sábado, 21 de abril de 2012

Rajoy regresa al planeta de los simios




El insomnio le ganaba la batalla al cansancio. Los titulares del día martilleaban  en mi cerebro, y, quizás en mis hígados.  El intacto trasunto de la realidad me producía una terrible desazón. En la frontera onírica, aquella que tan bien describió el rey-poeta Al Mutamid, resbalaban las pesadillas.

Veía la estatua de Las Cibeles inclinada y medio hundida sobre un lodazal de decretazos, medicamentazos y matriculazos. Alguien, con la misma cara de Charlton Heston gritaba: ¡Yo os maldigo a todos! ¡Os maldigo!

En el violeta y azul de la noche me di cuenta.  El gobierno del PP, nos había hecho regresar al planeta. Al de los simios. Rajoy, huyendo por un garaje, era el gran simio.  Y allí estaban sus monos, y sus monas, armados de decretos, reduciéndonos a esclavos. Sin derecho al trabajo, a la sindicación, a la negociación colectiva, a la huelga. Sin medicinas, sin escuelas, sin pensiones. Reprimiendo y criminalizando las protestas, con un ejército de monos policías, comandados por el gorila Fernández.

Y la mona Soraya, y la chimpancé Esperanza y la monita Mato, morena de rayos UVA y  subida a un Jaguar.  Jadeaba en blanco y los monos me acosaban. Atacaban mi pensión, mordían las matriculas de mis hijos y me robaban la cartera.  Era el terrorismo institucional de los monos en el poder. La drogadicción a causar el mal ajeno. Y los oía en sus declaraciones a una televisión  intervenida por el titi Urdaci: ¡Si solo son cuatro cafés!

En carne viva. Los simios lo controlaban todo. Ponían condenas de cuatro años a la calavera de Gandhi, compraban arsenales de pelotas de goma y blindaban el acceso a los ayuntamientos, al ejemplo de Nieto,  el monito cordobés. Y esta marabunta de simios nos devoraba.

Unos llevaban tatuada la cruz gamada y otros, directivos de un club de monos, querían pasarse a cuchillo a todos los sindicalistas y a los que se atrevieran a hacer huelga. La cultura consistía en convertir su violencia en folclore, la  estafa de crisis y su ocupación del poder en una coartada para acabar con todos los derechos.

Entre patrulla y furgón policial, acerté a ver al gran simio Rajoy, en una visita oficial a Bostwana, declarar abolida la Constitución y proclamar el estado de sitio simiesco.  Solo los monos, los simios como él, tendrían derecho a la vida, las pensiones y las medicinas gratis.

Antes de despertarme, sobresaltado, vi una gran llama de esperanza, con Rajoy huyendo en busca de su garaje, La Moncloa, comenzaba a arder.

Ya despierto, no paraba de gritar: ¡Monos de mierda, yo os maldigo!

viernes, 20 de abril de 2012

La quiebra (absoluta) del Estado




¡Como puede decir el presidente de un Gobierno (en territorio extranjero, como es habitual) que “No hay dinero para los servicios públicos” y no dimitir seguidamente!

¡No era este el candidato ufano que todo lo iba a resolver con su sola presencia al desaparecer la malignidad de Zapatero!

¿Para que sirven nuestros impuestos? ¿Para que sirven el IRPF, el IVA, el IBI, los directos, los indirectos  y todas las cotizaciones sociales?

¿Si el Estado no puede proveer los servicios públicos, para que queremos “Estado”?

Viven en la absoluta desvergüenza. ¿Cómo pueden decretar un incremento de las tasas universitarias en un 66 %, al día siguiente de imponer el “repago” de los medicamentos y condenar a la miseria física a los pensionistas de mayor edad y falta de salud y a la semana siguiente de no aprobar un impuesto a las grandes fortunas?

Fermentan en su condición de clase. Quieren, descaradamente, privatizar la sanidad y la educación. Condenar a millones de personas al desempleo, a la falta de formación o a la enfermedad y la muerte prematura, y que la salud, la vejez o la formación académica sea un privilegio de casta. ¿Cuántos cafés deberán de dejar tomar los estudiantes –o sus padres- para atender los 640 euros de más que les va a costar la matrícula del próximo curso?

La vida, en este país, desgraciado y maltratado, se va a transformar en vivir lo justo parar pagar unos impuestos inútiles, languidecer de pobreza e incultura y ver como una ministra –con chaqueta verde y morena de rayos UVA- o un funcionario nombrado a dedo –con corbata y gomina- nos informa de sucesivos decretazos, tarifazos, medicamentazos y peperazos.

¿Dónde estará ahora aquella niña que Rajoy utilizo en la campaña electoral de hace cuatro años, que hablaba de un futuro feliz, en una España poblada de gaviotas azules?  Por lo pronto no tendrá empleo ni posibilidad de tenerlo en bastante tiempo, y si no pertenece a la clase de las de chaqueta verde (y gomina), con bastantes posibilidades de quedarse en analfabeta funcional.
Esta España da miedo. En Grecia y en Italia los suicidios han crecido un 40 %, aquí, unos pocos, parecen decididos a acabar con la mayoría. Si alguna voz los votaste, el asco está a punto de alcanzarte

miércoles, 18 de abril de 2012

Como plaga de langosta


Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.”

 Abraham Lincoln.



Nadie, en su sano juicio, podría creerse hace un año la realidad que tenemos en el momento actual en nuestro país.

Nadie podría creerse que se hiciera una reforma laboral  despiadada, que arrasa con los derechos de millones de trabajadores en favor absoluto de los empresarios por el sólo hecho de serlos.

Nadie podría creerse que prácticamente se acabara con la sanidad y la educación pública, recortándole 7.000 millones de euros a una y 3.000 a la otra.

Nadie podría creerse que se introdujera el “repago” de los medicamentos incluyendo en ello a millones de pensionistas que tienen unos ingresos de 641 euros mensuales.

Nadie podría creerse que se hiciera una amnistía fiscal en favor de defraudadores reconocidos y profesionales de la evasión, invitándoles a pagar la tercera parte de lo que a cualquier contribuyente.

Nadie podría creer que se esté instando a la desaparición del derecho de huelga o la severa criminalización de las protestas, incluyendo la resistencia pasiva, después de hacer desaparecer la negociación colectiva.

Parece un mal sueño, pero todas estas cosas y más (retroceso en derechos civiles, regresión de leyes aprobadas, marginación de la cultura, aumento de impuestos, incrementos abusivos de las tarifas eléctricas, del gas, la gasolina y butano, de cualquier producto o servicio…) han ocurrido. Y todas han tenido el mismo proceso previo.  Negación, verificación y mentira.

Las hemerotecas, las videotecas, las redes sociales, están llenas de declaraciones jurando en arameo de que esto o aquello no se iba a hacer. Y se ha hecho.

Estamos ante la mayor concentración de defraudadores, mentirosos y reaccionarios que se hayan podido reunir nunca. No es que hayan mentido una vez, es que todo lo que dicen es mentira.  Acto, materia, sustancia: solo saben mentir.

Parece que el mundo se acaba y todos somos asquerosamente culpables. O nos ponemos de pie o terminan de machacarnos. Menos mal que detrás de su mentiras solo están las ratas.  O las langostas.

martes, 17 de abril de 2012

La marquesa que se metía en todos los charcos



Tengo el convencimiento que las fachas son mas necesarios que los psiquiatras. ¡Como si no  íbamos a tener activa nuestra capacidad para indignarnos después de vivir tres décadas en la mariconada ideológica de la socialdemocracia!
Ha habido personas que se han sentido compelidas al asombro cuando Esperanza Aguirre, marquesa consorte de Murillo, se ha pronunciado a favor de la liquidación del Estado de las Autonomías. Antes había dicho que “los sindicatos caerán como el muro de Berlín” y nada, absolutamente nada, de lo que diga, debe extrañarnos.
Su única ideología es el fascismo. Y, ya se sabe, ahí sobran todas las autonomías, libertades, sindicatos y otras gaitas sandungueras.  La señora marquesa, un paquidermo en estado de macarra, puede decir por la mañana que no subirá las tarifas del transporte público y al mediodía, firmar el decreto que aumenta el precio del billete del metro en un 40 %.  Es  una pirómana social con traje de verbena.
Háganse cargo. Esta tiñalpa es una traficante de patrioterismo y brazos en alto y su realidad no le permite dejar cabos sueltos. Vive subida a los nigromantes que la votan, hasta que se pegue el gran batacazo, y la recoja Rajoy y la nombre ministra de Administraciones Públicas, pongamos por caso.
Hortera y católica fervorosa, la señora marquesa es la imagen perfecta de la neurona y el voto inútil. Es Franco con faldas y una televisión de chotis a su servicio,  que palpita predicando la reacción  sin necesidad alguna de que se meta en ese charco. Pero se mete, en ese y en todos.
A mi, salvadas las naturales diferencias,  me recuerda  a las “frescas”  de mis barrios menestrales cordobeses  de San Agustín y La Fuenseca, con la diferencia de la espontaneidad y salud mental que tenían mis frescas, comparadas con la horteridad política de la marquesa.
Ahora que los peperos no tienen, salvo Galicia, ninguna convocatoria electoral cercana, se ha descocado. Mas franquista que el aguilucho, a la criatura le viene ancho el traje de demócrata y anda haciendo este tipo de exhibiciones. ¿Acaso con Franco no jodíamos mejor y sin tantas autonomías?
Aguirre te ofrece la ráfaga del fascista con bigotillo que te encuentras en el autobús queriendo arreglar el tráfico, el paro y la sequía a golpe de metralleta.
La Espe,  como el Alcázar no se rinde. Que levante la mano quien no tenga un facha cerca, debajo de los luceros.

domingo, 15 de abril de 2012

El cementerio de los elefantes


Ahí sigue el tío. El país se va por el sumidero, hay cinco millones de ciudadanos entre la desesperanza, el hambre física y el desempleo, retroceden las libertades, se anulan conquistas sociales de siglos, quieren condenas de cárcel hasta para la resistencia pacífica, una jauría de corruptos –incluyendo a los de su propia familia- se forran el bigote ante el empobrecimiento de la mayoría, desaparecen la sanidad y la educación pública… y el Jefe de este Estado de desgraciados se va a cazar elefantes a Bostwana.

Estamos llegando tarde a casi todo, y a un presunto golpista nos lo vende como “salvador” de la democracia,  a alguien que hace y ha hecho negocios con tiranos y genocidas de medio mundo como garante de nuestra libertad, a alguien que se bebe hasta el mistol y se cae peloto cada tres semanas como arquetipo de la familia hispana, la pobre.

Bien haría en hacer como su abuelo y escaparse por el foro. ¿En nombre de que autoridad moral puede regirnos alguien que entiende que una realidad social como la nuestra se afronta matando elefantes en el África profunda a 37.000 euros el pelotazo?

Todos hemos sabido siempre algo de su desastrosa vida privada y levantafaldas, de sus negocios con una flor en ojal y una cuenta en Suiza, de la trivialidad de su inteligencia “campechana”, pero esta brutal confrontación entre el sufrimiento de un país que se deshace impotente ante los mercados y su casquivana indiferencia de cazador de búfalos y elefantes es una sobredosis.

La nariz, antes fina de uno de sus yernos, huele por todos. El olor a pescado podrido llega a todos los pueblos y estamentos.  Cuando los ciudadanos sufren recorte tras recorte, cuando suben la luz, el gas, el butano, el IRPF, el transporte público, se imponen copagos y repagos, los niños y los estudiantes pasan frío en las aulas, el Jefe del Estado, de este Estado, mal pergeñado y peor articulado, no puede irse a tumbar elefantes a costa del erario público, cuando las asignaciones a su casa real apenas se han recortado un 2 %.

Ha dimitido un alcalde que no pagaba el IVA. Con mucha mayor razón debería dimitir quien afrenta los esfuerzos y el sacrificio de la ciudadanía desde su “majestuosa” autoridad con una absoluta falta de respeto y solidaridad con ella misma.

Llegará un día en que nadie creerá en nadie. Y que los reyes serán sólo otro chorizo empanable más. Y que los poetas, esperaran en un café, que pase el dorado entierro de la democracia. Camino del cementerio de los elefantes.

jueves, 12 de abril de 2012

Tocata y fuga de Rajoy (Esperpento I)


“Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento”.  (Ramón del Valle Inclán)

El espejo cóncavo de nuestra inmediata realidad nos da la imagen del llamado presidente de Gobierno, Mariano Rajoy, huyendo por un garaje del Senado de los periodistas que querían preguntarle por el recorte  de 10.000 millones en sanidad y educación. Puro esperpento.

Un presidente que ha alardeado de “decir siempre la verdad y no esconderse” que con cara lívida y descompuesta huye por un pasillo, ante una nueva y flagrante mentira (“no habrá ningún tipo de recortes en sanidad, educación y pensiones”) refleja la calidad, humana y política, de quien preside un gobierno  donde el vicepresidente segundo de Comunicación de un partido (Carlos Floriano) desmiente al ministro de Economía, donde se despacha la práctica liquidación del mal llamado “estado de bienestar” con una simple nota de prensa, mal redactada y peor leída, y donde una marquesa consorte liquida el estado de las autonomías (y de paso la Constitución) con un puntapié en el culo de la democracia.

Esto es lo que hay. Un gobierno vergonzante, ridículo e ineficaz que mueve más a risa que a dolor. Un “peña” descoordinada, filofascista y liquidadora, por encargo de terceros, de los derechos y garantías de los ciudadanos de un país de pandereta regido por mercachifles.

No hay más cera que la que arde. Y si yo fuera, cosa que afortunadamente no ocurre, un agente de una agencia de calificación de riesgo,  elevaría al infinito los índices de la prima de un país cuyos gobernantes usan a la prensa extranjera para hacer las mas trascendentes  declaraciones, que las desmienten en escasas horas, que hacen una enmienda de los presupuestos a los diez días de haberlos presentado, que tienen un nulo respeto a los ciudadanos y hasta a sus propios votantes y que, esperpentos vivos, viven instalados en él.

Esta es la España de Mariano y sus apóstoles. Donde nos cubrimos la cabeza con monteras, tricornios y capirotes, de obispos  ultramontanos y curatos, de defraudadores y sumergidos, de borrachos que gobiernan y de otros que gobiernan borrachos (se beben hasta el agua de los floreros), que un día liquidan por decreto el pacto social de la transición y que otro se cepillan de un plumazo la sanidad, la educación y las autonomías.

Este es el vacío de nuestra clase gobernante. Novelar y politizar la nada. Pobres hijos de puta.

lunes, 9 de abril de 2012

Danzad, danzad, malditos




La cosa está quedando meridianamente clara.  Las políticas neo liberales que están aplicando los gobiernos de derechas de todo el mundo corresponden a directrices acordadas en el Club de Bildeberg.

 Y las ineficaces medidas económicas que están llevando al desempleo y a la pobreza a millones de personas de todo el planeta no son otra cosa que una conjura para imponer la dominación capitalista, la destrucción sistemática del “Estado de Bienestar”, la planificación económica y las conquistas sociales de cualquier legislación o constitución vigentes.

Así es que nuestra Reina Sofía, Donald Rumsfeld, Goldman Sachs, Ana Botín y Étienne Davignon, entre otros, son los responsables de la ola de atracos planificados y enriquecimientos abusivos que asola al planeta.  De la desesperación de millones y millones de funcionarios, pensionistas, jóvenes, mujeres y desempleados que en la mayor impunidad son azotados y condenados a una vida indigna.

Los dos rescates de Grecia, los de Portugal e Irlanda, el ataque a los derechos laborales, educativos y sanitarios de España han sido y son perfectamente inútiles. Un grupo reducido de maleantes de alto copete nos han puesto en su punto de mira, en su chatarra mental y han convertido el corazón de Europa en un ejército de mendigos. Son, sin que nadie los combata, la peor calaña de terroristas que haya podido caer sobre nuestra especie.

¡Danzad, danzad, malditos!,  dicen sus ministros apostados en parlamentos y mayorías truculentas. Recortan todo lo recortable y trafican impúdicamente con nuestra hambre, nuestra salud o la educación de nuestros hijos. Privatizan, estrangulan y decapitan a bordo de sus índices de deuda o déficit público. Zarandean nuestras nóminas y se ciscan  en nuestras vidas o sus proyectos.

¡Danzad, danzad, malditos!, su filosofía es la mentira. Merkel, Sarkozy, Cameron o Rajoy son la misma cara de la misma moneda, el excremento que expele el becerro de oro, el capitalismo en estado puro. El FMI, el Banco Mundial, la Europa de los mercados y los mercaderes son la sotabarba del latrocinio elevado a la máxima potencia.

Ahora, arriada yo todo indicio de justicia, de humanidad, de razón de cualquier gobernante, solo nos quedan los dientes.  Y utilizarlos en una gran metáfora revolucionaria.