¿Qué puede hacer el biznieto de un general africanista cuando
tiene 16 años? Pues apuntarse a las “Juventudes Monárquicas”. ¿Y más tarde? Pues ingresar en la órbita de
los jesuitas y estudiar en el colegio San Ignacio de San Sebastián. Luego, como estaba cantado, seguir estudiando
en Deusto, Derecho y Economía.
¿Qué hacemos con un joven facha, familia de
militarotes, captado por los jesuitas?
Pintarlo de demócrata.
Sí. Los de la UCD tragan con todo.
Bueno, lo haremos Inspector Técnico Fiscal
del Estado. Tiene los enchufes necesarios.
José Manuel entonces estaba muy preocupado por el “Estado de
Bienestar” y apostaba por el “europeísmo” y el “bienestar”, que como se sabe
son dos cosas que han acabado en la basura de las mentes. Y tan chulo él, hizo
una tesis que una universidad que curiosamente se llama “Miguel Hernández”, de
Elche, se la premio como doctoral.
Bebió de las ubres de Areilza y Pío Cabanillas, “jesuísticos”
como él y se metió en la política de altura camuflado de centrista.
No le duró mucho porque al poco tiempo ya estaba como
diputado pepero por Valencia, cuando el PP había pasado de ser un invento con
tirantes a ser un partido con su caja B y todo.
¿Usted cree que Fraga es un demócrata?
No, pero usa tirantes y arranca los
teléfonos.
Procure no salirse de la ética. ¿Qué
entiende usted por moral?
La moral es un aceite refinado que sirve
para que funcione el motor del capitalismo.
Usted será Parlamentario Europeo y luego
Ministro. Lo tiene todo muy claro.
Entonces de “europeísta” paso a “patriota”, que son esos
señores que juran la bandera y besan su escudo mientras evaden sus impuestos a
las Islas Cayman. Y estuvo entre Aznar, Rodrigo Rata, digo Rato, y un
gallego malafollá, hasta que fue
nombrado ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación del Gobierno de Spain.
Ahí está (o estaba) hasta que se le ha ocurrido decir: “Nos
hemos pasado cuatro pueblos con la austeridad”. Y aunque al día siguiente dijo
que se habían malinterpretado sus palabras y el sujeto de su oración –lo dicen
siempre- el que dijera que el “Gobierno no sólo ha sido bueno sino santo” no le
va a valer de mucho. Y acusado de ser un “quintacolumnista” de Podemos, tiene
menos futuro como ministro que un pastel a la puerta de un colegio.
¡Que se lo devuelvan a los jesuitas que
aquí manda ahora el Opus!
¿Más todavía?
Nada de populismo y extremismo.
¡Pero si es más de derechas que don Pelayo!
Sí, pero tiene la boca floja.
Así que ahí lo tienen.
Tiene que vigilar su lengua y no meterse el dedo en la nariz. . Desde la
calle.
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