“El Ayuntamiento de Córdoba, gobernado por el PP, renuncia al Centro de Convenciones y Congresos proyectado por el arquitecto Rem Koolhaas en el Parque Miraflores y quiere reubicarlo sobre el Pabellón de CajaSur en el Parque Joyero”. (De la prensa local).
La oferta electoral del Partido Popular en las elecciones municipales del pasado mayo se articuló sobre tres ejes: eliminación del desempleo, reducción de impuestos y eficacia y austeridad en la gestión.
Han transcurrido nueves meses. No se ha creado ningún empleo, antes bien, los niveles de desempleo han crecido (un 5,3 %) y han situado a la ciudad como la segunda de Andalucía en esta desgracia, el equipo de gobierno no ha generado una sola actuación o medida para atajarlo o reducirlo y una importante precarización sobrevuela sobre un amplio número de ellos en las empresas municipales.
A los cuatro meses de iniciado el mandato el alcalde vino a decir “que el empleo o el desempleo no era una competencia del municipio”. Una verdad o mentira a medias, con dos salidas. ¿Si no era competencia municipal porque culpaba a la izquierda gobernante de ello? O si lo es, ¿por qué ahora no lo reduce como demagógicamente prometió?
Los populares calificaron a la coalición de izquierdas que gobernaba de “voracidad fiscal” porqué subió las tasas e impuestos municipales un 2,1 % (IPC) y juró y perjuró que congelarían o bajarían los impuestos. En un reciente pleno ha subido todas las tasas un 2,9 %, aparte del IBI que ha tenido dos subidas, una municipal y otra estatal y no han renunciado a ninguna de ellas.
Hablaron de “austeridad y eficacia en la gestión” y la iniciaron con un viajecito del alcalde en un jet privado a New York para traer de la oreja a Córdoba a Rafael Nadal que debía de jugar un partido de la Copa Davis. Ya gobernando, la ciudad perdió la candidatura a Capital Cultural de Europa en 2016 por la que se llevaba una década trabajando, Los Patios no lograron ser calificados por la Unesco como Patrimonio Intangible, todas las actividades de carácter cultural han sufrido una congelación y merma de calidad impresionantes, no se pagan las subvenciones a colectivos ciudadanos y ahora para sellar su “eficacia” se renuncia a la construcción de un Palacio de Congresos que ya estaba prácticamente financiado por el Gobierno Central, la Junta de Andalucía y el propio municipio, diseñado en un edificio singular –el más importante de Córdoba en los dos últimos siglos- por un arquitecto del máximo prestigio para pretender ubicarlo en “una caja de zapatos”, emblema de la corrupción y el desastre económico que presidió toda la gestión de CajaSur en los últimos treinta años.
El edificio en cuestión, que costó un equivalente a 72 millones de euros está medio derruido a pesar de no haberse casi usado, su valor patrimonial ha descendido a la décima parte, está situado en una zona marginal, con mucha probabilidad en terrenos contaminados por el largo periodo que sirvió como soporte para la electrolisis del cobre, casi deshabitada, rodeado de vías de ferrocarril en uno de sus límites, en contraste con el proyectado, a 100 metros de la Mezquita, en suelo público y revalorizando todo el entorno.
El Partido Popular está dando en Córdoba ejemplo y medida de todas sus reales capacidades. Palabrería hueca, demagogia fácil, mentira libre. Una reata de niñatos engominados, pelagatos y pelagatas de colegio de monjas, que “no las han visto más gordas en su vida” y que cambian, en una oscura operación especulativa-financiera, un Palacio de Congresos por una caja de zapatos (sudados) que antes fue el pabellón de caza de un clérigo que se comía antes un plato de langostinos que enchufaba, con recomendación, a la mitad de los consortes de los actuales gobernantes de las casas consistoriales.
Posdata. El actual alcalde de Córdoba ha sido expedientado en dos ocasiones por el Banco de España por sus actuaciones como miembro del Consejo de Administración de la empresa propietaria de la “caja de zapatos” en la que su consorte es directora de una oficina o sucursal.
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