miércoles, 25 de marzo de 2015

Análisis de las elecciones andaluzas (3)






Durante un tiempo prologando fui militante del PCE, en la clandestinidad y en la legalidad. Me enfrenté con una parte de su “iglesia” contractual, -casi todos ya en el PSOE- y hace 28 años que no milito. No he debido de seguir el axioma de Heráclito sobre los distintos ríos que te bañan los pies o la cintura, porque a pesar de no tener carnet, mis adscripciones políticas: mentales, emocionales, familiares…  siempre me harán ser del PCE y de Izquierda Unida. O sea, en el mismo río toda la vida.

Hemos vuelto a perder en Andalucía. Casi todo menos la honra.  Hay un lugar común que dice que “la política ennoblece”. Yo creo justamente lo contrario: que envilece.  A nadie ha podido o puede tratar peor la política que al PCE e IU y sin embargo tenemos referentes éticos como Marcos Ana o Julio Anguita.

Nos persiguieron, encerraron y torturaron durante cuarenta años de dictadura. Hicieron leyes electorales como destino preferente (Norma D´Hont), hacemos una política coherente, al lado de los desfavorecidos y de los problemas reales de la sociedad y nos vilipendian, ningunean y nos salen enanos y aprovechados debajo de las narices.

IU cometió un error imperdonable: pactar un gobierno con el PSOE. Para frenar a la derecha, se decía. Creo que no hay peor “compañero de cama” que la formación socialdemócrata. Te “ponen los cuernos” –históricamente- antes de que te des cuenta.  Después de tres años dolorosos de Guerra Civil hicieron al golpe de estado del general Casado. Pactaron con la CIA y las socialdemocracia tibias de Europa (Alemania, Suecia…) una transición y una financiación que tenía como uno objetivo evitar que fuéramos hegemónicos en la izquierda.

Felipe González obvió, ninguneó e insultó a Anguita en todo momento y se hizo la víctima ante una supuesta “pinza” que él, y sus congéneres, hacen cada diez minutos.

En Andalucía nos han tomado el pelo. Nos han usado como freno para impedir las imprescindibles comisiones de investigación, para darse lustre con políticas sociales que ellos, en mayoría, nunca hubieran hecho. La gota que colma el vaso: aprueban con nuestro apoyo unos presupuestos dos semanas antes de disolver el Parlamento.  Racanería se llama el asunto.

Y ahora, los electores, probablemente con toda justicia, nos mandan a picar piedra.  No quiero referirme a Podemos, pero,  ¿qué han hecho cuatro niñatos de camisa limpia, nacidos para fastidiar al emergente nacionalismo catalán, para obtener nueve diputados, cuando nuestros diputados, con el apoyo de una militancia ejemplar y sacrificada se “han partido los cuernos” contra los desahucios, los recortes laborales o sociales, no sólo en una desgraciada legislatura de tres años, sino en los cincuenta años anteriores.

Ajo y agua. Pero no somos una fuerza nacida ayer ni que la desmoralice cualquiera. Cuando los “bipartidos” sean un mal recuerdo en la historia de la corrupción estercolera de esta país, todavía habrá PCE e IU. Aunque tengamos cinco parlamentarios. 

martes, 24 de marzo de 2015

Análisis de la elecciones andaluzas (2)



Las encuestas públicas, las encuestas internas, la dirección del PSOE, la dirección del PP… todo el mundo sabía que el PP se hundía en Andalucía. La única que no pareció saberlo fue la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría que teledirigió un candidato, casi desconocido, con un “centrismo” trasnochado y provocando horteramente a la no menos hortera socialista.

Si alguien tenía dudas, que viera los mítines y actos electorales, desvaídos, sin asistentes y con brindis al sol de los “espadas”. Un ejemplo: de los quince días de campaña ha habido algunos en que el PP de Córdoba  ha tenido un solo acto,  y en un pueblo de la Sierra de menos de 1.000 habitantes.

No les podía pasar sino lo que les ha pasado, que han perdido medio millón de votantes y 17 escaños.

El comportamiento de las direcciones del partido, autonómicas y nacionales, deplorable. Dejaron al candidato sólo en Málaga, después de un falso arropamiento inicial y buscaron al primero que pasaba por allí (el portavoz de campaña, Pablo Casado) para que diera la cara que escondía toda la dirección nacional, con Rajoy viendo el Barça-Madrid pegado al televisor.

Entre la abstención del votante de derechas, cansado hasta estéticamente de su partido y la irrupción más o menos artificial de “Ciudadanos” se han llevado a las urnas o a su casa el medio millón de votos perdidos.

A Ciudadanos lo retrata su candidato a presidente. Juan Marín ha militado, hasta el momento, en el PP, en el PA, en el PSOE, en un partido local de Sanlúcar y en la “marca blanca del PP o el Podemos de Derechas”. Es puro markenting electoral, el partido y travestismo, el candidato.  Se decía, en la mitología, que Saturno devoraba a sus propios hijos, en este caso y de aquí a noviembre, el hijo puede devorar al Saturno de la Caja B.

Podemos ha obtenido un resultado importante, pasar de 0 a 15 diputados, no puede ser otra cosa, pero está lejos de lo que se esperaba y de lo que vaticinaban la encuestas. No se entiende a Podemos si no gana, si no depura y desinfecta este escenario político de la adulterada Transición de las Castas.

Teresa Rodríguez, que inicialmente parecía una buena candidata, no ha dado la talla, con argumentos de poco calado, infantiles y en ocasiones pueriles, hasta se asustó de ir al “debate al 7” y en términos coloquiales “la cagó”.

No porque sea mi amigo no voy a dejar de decirlo. Podemos ha desperdiciado al que podría haber sido su mejor candidato. El abogado e incansable activista de los derechos humanos, Manolo Delgado. Presente en toda causa social, en los movimientos anti desahucios, en el conocimiento de las leyes contra la hipoteca, hasta personado en la causa contra la Infanta, Manolo era el candidato ideal. No lo ha sido ni por la provincia.

En otro momento intentaré analizar lo ocurrido a la formación política de mi desgracia.

lunes, 23 de marzo de 2015

Análisis de las elecciones andaluzas (1)




Tengo un grupo de amigos y lectores habituales de mis escritos que me piden haga un análisis del resultado de las elecciones al Parlamento de Andalucía.

Desde anoche tengo una tensión psíquica y mental que me ha llevado a pensar que no estaba en condiciones de hacerlo con un mínimo de objetivad.

No se me ha pasado el “cabreo”, pero algunas horas por delante, lo intento.

En primer lugar decir un par de cosas dolorosas tras el escrutinio de lo votado que mientras no encontremos otra escala de valores es del máximo respeto: la voluntad popular.

Pues a la “voluntad popular”, al electorado andaluz, y por extensión al conjunto del electorado del todo el país y dicho en una expresión popular andaluza “le importa un carajo la corrupción y los corruptos”.

El PSOE lleva 37 años gobernando nuestra tierra y ha llevado como compañera de viaje a la tangible, acreditable, incluso mensurable, corrupción. No es cosa de 300 imputados en ERES irregulares -incluidos dos ex presidentes de la Junta y media docena de ex consejeros-  o casos de falsos cursos de formación.

Es la existencia de una red clientelar, de una administración paralela con miles de funcionarios y asesores nombrados a dedo, por criterios políticos, que parasitan hasta el infinito un país como el nuestro de los más atrasados en recursos, empleos y actividad económica. No es la existencia de un PER que rememora las viejas prácticas del caciquismo y el férreo control del voto por parte de cargos públicos semi-profesionales.  “Como no nos votes te lo quitamos”. Para resumir.

La zafiedad connatural de Juan Guerra lo definió muy bien hace unas décadas: “Es la hora de que “nosotros” nos hagamos nuestro montoncito”.  Pues eso, el PSOE lleva gobernando demasiado tiempo para que unos “socialistas” de aluvión –sociolistos se dice por aquí- se hagan su montoncito.

Y eso ha quedado demostrado que a los andaluces les importa poco. El PSOE ha sacado en estas elecciones los mismos 47 diputados que sacó en las anteriores. Seguirán gobernando y seguirán chupando. Y haciendo su montoncito.

La segunda conclusión dolorosa es que yo esperaba asistir al entierro y funeral  del bipartidismo y de eso nada. Ni al velatorio siquiera.

Los partidos que se formaron en nuestra sospechosa “Transición” han obtenido 73 de cada 100 votos de los andaluces. Así que a seguir soportándolos. A ellos y a los resultados de sus falsas disputas, a sus teatros  de ideología y a sus pactos públicos o secretos.


Mañana más. 

sábado, 21 de marzo de 2015

Dos cloacas llamadas España y Justicia





El Tribunal Supremo ha revocado una sentencia de la  Audiencia Nacional condenando a tres años de cárcel a ocho manifestantes que participaron en el bloqueo al Parlament catalán el 15 de junio de 2011.

En aquel día miles de personas se congregaron ante la entrada del Palau del Parlament al grito de “Paremos el parlamento, no permitiremos que aprueben recortes” (aturem el Parlament, no deixarem que aprovin retallades).

La sentencia nos pone ante la realidad del penoso marco jurídico en el que vivimos.  Una auténtica dictadura, donde no hay separación entre los distintos poderes y donde se persiguen y se penan drásticamente los derechos de opinión, reunión, manifestación y huelga.

El Supremo, plegado y sometido a un criterio político, enmienda una sentencia impecable en el plano jurídico.  Las manifestaciones no son para pasear o tomar el sol. En ellas se increpa, se ejerce determinada presión para decisiones que son lesivas para los ciudadanos  y no se puede criminalizar a la gente solo por el hecho de estar allí, participar  o  difundir la convocatoria. Los ciudadanos fueron víctimas de los políticos y fueron engañados por sus promesas electorales y tenían legítimo derecho a manifestarse, protestar, incluso impedir el acceso a un falso parlamento donde se iban a concretar esas medidas lesivas contra la ciudadanía y hechas en fraude de ley de sus programas electorales. La sentencia de la Audiencia venía a recoger todo lo anterior.

Es una sentencia dictada contra el pueblo. Contra su derecho fundamental a la manifestación y equipara a nuestro régimen político a uno totalitario de los que con tanta facilidad critica.

En la actualidad hay más de trescientos sindicalistas en espera de juicio por el “delito” de haber participado en distintas huelgas y para los que se piden penas de cárcel de entre tres y ocho años.

Es decir que esta “democracia de los banqueros y los mercados” persigue, restringen y pena derechos fundamentales como la opinión, la manifestación, la huelga y la crítica. Nuestro país tiene una deuda pública equivalente a PIB, fruto de la política especulativa de empresas y bancas y solamente un banquero estuvo en la cárcel dos semanas.  El enorme poder oculto de lobbys de presión y mafias organizadas lo sacó inmediatamente mientras se llevaban por delante al juez que lo encarceló.

Los ladrones, los estafadores, los defraudadores son protegidos en “su” más que discutible “presunción de inocencia” y manifestantes contra el recorte de sus derechos y condiciones de vida 
son condenados vergonzosamente a ocho años de cárcel después de que otro tribunal los absolviera.

No es sólo la justicia la que actúa como lacaya del poder oculto, es la generalidad de gobernantes y partidos políticos del país que lo tienen convertido en una verdadera cloaca.

Es que tan siquiera nos sirve el bicarbonato.

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martes, 17 de marzo de 2015

Un debate para la diarrea política





Los ingleses llaman por extensión spanish tummy (barriga española) a una diarrea indiscutiblemente intensa.  Yo, después de vivir más o menos de forma apasionada la vida política, creí que esa actividad me conducía, irremediablemente, a ella.  A la spanish tummy.

Por eso, consideré apasionarme más al arroz con magro, debajo de un olivo, que escuchar al primer cantamañanas que pasara debajo de una campaña electoral.

Pero no aprendemos, y cuando he querido darme cuenta ya estaba haciendo ejercicios que conducían a la disentería plena.

Anoche, sin ir más lejos, me proveí de cerveza y queso curado para ver y oír el debate electoral que TVE ofreció entre los candidatos con representación parlamentaria actual a las elecciones al Parlamento de Andalucía.

¡Nunca lo hiciera! Si hubiera que juzgar a nuestra nacionalidad e identidad andaluza, por el nivel de sus aspirantes a representantes del poder político sería para cerrar el quiosco.

¡Qué vulgaridad,  escasez de ideas, argumentos, amaneramiento, uso de tópicos y catecismos y hasta arrabalería!

No soy objetivo, soy próximo políticamente a uno de los intervinientes, pero creo, sinceramente que estuvo si no brillante, si decoroso. Disciplinado, educado, didáctico, aunque alejado del lenguaje que entiende el pueblo.

¡Pero los otros dos! Si Susana Díaz ha soñado alguna vez en ser referente del socialismo y candidata a la presidencia del gobierno del país, ayer enterró, en zafiedad, todas sus opciones. Ineducada, sin saber ni querer escuchar, hablando la mitad de sus parlamentos en primera persona, soberbia, arrogante, cuartelera… Si esto es lo mejor que tienen habrá que preguntarse cómo será lo peor.

Pero el rol del candidato de la derecha, Moreno Bonilla, no le fue a zaga. Censurando la corrupción –real- del Gobierno sempiterno de Andalucía y obviando hasta la ignorancia la de su propia formación, hablando de “gestión”  como una cualidad exclusiva de la derecha cuando viene de la zona oscura de un ministerio que acaba de hacer tabla rasa de los derechos y del concepto de “dependencia”. 

Y de la aprobación conjunta, con agosticidad y alevosía de la reforma del artículo 135 de la Constitución que prioriza el pago de los intereses de la deuda a los bancos alemanes a las necesidades de las personas.

En mi cuaderno de bitácora había puesto rumbo, hace tiempo, hacía el escepticismo, hacía la incredulidad, hacía el deguste del moriles o la contemplación de los equinoccios o los solsticios.

Sin darme cuenta, el gusanillo de mi anarco-sindicalismo genético-latente me estaba acercando, peligrosamente, a la spanish tummy, que personajes y debates como el de anoche provocan.


jueves, 12 de marzo de 2015

¿Quién resistirá un nuevo gobierno del PP?


¿Quién de vosotros podría supervivir si el PP volviera a gobernar? Ante algo así, el profeta Isaías escribía hace tres mil años:



“1:7 Su país es una desolación, /sus ciudades, presa del fuego; /su suelo, delante de ustedes,/lo devoran extranjeros:¡hay tanta desolación como en el desastre de Sodoma!”

Esta amenaza pendía sobre mi cabeza paseando por la Judería de Córdoba cuando decidí acceder a la Bodega de Guzmán.  ¡Ay de aquellos que han puesto la esperanza sólo en sus caballos de hierro, clamaba el profeta!

-          Pepe, ponme un “medio” de amargoso
-          Tengo unos boquerones en vinagre que están pa votarlos
-          Voto a esa candidatura.

La Fiscalía no veía delito en los que donaron al PP más de un millón de euros en el 2008. El Gobierno no asume responsabilidades sobre el caso Zaida y se agarra la reforma militar. El PP rechaza en el Senado los ocho vetos de toda la oposición a la Ley de Seguridad Ciudadana. Leía estas noticias por encima, con la vista y el alma puesta en los toneles de amontillado y olor a fritura.  Y me iba al fondo de mi memoria, cuando por “rutas imperiales” la corrupta-casta franquista se merendaba al medio país que no había fusilado.

“A la voz del ángel huyeron los pueblos, quedaron disipadas las naciones y al recoger los despojos de los muertos el Señor de los Ejércitos fue ensalzado.”

De eso se trataba de la salsa del vinagre de los boquerones, frente a las tinieblas del país y sus gobernantes de pesadilla, aleteando sobre el espíritu de las aguas de la pobreza indefensa. Había que desafiar aquella selva de mangantes y políticos nadando en la corrupción. Aquella infamia de gobierno y oposición. Treinta y ocho años de “lo mismo”. Desde Roldán a Bárcenas. Desde Granados a los ERES.

-          Pepe, tú crees que hay justicia en nuestro país.
-          Yo, en lo único que creo es en la ensalada de tomate con hierbabuena.

La luz del mediodía resbalaba sobre los toneles de roble americano. El ministro de “injusticia” ya presionaba al sustituto de Ruz y se tragaba entera a la Conchi, la amiga del alma de Cospedal, juez ad hominen del caso Gurtel. A la voz del ángel huyeron los pueblos.

No pasa nada si no te mueres. Pueden gobernar otros cuatro años u otros cuarenta, pensé entre lágrimas. Entonces me decidí:

-          Pepe, ponme otro medio de amargoso

“1:8 La hija de Sión ha quedado/como una choza en un viñedo,/como una cabaña en una plantación de pepinos, /como una ciudad sitiada.”


Decía Isaías. 

martes, 10 de marzo de 2015

Esperanza nuestra, que estás en los cielos




La vida es una ficción en la que Esperanza Aguirre deja de tener un cargo.  Y no sólo ella sino Mayor Oreja, Dolores de Cospedal y Ricardo Rojas. A veces, Esperanza Aguirre se apea del autobús y arrolla a un agente de movilidad en la Gran Vía, pero, mientras el Telediario, con sus eternos comentaristas del “ABC”, da la noticia de que en el terrible bombardeo nuclear sobre Madrid sólo han sobrevivido, las ratas, las cucarachas… y Esperanza Aguirre.

En los cines se proyectan películas varias, de acción, de violencia, de intrigas… en medio de una de ellas, un espectador quiere despanzurrar la emoción y grita desde el patio de butacas,  la asesina es… Esperanza Aguirre. 

Y es que nuestra realidad se compone de una trama de noticias de corrupción, de alcaldes que se han forrado, de áticos regalados, del albondiguillas, de jaguars en el garaje, de constructores privilegiados, en medio de los cuales está…Esperanza Aguirre.

O los cargos que ella nombre con su liberal dedo.

Resulta difícil discernir si vive fuera o dentro de la trama, aunque sin duda existe un dato para orientarse: ella se queda siempre fuera, del lado de los que no van al trullo.

Si ves que la llaman de una tertulia o de programa de denuncia, no tengas dudas: ella es la denunciante, o a la que se la han “pegaó”. Ella es siempre la “víctima”, el monigote al que quiere ningunear todo el mundo o la damisela que sale descalza de un atentando en la India.

A Esperanza la verás aparecer detrás de la barra de un bar donde te tomas una cerveza o te perseguirá hasta la calle por el pasillo de un cine a oscuras. Donde quieras que vayas. Y más en tiempo electoral. Es una mamandurria de las urnas.

Cuando se cierren todas las murallas, cuando se tome el Palacio de Invierno, cuando se estrene el Palacio Consistorial de Cibeles o cuando Granados obtenga la condicional: allá estará ella.

Es el medio, el mensaje, la novia en la boda, el muerto en el entierro,  la huelga y los huelguistas.

Está en la gloria, el infierno y el purgatorio. Es bombera y paracaidista. La Virgen de la Paloma y el agua de la fuente del Berro.

Muy pronto, los cuchillos del “populismo” entraran a degüello del populismo popular pepero, pero Esperanza se ha adelantado: ya se ofrecido a negociar, versus gobernar, con los bolivarianos de Vallecas.


Esperanza nuestra,  que estás en los cielos.