¡A las que retechulas tardes, patriotas de mi
patria! Que me manda Mariano a que diga
que Luis Bárcenas, el cuate al que algunos llaman don Luis el Cabrón, no tiene
nada que ver con el Partido Popular del populerío. –Digo yo que si le llaman el
Cabrón será por algún asunto de cuerna o de embestir, y no sea que se
arremoline y nos embista a todos-.
Pues verán ustedes, mis cuates, don Luis no tenía despacho en la sede de mi
partido, era, digámoslo así, un despachito diferido, y tampoco tenía secretaria
ni chofer, que esto eran cosas “simuladas”, porque digo yo, que si la simulación
del diferido del finiquito es cosa del finiquito de la disimulación, pues ahí
lo tienen, una purita disimulación del diferido, que para esas disimulaciones
estamos, y no para que nos digan que si nos llevamos sobres. Que nos lo
llevamos, pero no se ha enterado casi nadie.
Vamos a comportarnos como lo que somos, y no como caballeros, que algunas
no lo somos, porque caballero viene de caballo y yo de caballo no como ni las
hamburguesas, aunque luego venga mi comadre Esperanza y diga que yo, no ella,
soy imbécil, yo estoy aquí porque Mariano me ha dicho que les diga, mis cuates,
lo que le he dicho, que la indemnización que se pactó con el Cabrón fue en
diferido y como fue una indemnización en diferido, en forma efectivamente de
simulación…, de simulación o de lo que hubiera sido en partes de una… de lo que
antes era una retribución, tenía que tener la retención a la Seguridad Social,
es que si no hubiera sido…, ahora se habla mucho de pagos que no tienen
retenciones a la Seguridad Social ¿verdad? Pues aquí se quiso hacer como hay
que hacerlo, es decir con la retención a la Seguridad Social, que para eso la
Social y la Seguridad, para indemnizar las simulaciones.
No sospecho de nadie, pero desconfío de todos, y de la Espe no hablo,
porque si hablara, el diferido de la indemnización seria para disimular. Y ya
lo dijo Bonaparte, “el que parte y reparte se lleva la mejor parte”. Aunque eso
es de justito, lo que ha hecho mi compadre don Luis, que aunque nos metía
billetitos en los sobres a todos, él se
llevaba a Suiza la de Bonaparte, vaya no más, porque esta retrechera secretaria
y general, lo difícil lo hago de inmediato, lo imposible me tardo un poquito
más.
Y es que defender al de los cuernos es casi de lo segundo, y venir a decir
que no tenía nada que ver con mi partido, es de lo tercero. Es decir de lo
imposible diferido, y a ver si tiene reaños la Espe de ponerse delante de un micrófono
para intentar decirlo.
¡Ahí está el detalle!