martes, 20 de junio de 2017

Teoría de los portavoces fachas







Dentro de unos años, cuando una tormenta haya levantado la caspa mafiosa que durante unos años cubrió el reino de las Españas, aparecerá allí.
El portavoz chusco y cadenero, un desfasado de su tiempo, de montañas nevadas y asalto a rojos en la aceras. Un fanático sin pistola –de momento- que convierte en flato las acusaciones de corrupción a su partido.
Dicen, las crónicas, que pudo haber nacido por la Alcarria y que pudo ser miembro activo de Fuerza Nueva con cinturón con hebilla metálica, para pasear en las noches clandestinas del furor patrio y guerrillero.
El Rey era Cristo y pudo ser que un tal Blas le diera la primera comunión. Pero se puso práctico y se afilió a las Nuevas Generaciones, donde hizo carrera.

-No tenemos fachas mejores que tú. Te vamos a elegir diputado y portavoz de comunicación.
-¿En Guadalajara?
-No. En Almería allí nuestros fachas son más fiables y no se preguntan nada.
-Quiero usar la dialéctica de los puños y las pistolas.
-¿En el Parlamento?
Si. Contra Rubalcaba.

Le ardía una llama justiciera dentro de su corazón de franquista derrotado por la historia. También se hizo negacionista del cambio climático, como el primo de Rajoy, y dijo que eso era una parida eco-comunista, cosa de rojos afiliados a Green Peace, incompatible con su visión de Acción Católica y primoriverista de la vida.
Era un católico de camisa blanca y admiración por Rouco, lo que no impidió que se divorciara, tapándose la nariz y comulgando una semana seguida.

-Cara al sol con la camisa nueva.
-Eso ya no se lleva muchacho. 
-Mis modas no son de este mundo.
-Ni tú partido tampoco.
-Yo soy del partido del que más trinca.
-Entonces, vas en camino.

Una vez, por una resolución judicial, tuvo que pagar una multa de 20.000 euros –a medias con un señor que toma gin-tonics por todos los bares y chiringuitos de Córdoba- por decir, -¡Mire usted por dónde!- que un partido se financiaba ilegalmente, como si en el mundo no hubiera Bárcenas, Granados, González, Ratos y no estuvieran todos en el suyo (partido). Otra vez, en plena portavocía del yugo y las flechas dijo que el juez Pedraz era “un pijo-ácrata” y se tuvo que meter la lengua en el culo.
Todo su respeto político a las ideas contrarias, todo su sentido democrático y de las Jons, se quedó visible cuando en un ruinoso canal de franquistas sin reciclar dijo que “algunos se han acordado de su padre cuando había subvenciones”.  Lo que dejó bien a las claras su “democrático” sentido del derecho de las gentes de honrar a sus víctimas.
Es un machista de Almería sin Wagner, un conglomerado de Blas Piñar, jefe provincial del Movimiento con camisa azul  y el ministro Solís.
Es un perro de presa de la Mafia Parlamentaria. Una mezcla de Rottweiler y Bull Terrier sin encadenar, que mira a la yugular de sus adversarios.
Si nace más facha no nace. Es directamente un doberman.

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