jueves, 27 de febrero de 2014

Poema de Mariano y Arturo


 
La luna gira en el cielo

 sobre payeses sin agua

 mientras en Madrid se siembra

 y no se vendimia nada.

 Por encima de los techos

 nervios de metal sonaban.

 Aire rizado venía

 de la nación catalana.

 La tierra se ofrece llena

 de heridas cicatrizadas,

 desmanes de castellanos,

 cauterios de luces blancas.

 

 

 

 Mariano está soñando

 una  crisis superada

 al son que dicta la Merkel

 y la troika conspirada.

 Sus recortes duros son

 agudo norte de fachas

 pide esfuerzos a los pobres

 y granizada a la banca.

 Mariano  está cantando

 que la crisis ya no es nada

 alrededor del PP

 y seis millones de almas.

 Arturo, delgado y seco,

 desde el Ebro  lo miraba,

 llenas las arcas de espuma

 y oscilaciones el Barça.

 Su trote pontevedrés,

 estirpe de puro facha

 con la Cospe entre los dientes

 de flecha recién clavada.

 Arturo estaba mirando

 la luna redonda y baja,

 y vio al final la consulta

al trote legalizada.

 

 

 

 

 Arturo a las tres y media

 se tendió sobre la cama.

 Cataluña le pesaba

 con ojos llenos de alas.

 La luz, maciza, sepulta

 pueblos en la arena parda,

 y Esquerra sumando votos

 en barretinas doradas.

 Siempre nación oprimida

 brota silencio en las jarras.

 En el musgo del Montseny

 la independencia gritaba.

 Arturo gime la estela,

 la estela de la estelada.

 Yedra del escalofrío

 la consulta sentenciada.

 

 Mariano entró furioso,

 rabia española y de facha

 color de sobre cobrado

 y de donación lejana.

 Arturo, ¡déjame en paz

 con tu consulta cerrada!

 Mis hilos de sangre tejen

 peperos de dura entraña.

  Déjame tranquilo, noy.

 Son tus votos en mi espalda

 avispas y roucocillos

 marhuendas con voz de flauta.

 

 Mariano, sal del armario

 hay dos jueces que te llaman,

 que fueron decapitados

 por los fachas de tu casa.

Cien elefantes del rey

 en Wostwana se juntaban.

 

 Sol en cubos resistía

 tanto corrupto con barba.

 Ya convoca el referendum

 ya independencia se palpa.

 Corales tibios pronuncian

 catalán en aquel mapa.

 

 

 

 Oh!, qué gritos se sentían

 por encima de las casas!

 ¡Qué espesura de puñales

 y banderas desgarradas!

 Por calles de Barcelona

 las donas suben y bajan.

 Culés y pericos juegan

 bajo las nubes paradas.

 

 Alrededor del gallego

 gritan la Cospe y Soraya

 y Floriano va rezando

 por su flor martirizada.

 Paños blancos enrojecen

 en la Génova cerrada.

 Rumores de tibia aurora

 Sobresueldos intercambiaban.

 

 

 

 Catalán enfurecido,

 Arturo huye en su jaca.

 Peperos le tiran flechas

 en los muros y atalayas.

 Y cuando la soberanía

 eran ya de resonancia,

 Obama con sus tijeras

 cortó las cuerdas del arpa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario