lunes, 12 de septiembre de 2016

La Desconexión




He intentado este verano desconectar de esa  abracadabrante realidad que es este país, sus políticos, sus medios de comunicación, sus instituciones, sus cargos conduciendo borrachos a 170 kilómetros por hora, una tertulia de la tele-espanto -que pagamos todos- con sus cuatros tertulianos del mismo medio y opción política (ABC y la derechona), los legionarios desfilando (con su cabra) por Barcelona y un presidente –en funciones- haciendo el ridículo braceando cómicamente por los caminos calcinados de Galicia y de los narcos.

Por lo que me atrevo a leer, “España ha desconectado ya de Catalunya” según el  President Puigdemont, los bancos han desconectado de pagar los casi 26.000 millones de euros que le prestamos todos entre recortes y mordazas, Rajoy ha desconectado de la idea de formar gobierno y confía en que los abstencionistas del pavo y del turrón le dan la ansiada nueva mayoría para pasarnos a todos por la garlopa.

Pedro Sánchez ha desconectado de la idea de “formar” un gobierno de izquierdas, mientras Felipe, Guerra, Rubalcaba, Corcuera y otros santos barones han desconectado de la idea de “ser” de izquierdas y pueden acabar –todos- conectados al PePé.  Como “El País”  de los despedidos y represaliados  por opinión.  Todos desconectados de la realidad y conectados con las puertas giratorias, los bancos, el IBEX y sus intereses.

Albert Ribera y sus Ciudadanos han desconectado de la “regeneración blanca de la derecha” y son unos “degenerados” más –chicle Mac Gilwell, dicen-, el Obispo de Córdoba ha desconectado de la razón y cualquier día se despierta excomulgando a don Pelayo, los ciudadanos normales han desconectado de la “Fiesta Nacional” y los tendidos de la barbarie están más desiertos que el de Gobi.

A José Manuel Soria le han  desconectado del Banco Mundial de la Mentira. Y Soraya sigue conectada al cordón umbilical del cinismo absoluto. Susana Díaz ha desconectado de su dieta y cada día está más obesa. Su gordura está creciendo casi al mismo ritmo que su derechización y demagogia.

Los ciudadanos, trabajados a modo por las tele-basuras, han desconectado de cualquier reivindicación cívico-ciudadano-social- política y su gran preocupación es la XIII edición de Gran Hermano o la boda de Rociito.

El “gobierno” de Europa ha desconectado de los cinco millones de seres humanos e inmigrantes políticos que mueren y padecen a sus puertas y tiene “la tentación” de “nombrarnos” uno en España –o lo que sea-. Las encuestas no prevén que “desconecten” de Rajoy y sus mariachis.

A la vista de tantas desconexiones, creo que me voy a dar de baja de mi compañía eléctrica, me voy a comprar una cabra  y voy a “tirar p’almonte”.

Totalmente desconectado.

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