sábado, 3 de junio de 2017

Adaptación del discurso del Gran Jefe Seattle a Andalucía y a los presupuestos del Gran Jefe de la Moncloa





“El Gran Jefe Blanco de La Moncloa ha ordenado hacernos saber que se han aprobado los Presupuestos Generales del Estado para el presente año.  El Gran Jefe Blanco nos ha enviado también palabras de comprensión hacía nuestro retraso y nos recomienda paciencia. Mucho apreciamos esta gentileza, porque sabemos que muy poco hace para tener nuestra amistad. No vamos a considerar sus palabras pues sabemos que no son sinceras y las dice todos los años. El Gran Jefe Blanco de La Moncloa podrá confiar en los fieles diputados de su partido en esta autonomía con la misma certeza que espera el retorno de las estaciones. Como las estrellas inmutables tienen su perruna fidelidad. 

¿Cómo se puede relegar más a una región que a Andalucía? Es imposible.  Esa es para nosotros una realidad a la que ya estamos acostumbrados

Si nadie puede poseer la frescura del viento ni el fulgor del agua, ¿cómo es posible que usted se proponga acabar con ellos en Andalucía?

Cada pedazo de esta tierra es sagrado para nosotros. Cada cala de la costa, cada puñado de arena de las playas, cada pueblo al pie de la montaña,  cada rayo de luz en la amanecida o cada flauta de las marismas  son sagrados en la memoria y vida de nuestro pueblo. La música del flamenco que nos emociona lleva consigo la historia de cada uno de los andaluces.

Los Presupuestos del Gran Jefe Blanco olvidan las necesidades de este pueblo, que se muere de hambre y paro aunque baile en romerías y ferias.  Nuestros exiliados por el hambre  jamás se olvidan de esta tierra, pues ella es la madre de todos los andaluces.  Somos parte de su decir, sentir y pesar  y todos ellos son parte de nosotros. Las flores perfumadas de los Patios de Córdoba son nuestras hermanas; los arrayanes de Granada, en brezo de Cazorla o los castaños de Galaroza son nuestros hermanos. Los picos rocosos de Sierra Nevada, los surcos húmedos de las campiñas, el calor de agosto y el vino de septiembre, todos pertenecen a nuestra misma familia.

Por esto, cuando el Gran Jefe Blanco de La Moncloa recorta nuestras inversiones, reduce nuestras infraestructuras, relega la comunicación entre nuestros mares y puertos nos roba  mucho a cada uno de nosotros. El Gran Jefe Blanco dice que los presupuestos son “solidarios y de gran contenido social”. Y nosotros no lo vemos. Vemos el mismo paro secular, año tras año, la misma falta de atención, los pueblos aislados por carreteras del tercer mundo, sin industria, sin servicios, sin escuelas y sin hospitales. Esta tierra es sagrada para nosotros. Y está retrasada y marginada.  Esta agua brillante que se escurre por los riachuelos y corre por los ríos no es apenas agua, sino la sangre de nuestros antepasados.  Los que emigraron a Cataluña y Centro Europa. Los que aquí murieron sin pan y sin trabajo. Ustedes deberían recordar que sus ciudades fueron el centro del mundo hace centenares de años, que su cultura de la tolerancia y el respeto a lo diferente son el máximo exponente de su identidad  y deberían enseñarla a sus niños, en vez del etnocentrismo y la intolerancia que transmiten y que cada reflejo sobre las aguas limpias de los estanques de los pueblos y ciudades de Andalucía hablan de acontecimientos de paz y recuerdos de la vida de un pueblo culto y sabio. Y que la Mezquita, la Giralda, la Alhambra son la voz nunca apagada de nuestros antepasados.

Sabemos que el Gran Jefe Blanco no comprende nuestras costumbres. Para él un pueblo de Zamora es igual que otro de su Galicia natal,  que Lugo puede tener el mismo significado que Huelva, pues es un forastero que llega en la noche y sólo extrae votos en las campañas electorales. La tierra no es su hermana sino su enemiga, y cuando ya la votaron prosigue su camino y hace los Presupuestos que hace. Roba de la tierra aquello que sería de sus hijos y no le importa.

El retraso de los pueblos y los derechos de sus hijos son olvidados. Trata a nuestra tierra como una hijastra o como cosas que puedan ser compradas, saqueadas, vendidas como carneros o adornos coloridos. Su apetito electoral devorará al país  dejando atrás solamente un desierto.

Ustedes deben enseñar a sus hijos que el suelo bajo nuestros pies es la ceniza de nuestros abuelos. Que fueron árabes, judíos o cristianos, pero sobretodo: andaluces. Para que nos  respeten, y no digan que ésta en una tierra de vagos o de folclóricos.  Enseñen a sus hijos lo que enseñamos a los nuestros, que esta tierra es rica y que su pobreza es inducida. Todo lo que nos roban nos será devuelto. Si nos escupen desde sus Presupuestos  están escupiendo en sí mismos.

Ustedes podrán pensar que lo poseen todo, pero su mayoría es inestable y está fundamentada en las monedas que han entregado. Pero mañana puede perder estas monedas y serán polvo y grupo mixto sobre la Tierra y el Parlamento.  Están contaminados por la Corrupción y morirán envueltos en ella y en sus propios desechos.

¿Qué ha sucedido con la Justicia ? Desapareció.

¿Qué ha sucedido con la Democracia? Desapareció.


La Libertad ha terminado. Ahora empieza la supervivencia en su Dictadura. 

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