martes, 29 de diciembre de 2015

¿Arde España?




Por los cuatros costados. Especialmente por uno, por la Cornisa Cantábrica. Desde hace diez días, Asturias, Galicia, Cantabria y el País Vasco, con más de trescientos focos de incendios, en su mayoría provocados.

Mientras,  el llamado “gobierno en funciones” permanece inerte e inerme, preocupado porque alguien, ajeno al espacio y al tiempo en que vivimos, pueda apoyar su investidura y utilizando la manida dialéctica de “los que quieren romper España”.

España no se rompe, arde como una tea a beneficio de espurios intereses especulativos, urbanísticos, de tierra y madera quemadas y al amparo de una Ley de Montes hecha, dictada y ejecutada al servicio de los pirómanos.

El discurso recurrente y maniqueo sobre la ilusoria “unidad nacional” se da de bruces con los 16.000 millones de impuestos impagados por una clase social que se hace cruces sobre su “patrioterismo de pulserita bicolor”, con unos gobernantes que imponen a nueve millones de asalariados un salario mínimo de miseria con una más que miserable subida de un uno por ciento anual y con los que queman, criminal e interesadamente, una tercera parte de su país, a la que sólo en ocasiones y en según qué foros llaman “su” patria.

La Justicia, nombrada a dedo y con el carnet en la boca, por los que gobiernan y ejecutan leyes, se entretiene, en el Supremo, reabriendo el caso de un concejal que hacia chistes de humor negro - de pésimo gusto-  sobre víctimas del terrorismo, y mientras el humo ciega sus ojos y los nuestros, permanece tan pasiva e inerme como los que los han nombrado, mientras las teas incendiadas a beneficio de inventario de futuras cuentas corrientes, nos dejan sin árboles y sin oxígeno.

No es que el presidente de este país puede ser un “indecente”, es que los “indecentes” habitan en nuestros consejos de ministros, audiencias, ministerios, fiscalías, comisarías  y magistraturas. Este país es una pura indecencia.

Arde, y aun quemándose, están pensando en vender la madera quemada o en urbanizar el infierno.  


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