martes, 31 de mayo de 2016

Romance de El Emplazado Pedro




Romance de El Emplazado Pedro


“¡Mi soledad sin descanso!
Votos muertos de mi causa
demócratas de costado,
no me abren  La Moncloa 
ni miran desde ese lado
donde se alejan, seguro,
socialismos de prestado.
Sino que oscuros y duros
felipistas  corruptados,
mis votos miran un norte
de pasok y panamados
donde el partido sin venas
consulta apoyos  cerrados.

La rancia social-derecha
recorta a los jubilados
que cobraban sus pensiones
de cien años trabajados.
Y los peperos cantaban
sobre los sobres sonámbulos,
de Felipe en Venezuela
y Susana en su caballo.

El veintiséis de este  junio
le dijeron al Sánchez Pedro:
Ya puedes cortar si gustas
las adelfas de tu patio.
Pinta una cruz en la puerta
y pon tu nombre debajo,
porque cicutas y ortigas
nacerán en tu costado,
y agujas de cal mojada
te morderán los zapatos.
Será Susana, seguro
la que ocupara tu cargo
venida de Andalucía
desde los ERES robando.
Pide luces y campanas.
Aprende a cruzar las manos,
y gusta los aires fríos
de metales y peñascos.
Porque dentro de dos meses
yacerás amortajado,
(políticamente hablando)

Espadón de nebulosa
mueve el aire de Ferráz,
grave silencio, sociatas,
el sorpasso y, pa atrás.

El veintiséis de aquel  junio
de las urnas cayó Pedro
y el veinticinco de agosto
ya lo estaban enterrando.
(políticamente hablando).

Susana subía la calle,
veinte diputados menos,
abstencionalmente entregando
el gobierno a los peperos
y la vergüenza rumiando.

Y aquella troika implacable,
capitalismo tirano,
daba equilibrio a la muerte
a los pobres recortando.

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