicen y dirán es mentira. Han perdido toda legitimidad para gobernar al hacerlo con unas medidas que nunca ofertaron a los votantes.

Iban a acabar con el paro y hay medio millón de parados más. No iban a subir los impuestos y los han subido todos, el IVA, el IRPF, las tasas judiciales, el repago farmacéutico, las matrículas universitarias, la luz, las gasolinas, las ambulancias…

Han hecho una Reforma Laboral leonina, han regalado la justicia social a cuatro delincuentes con nombre de empresarios. Han desahuciado a medio país. Han reducido a cenizas el estado de bienestar. Han puesto proa a la absoluta privatización de la sanidad y la enseñanza.  Han diseñado una justicia para ricos. Han atracado en sus ingresos a los funcionarios y pensionistas.  Han metido en el cajón del olvido las ayudas a dependientes.

Han criminalizado la protesta social, pretende acabar con el derecho de huelga y limitar al ridículo el de manifestación. Han instaurado un estado policial.  Un Parlamento inútil donde se legisla por decreto. Ignoran y desprecian al pueblo, las iniciativas legislativas populares y a las minorías.

Han reducido a la mínima expresión los derechos sociales y civiles. Han enfrentado a las autonomías. Han empeorado el conflicto catalán a límites de histeria.  Maltratan a Andalucía y mantiene privilegios inadmisibles de las clases dominantes y de la Iglesia. Han implantado unas tasas universitarias ignominiosas. Han transferido un 23 % de las rentas del trabajo a las del capital. Y hacen pagar a la ciudadanía las burbujas y las deudas (58.000 millones) de unos desalmados con nombres propios y de banqueros.

Han amnistiado a los defraudadores, indultado a los torturadores y nombrado “defensora del pueblo” a una señora marquesa. Que no se inmuta cuando atracan en dos mil millones a nueve millones de pensionistas y se indigna cuando empujan a una cajera de supermercado.

Han “pisado los callos”  de media humanidad. Se han enfrentado a trabajadores, sindicatos, médicos, enfermeros, escolares, investigadores, funcionarios, autonomías,  educadores, personas dependientes, universitarios, jueces, bomberos, fiscales, policías, ecologistas, catalanes,  abogados, mineros,  asociaciones de padres de alumnos, enfermos, pensionistas…

Con los únicos que no se han enfrentado han sido con los banqueros y con los curas. Rouco, preside, virtualmente, cada Pleno del Congreso y cada Consejos de Ministros, y Rodrigo Rato, Matas y Camps son sus “modelos” a imitar.

¿Y todo para qué? El paro, que era su demagógica coartada, siga imparable, el déficit incontenible, las tarifas eléctricas inabordables, el empobrecimiento general y las previsiones macroeconómicas al desastre.

El mundo, nuestro mundo,  ha estado a punto de acabarse.

En esta tesitura la ecuación es muy fácil. O acabamos con ellos o ellos acaban con nosotros.

 

miércoles, 19 de diciembre de 2012

La ciudad inertemente mafiada


 

Aquella ciudad al Sur de Europa y de los estómagos agradecidos vivía poblada por la indolencia, la mediocridad y la miseria de las mentes.  Una directa emanación de su idiosincrasia habían  sido los treinta años de control sacramental por un clérigo orondo, que había corrompido y comprado todo: voluntades, cargos, políticos, ollas, academias y personas.

El influjo de este desarreglo había llegado a lo medular.  Un antiguo cordelillero, arquetipo de la usura, pasaba por ser su empresario más logrado. Un estajanovista del ladrillo también ascendió a los cielos crediticios de la excelencia empresarial y burbujera, y hasta un vendepavos, tapaeras de la mugre intelectiva, logró acceder al status, con cara de arcángel en las estatuas públicas.  

Y luego estaba la masa de relleno. Todas las “eminencias” literarias, artísticas, folclóricas, periodísticas, informativas, de profesiones liberales e intelectuales a la violeta (subvencionada),   estaban tocadas de la grasa del orondo cura.

La ciudad estuvo inertemente mafiada. Un día, al realizar unas obras, entre los muros de hormigón, empotrado entras las vigas, apareció un cadáver. Hormigonar el silencio.  Era la confirmación de la omertá, del pelo ondulado, de la mente sin sacudir, de aquella ciudad, desgraciada y vendida al incienso y al “pasar la mano por encima de Don Miguel”.  Una ciudad de meapilas, enchufados  y pelotas. Un  culto dual a la personalidad y a la estulticia.

Los vientos del neoliberalismo trajeron la ruina, completa, del “negocio” del cura, de sus monaguillos y acólitos. Pero la ciudad siguió igual de mafiada: la mugre se había enseñoreado de todo y ahora mirabas el cubo de la basura y te encontrabas desde un prejubilado del engendro hasta el primo de un enchufado, jefe de negociado en la “caja”, la cónyuge o el hijo de un alcalde  y la cucharilla de plata de una alcaldesa desnortada.

No había los suficientes perros ni gatos para comerse a tantas ratas.  La mediocridad absoluta, la corrupción absoluta, la insustancialidad absoluta, habitaban en aquel cuerpo magro  de mezquinos, ruines, alicortos, pueblerinos e intoxicados ciudadanos. La lid de aquellas fieras  y la de su “hermana la pelá”, era ningunear y arruinar a todo el que era capaz de crear, de tener opinión propia, de levantarse, críticamente,  ante la languidez de la adormecida urbe, ajada hasta sus centros medulares de inútiles mentales vestidos de gobernantes, políticos, periodistas, intelectuales de salmorejo y romería,  santones de casino y escritores de la vacuo.

Algunos perros no tenían ni rabo y todavía controlaban, pastoreaban la bondad de las opiniones o el transparente brillo de la salchicha de sus cuerpos. En esta ciudad o matadero, toda la carne está ya picada. Las amantes, los enchufados, los consortes con cargo de directoras de la mierda antigua, se han exhibido ya a pleno sol de la impudicia colectiva.

Solo una decena de lobos andan sueltos por las calles.

 

Postdata: Esta ciudad tiene nombre. Se llama “Córdoba” y es tanta la abyección que destila, que en ocasiones es conveniente intentar obviarlo.  

martes, 18 de diciembre de 2012

Las fotos del Borbón y sus “amigos”


 

Recibo una foto por Internet. La instantánea  fue tomada en la finca de “El Alamín”, en Toledo, propiedad de Gerardo Díaz Ferrán, ex jefe de los empresarios españoles (CEOE), actualmente encarcelado por evasión de capital, y quien acogió una cacería de perdices donde fueron invitados el Rey Juan Carlos, Jaume Matas, ex presidente de las Islas Baleares condenado por malversación, cohecho y prevaricación, y Arturo Fernández, empresario imputado por el escándalo de la entidad financiera Bankia.

En Andalucía, mi tierra, hay un dicho que dice : “Quién con niños se acuesta, amanece meado”. Es decir, que si el Borbón participa en una cacería y se fotografía muy ufano con alguien que está ya en la cárcel por alzamiento de bienes, evasión de capitales y fraude fiscal, como el “líder” de los empresarios españoles, con el presidente de una comunidad autónoma, procesado y condenado ya por prevaricación y estafa, con 19 juicios pendientes con un total de nueve acusaciones diferentes y con un procesado por la presunta quiebra fraudulenta de 40.000 millones de euros, lo más probable es que según el dicho esté ya bastante “cagaó y meaó”.

Este es un país de mierda. Está plagado y gobernado por mangantes, evasores y delincuentes. 30 de sus 35 empresas más importantes pagan sus impuestos en paraísos fiscales, hay 300 políticos implicados en procesos por corrupción que siguen gobernando  y las rentas del trabajo han transferido en el último año un 23 % por ciento de sus ingresos en favor de las rentas del capital, que eluden, evaden o refugian sus impuestos en Sicavs, paraísos fiscales, se asesoran por ex ministros expertos el “tema” o contratan a chinos avispados que sacan sus capitales en furgonetas.

Se exprime, recorta y empobrece al pueblo, a las clases menos pudientes, en nombre de una austeridad imaginaria, se hipoteca el futuro de millones de jóvenes de varias generaciones para tolerar, indultar, amnistiar  o legislar en favor de una minoría de banqueros y corruptos que no se sacian nunca y el que se cree  presidente  de este país o cortijo dice que cree que los esfuerzos han sido “equitativos”.

La impudicia, el descaro y la impunidad nos gobiernan. Se restringen, cada día,  las libertades, se diseña y hace una justicia para ricos, se desmontan derechos, servicios  y garantías que han costado siglos de lucha y se desahucia y agrede al pueblo. Esta supuesta “democracia” es de la misma naturaleza que el Estado, virtual e infumable.

Es Estado es una burla de sí mismo. Y todavía habrá quién el día de Nochebuena se asome a nuestros hogares a felicitarnos. Sacudiéndose el polvo de elefantes, de perdices y de “amigos” como los de la foto.

Hay palabras, discursos, que como dijo el poeta, son “humaredas perdidas, neblinas estampadas”. Sus palabras, y hechos, están heridas de muerte.  Hay que apartarse para que ni nos hieran, ni nos apesten.

domingo, 16 de diciembre de 2012

La irresistible ascensión a la idiocia absoluta de Luis Martín

La naturaleza no fue demasiado generosa con Luis. Cuando nació le dotó de sólo un par de neuronas válidas. No se arredró por ello y se apuntó a Alianza Popular. Votó en contra de la Constitución en pleno conflicto neuronal, pero fue una jugada redonda. Lo hicieron talibán de un partido de pijos y fachas.
En aquella desierta pradera ...
de hijos de franquistas, las neuronas habilitadas de Luis se impusieron al cero al cociente de aquellos demócratas con profilaxis.
Cabalgó por el desierto, hasta que un pijo mayor, de Guadalcázar, se acordó de él para esconderse en el burladero.
Luis se lo ha creído y ahora hasta “habla” sólo. Ya no necesita tener a Amelia Carucuel o a Rosario Alarcón detrás. Va suelto de manos y con las dos neuronas con las pilas puestas.
Ayer, en medio de la completa ruina de Procórdoba, que preside con un cariz de sublime ineficacia, repitió la perorata y cantinela en la que anda encharcado hace año y medio. “Zapatero y Tejada mataron a Manolete”. No hay quien lo saque de ahí.
Ahora ha añadido una novedad. Ha metido a la consejera Elena Cortés en su rebaño de subnormalidad.
Le soplaban las orejas cuando ayer la llamó “consejera jarrai de la Vivienda”. No debió de pensárselo mucho (o tenía una de las dos la neuronas en baja) porqué así, de sopetón tal afirmación es un delito. Su arcabuz se le ha ido por la culata y mira ahora si algún juez, más o menos independiente, considera que equiparar a Elenita con el terrorismo es para meterlo en el trullo. ¿Qué iba a hacer allí sin Nieto y sin Amelia?
Hay que imaginarse ahora a Martín, en su nuevo papel de cuatrero de las declaraciones, cayendo por la rodada.
Las encuestas desfavorables tienen esos problemas, que hacen absolutamente idiotas a los que eran simplemente tontos.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Concierto flamenco por soleá a un año de mal gobierno


A un presidente

Anda al congreso y confiesa,

que te quiten los recortes

que tienes en la cabeza.

 

Anda y no recortes más,

 que los votos que has tenio,

 se te han de volver pesar.

 

A una vicepresidenta

Compañera, si te voto

La casita de los locos

Ha de ser mi paradero

 

Al ministro de Economía

Arrímate a mi querer

como a los asaltabancos

se arriman los del pepé.

 

Anda y vete de mí lao

Guindo de la economía,

Sombrilla de bacalao.

 

 

 

Al ministro de Hacienda

Anda y vete a la amnistía

Con  Montoro pasa tó,

Hasta las falsas partías.

 

A la ministra de Sanidad

Cuando paso por tu puerta

Te rezo un avemaría

Como si estuvieras muerta

 

¡Cómo has tenio valor

de recortar hospitales

siendo tú  el cáncer mayor!

 

Al ministro de Educación y Cultura

Anda y que te den un tiro

 con pólvora de mis ojos

 y balas de mis suspiros.

 

Al ministro de Gobernación

Corre y compra un incensario

Y ajumas al cardenal Rouco,

Mira que tienes mal fario.

 

Al ministro de Defensa

Como revienta un cañón,

A fuerza de este Gobierno

Tengo que reventar yo.

 

A la ministra del Paro

Anda que tienes mal fario

 tú votaste al PP

 aunque te bajó el salario"

 

A la ministra de Fomento

Se cayó la Babilonia

porqué le faltó el cimiento,

Estos acaban con tó,

las leyes y el Parlamento.

 

Al ministro de Industria

Ministro te vas quedando,

como el gallo de Morón,

sin plumas y cacareando.

 

Al ministro de Medio Ambiente

Cañete, cómo te has puesto,

que no ves la catedral,

ni tampoco el monumento.

 

De llorar tengo canales

de ver que por ti he perdió,

to  la costa

y algunos mares.

 

 

A los votantes

¿Amarilla y con ojeras?

No le preguntes que tiene

Es que votó a los peperas.

 

A votar a estos no voy

Y el viento que da en tu puerta

Son los suspiros que doy.

 

Buenos consejos te di:

Tú los quisiste votar,

¡Quéjate a tu decidir!

 

Soleá flamenca para el que todo el mundo sabe...

 Al revolver de una esquina,

 te den una puñalá,

 Trotona la plastilina.

jueves, 13 de diciembre de 2012

El Partido Popular trata a los pensionistas como delincuentes


 

Estoy jubilado. Recibo una llamada en mi domicilio. Quieren que apoye con mi presencia una moción en contra del recorte de las pensiones en un Pleno del Ayuntamiento de mi ciudad. No he comido. Son las primeras horas de la tarde. Acudo. 

Hay un centenar de personas.  Una gran pancarta. Saludos. Emoción. Aunque el Pleno es en el Salón Capitular y hay pocas cosas mas públicas y de propiedad colectiva que un Ayuntamiento,  hay que “acreditarse”. Milagros de una “democracia” enlatada.

 Sus “señorías” están almorzando. El Pleno está suspendido por veinte minutos.  Son las cuatro y cuarenta y el acto no se ha reanudado.  Democracia retrasada. Y comilona.

Llega el turno. Dos dirigentes sindicalistas se ha inscrito para intervenir. Les dan la palabra. German, de UGT, es un viejo rockero del sindicalismo, trabajó como emigrante en Brasil y Alemania, su voz suena un punto violenta, pero es firme, contundente, se dirige a la bancada del PP: “Nos estáis robando”. “Estáis metiendo la mano en nuestra cartera”. Los interpelados, repeinados, con corbatas de seda de brillantes colores, palidecen.

Antonio, de CC.OO, telefónico, es un veterano sindicalista, de una familia transversal de luchadores antifranquistas. Sus modales son refinados, educado, tiene apostura de buen parlamentario. “No sólo recortáis nuestras pensiones, es que queréis acabar con el sistema público. No lo vais a conseguir”.

El silencio se hace espeso. Los de la gomina y las concejalas  fashión tragan saliva. Le dan la palabra a un portavoz, más pijo y repeinado que ninguno. Verbo clónico. Habla como Aznar, como la Sáenz, argumento infantil: “Dónde estabais cuando Zapatero recortó las pensiones”. ¿Pregunta o acusa?

Yo lo se. En el mismo sitio. En la calle o detrás de la pancarta- que estaba hecha y es la misma de hace tres años-. Conozco a todos.  He discrepado y competido sindical y políticamente, de manera dura, con muchos de ellos, pero los conozco. Son gente cabal, honesta, consigo mismo y con los demás.

Hay un dictador de andar por plenos, antiguo y eterno militante de AP, que votó en contra de la Constitución y del Estatuto de Autonomía, que ha llegado hace un cuarto de hora a la democracia y que ahora ejerce de “moderador” y presidente del Pleno –no es el Alcalde Presidente que está refugiado en tablas- que no le da la palabra a los interpelados.

El círculo vicioso-virtuoso, yo te insulto-pregunto y mi colega presidente no te da la palabra. Así la corbata verde no me aprieta. A los insulto-interperlados,  que no se callaron con Franco ni con Fraga, se le atragantan cincuenta años de lucha en la garganta. No se callan.

Y el dictador, digo el presidente, nos expulsa del Pleno. A todos. A los interpelados sin voz, a los que fueron clandestinos cuando la calle era de un gallego montaraz, a los que tienen el pelo blanco y a los que no tienen ninguno y no han almorzado.

Voy por los pasillos de unas Casas Capitulares que yo ayudé a inaugurar, hace veinte y algo años, escoltado por recios policías locales que nos miran y dirigen como a delincuentes. Los que van conmigo, camino del frío y de la noche, son personas que me provocan un sentimiento que trasciende de la admiración. Son mis iguales, mis amigos, mi condición, mi generación, mi clase. Por encima de mis disputas en tajos, mítines y asambleas, los quiero, son los míos.

Son gente dura, honrada, podían estar, a sus sesenta y muchos años, al calor de la estufa y de su sillón, cuidando a sus nietos o a sus hijos por los que han hecho jornadas interminables de trabajo y de lucha personal. Pero no, están ejerciendo un noble derecho de una democracia por la que han luchado más que nadie: el de protestar, el de no resignarse a que le roben o atraquen.  Hay en ello una grandeza. Frente al terrorismo social de los paracaidistas de la democracia sobrevenida.

Rememoro la intervención de Antonio: “No los vais a conseguir”. No. No van a conseguir que nos sintamos delincuentes por más que un talibán de la derechona franquista nos expulse de la Casa de Todos, por más que una decena de  jamelgos de “su” orden nos rodeen con porras y pistolas reglamentarias. Tenemos algo que ellos no tendrán nunca: dos legitimidades, la histórica y la personal. Ellos sólo tiene sus corbatas verdes, sus concejalas fashión –mitad rayos UVA y mitad colegio de monjas- y cuatro porras prestadas.

A la salida del Pleno, en la calle, comprobamos que el dictador que votó en contra de la Constitución ha pedido refuerzos para su democracia de cartón piedra. Hercúleos guardias nacionales, los antiguos grises, cuidan de que un centenar de ancianos, “rojos de mierda”, no pongan en peligro ni a la mayoría absoluta ni al sistema, ese que está hecho de silencios impuestos, robos y atracos decretados.  Y demócratas de hace un cuarto de hora.

Afuera, en la calle, están el frío y la noche. Y un sistema social, trufado de terroristas sociales y talibanes de pasado y presente totalitario.   Y,  quizás, el fascismo.

martes, 11 de diciembre de 2012

Bravos, mansos y sobreros


 

El “desministro” Wert se ha definido a sí mismo como “un toro bravo que se crece en el castigo”. Resulta evidente que este morlaco, además de poca originalidad – Miguel Hernández usó mucho más certeramente esta expresión en el verso 9, soneto 23,  del “Rayo que no cesa”- no es muy bravo que digamos. Es más bien un “manso” de mucho cuidado e inclusive  un “cabestro” o “marrajo” de considerables dimensiones.

Por su andar por la plaza, huido, rebuscón, refugiado en tablas y manseando ante los del castoreño, está dando muestras de poca clase, encaste y bravura.  Ha ido mal al caballo, echando la cara arriba, flojeando de los cuartos traseros y perdiendo las manos en cada embroque, por lo que ha sido condenado a banderillas negras.

Se ha refugiado en las tablas del acuerdo secreto con la “Conferencia” y corneado a traición a la comunidad educativa, tirando peligrosos derrotes a profesores, alumnos y padres. Se ha arrancado de sopetón contra la cuadrilla catalana y ha abierto la boca por falta de aire y bravura.

Le ha pegado un cornalón mortal a la Educación para la Ciudadanía y se ha rendido de patas y manos ante las exigencias del verduguillo de los obispos, sembrando el terror en el ruedo y las cuadrillas con su cornamenta bizca y desigual, de corniveleto de la derecha clasista.

De poca nobleza y falto de casta, su embestida descompuesta y al arreón, ha propiciado el descrédito de todo el lote de los de su camada y mala sangre, y la bronca del respetable al mayoral de su ganadería, que ha tenido que salir del ruedo protegido por los guardias.

El hierro del PP ha quedado en entredicho, por la desastrosa lidia de otros erales o sobreros como “Gallardón”, “Báñez” o “Islero de Rajoy”, de divisa azul y gaviota, novillos embolaos de la crisis y el trinque, reservones y malintencionados y camino de quedar únicamente para lidias grotescas o menores como las del “Bombero” o “Enanito” toreros.

Lo dijo el genio de Orihuela: “Nunca medraron los bueyes en los páramos de España”.

Nada de bravo, un buey.  O cabestro.