viernes, 8 de noviembre de 2013

Valencia y las responsabilidades


 

La tocata y fuga de Alberto Fabra de sus responsabilidades en la quiebra, despedida y cierre del Canal 9 valenciano, que ha supuesto un agujero contable de 1.200 millones de euros, puede suponer el despido a lo más ancho del “carrer” de 1.620 trabajadores.

Es decir que el sucesor por vía digital de Francisco Camps, amiguito del alma, le ha pegado fuego, antes de San José, a la monumental falla de la televisión que su partido había montado a su mayor gloria propagandística para cantar a bombo platillo todas las soñadas excelencias de la megalomanía pepero-valenciana.

Pero hay otras fallas. La suspensión de pagos del parque Terra Mítica que le costó a los contribuyentes 100 milloncejos del ala, el coste del Teatro de la Ópera diseñado por Santiago Calatrava por valor de 332 millones, el seguimiento de la visita de Benedicto XVI a Valencia que le costó al Canal Nou 11 millones y sabrosas comisiones a una variante, entre chorizo-salchichón, llamada Gürtel.

La fallida Fórmula-1 por valor de 39 millones. El caso Noos y la perejila de Camps y la tía Rita, los Ferraris, el aeropuerto de Castellón, los billetes de lotería premiada que le jodían a Carlos Fabra, la quiebra de Marina d’Or, las monumentales “fallas” de la CAM , subsumida en Bancaja y Bankia y el agujero fallero del Banco de Valencia, que han dejado a esta comunidad sin bancos y sin telerañas en las arcas.

Si, si, muchas “fallas” y a todas les han pegado fuego los mismos. Los que se presentan como eficaces gestores de esto y aquello y que tienen menos vergüenza que una cabra en sus genitales.

Pocas responsabilidades se han exigido. Pocas se exigirán. Alberto Fabra no ha asumido ninguna cerrando Canal 9 y se va de rositas demagógicas diciendo que prefiere cerrar el Canal de sus dislates a cerrar un colegio o un hospital. Que también los ha cerrado.

Y ahora me acuerdo, que a finales de la pasada primavera, comenté en una red social, a menos de media docena de amigos, que creía que la policía estaba cargando contra unos manifestantes ante el Ayuntamiento de mi ciudad. Y no era verdad, porque confundí el lanzamiento de unos petardos por parte de los que se manifestaban con el lanzamiento de botes de humo por parte de la policía. El portavoz  pepero en el municipio me amenazó públicamente con los tribunales de su Verdad Revelada y a “exigirme todas las responsabilidades a que hubiera lugar”.

Está bien esto de la “exigencia de responsabilidades”. Para celebrarlo me voy a tomar un “medio” de moriles a la salud del portavoz pepero de mi localidad.

¡Y que Santa Lucia le conserve la vista!

No hay comentarios:

Publicar un comentario