viernes, 18 de noviembre de 2011

Durán i Lleida o las putas las carga en mi cuenta


Tiene la mirada vidriada, como de crucifijo románico, las gafas de color rosa, de gay del Paralelo, y un aire de galápago de derechas siempre en disposición de tropezar con algún rédito.

Aunque ejerce de catalán, nació en la provincia de Huesca y vive en el Ritz madrileño donde le han fotografiado desayunando como un marques de chaqueta cruzada.

Un notario de Barcelona, Alfons López Tena ha dicho de él esta impagable perla: “corrupto y experto en cobrar comisiones, vender enmiendas de leyes a grupos de interés, premiar con cargos públicos a sus amantes y sus ex amantes y dedicar dinero público a financiar su vida sexual, variada y extensa".

-          Vete al Ritz y mira como está el mercado

-          ¿Valen todas?

-          Las de Berlusconi, no, noy.

-          Escolta, secretari.

Y ahí lo tienen. Cuando los ladrones, los banqueros, los especuladores financieros y políticos vendidos se forran a manos llenas, Josep Antoni Durán y Lleida, demócrata cristiano, portavoz de CiU en el español parlamento, tiene como fijación a los jornaleros andaluces que cobran el PER. Que según se señoría aforan los cuatrocientos euros al mes y se quedan en el bar emborrachándose. ¡Que dispendio! ¡Qué los detengan a todos y los hagan comulgar con el arzobispo de Oviedo!

Secretario General de CiU cree que el principal problema de Spain, y por ende de Catalunya, es que los andaluces en paro se queden en el bar hablando de Messi y no hagan cosas de más provecho, como por ejemplo, servirle a él esos opíparos desayunos en su lujosa habitación del Ritz.

-          Vas para ministro Josep Antoní.

-          Tengo el caché necesario.

-          Pero, ¿te acuerdas de la caída de Roca?

-          Sí, es para mearse.

Este señorito sin caballo, que lleva sin darle un palo al agua desde 1979, en que debutó con picadores como concejal en Lleida, y que conoce treinta y tres años seguidos de dietas, nóminas y gastos por desplazamiento a cargo de los presupuestos públicos,  tiene una fama de putero que le precede.

Y así, como el peso de una plomada, este profesional de las mayorías incompletas, este fósil de la democracia en escabeche, volverá a agitar el rabo en  los hoteles de lujo. ¡Que las pongan en su cuenta!


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