lunes, 12 de noviembre de 2012

Romance sonámbulo de la Huelga General


Huelga que te quiero grande.

Huelga fuerte.  Lucha alta.

El obrero  sin  el sol

y el banquero con ventanas.
 

Con despido en la cintura

ella sueña en su baranda,

huelga dura, huelga alta,

con ojos de desahuciada.
 

Huelga que te quiero huelga.

Bajo la España quebrada

los  fascistas gobernando

y los parados sin dádivas.

 

              *

 

Huelga que te quiero grande.

Grandes burbujas de inmuebles

vienen desde los  banqueros

rumbo de la gran estafa.

Rajoy , hace recortes

con sus tijeras de águila  

y la Fátima en el Rocío

con la CEOE  se las traigan.

¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde...?

La Merkel, la tía alemana,

y su prima, la del riesgo,

nos meten pesada carga.

 

              *

 

Comadre, quiero cambiar

mi deuda  por altos guindos,

mis parados por su riesgo,

mi Montoro por su manta.

Comadre, vengo sangrando,

desde el desastre  de Bankia.

 

Si yo pudiera, mocito,

ese trato se cerraba.

pero yo ya no soy yo,

ni Alemania es ya Alemania.

 

Comadre, quiero morir

como Franco y en  mi cama.

De viejo, si puede ser,

con los guerteles  de sábana.

 

¿No ves la herida que tengo

desde el Matas a la Esperanza?

Trescientos casos corruptos

lleva mi pepera blanca.

 

Tus cuentas rezuman trampas

alrededor de tu “casa”.

Pero yo ya no soy yo,

ni Alemania es ya Alemania.

 

Dejadme salvar al menos

A Rato, la Botella y Camps,

dejadme salvar, dejadme,

al tío Botín y al Vizcaya,

barandales de Suiza

entre sus cuentas blindadas.  

 

              *

 

Ya suben los dos compadres

hacia sus cuentas cifradas.

Dejando un rastro de sangre.

Dejando un rastro de lágrimas.

Temblaban al sol de los lunes

seis millones de parados,

víctimas de falsa  crisis,

que herían las “dos” Españas.

 

              *

 

Huelga que te quiero huelga,

Huelga grande.  Huelga grito.

Los dos compadres subieron.

El largo paro, dejaba

en la boca un raro gusto

de hiel,  de estafa  y  de facha.

 

¡Compadre! ¿Dónde está, dime?

¿Dónde está mi “prima” amarga?

 

¡Cuántas veces te esperó!

¡Cuántas veces te esperara,

cara dura, despido fácil

desde tu Moncloa  falsa!

 

 Sobre el rostro del Aznar,

el obrero  sin  el sol

y el banquero con ventanas,

y desahucios  de fría plata.

Un carámbano de Wert

lo sostiene de las trampas.

La noche su puso íntima

como una pequeña plaza.

Guardias civiles borrachos,

en las puertas golpeaban.

Verde que te quiero verde.

Verde viento. Verdes ramas.

El obrero  sin  el sol

y el banquero con ventanas.

 

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