miércoles, 15 de febrero de 2012

Sísifo carga de nuevo con su roca o el momento más difícil del sindicalismo




Desde el pasado lunes cualquier empresario de nuestro país puede cambiar la categoría laboral, la jornada y el sueldo de cualquiera de sus trabajadores. Puede despedirlo con una indemnización que nunca superará una anualidad de su sueldo -en la mayoría de los casos casi gratis- y no estará obligado a regirse por un convenio colectivo.

En este momento, triste y doloroso, uno no puede sino echar la vista atrás y situarse en la España de los sesenta del pasado siglo. Una dictadura sangrienta e histriónica lo dominaba todo. Se cantaba el “cara al sol” en las escuelas y las manifestaciones de protesta de los trabajadores de la construcción, pongamos por caso,  se disolvían a tiro -a dar- limpio.

Unos hombres y mujeres íntegros, esforzados, se reunían a escondidas, guiados por un sentido de dignidad y rebeldía para organizar y defender a los trabajadores. Marcelino, Nicolás, Macario, Salce, Soto, Saborido, el cura Paco…  Se pasaban tres días en la cárcel y uno en libertad. Pero hicieron que otros se les sumaran, que se plasmaran reivindicaciones, que las cosas se discutieran y aprobaran en asambleas.

Fue una lucha tenaz, dura, robando horas y horas a la seguridad propia y a la familia. Dejándose girones de piel en magistraturas y despachos laboralistas, pero la semilla germinaba, los convenios colectivos recogían derechos en sueldos, categorías laborales, seguridad e higiene en el trabajo…

Aquel esfuerzo colectivo maduró y trajo la democracia a nuestro país, como un bastión casi tan importante como el que desarrollaron los partidos políticos frente a la podrida dictadura, con episodios de sangre derramada ante el plomo fascista, como el de un oscuro piso de la calle de Atocha.

En mi realidad provincial y cercana, hombres (y mujeres) duros y sensibles a un tiempo, como Manolo Rubia, Emilio Fernández, Ildefonso Jiménez, German Toledo, García Rúa,  Eduardo Cerezo, Filomeno Aparicio, Rafael Martínez, Antonio Hens, Mari Carmen Santiago, Rafael de la Peña, Frasquito Ojos Claros, Ildefonso López, Juan de la Cruz, Manolo Caballero, José Mari Fuentes, Paco Cáliz, Fernando Vico…es decir, socialistas, comunistas, anarquistas, cristianos de base y hasta falangistas, daban lo mejor de si en construir y edificar, sobre secano, organizaciones, sindicatos, ramas y modelos personales de compromiso e integridad para fortalecer los derechos y la dignidad de un sector de la sociedad: el más desprotegido y castigado.

Desde el pasado lunes, ese esfuerzo generoso, esa inversión en vida e ideología del hombre nuevo ha sido tirado por la borda por unos “okupas” de la democracia y hasta tenemos que oír que un aborto de ella –de la democracia- como Dolores de Cospedal diga que los autores y perpetradores de este terrorismo masivo son “el partido de los trabajadores”.

Los tuétanos de Marcelino y Filomeno se estarán removiendo en su tumba, pero, ya basta de lamentaciones.

Rubia –con tus tres válvulas en el corazón-, Germán, Eduardo, Laure… , hay que coger de nuevo la carretera y la manta, el megáfono y hasta el ciclostil y la vietnamita y volver a las escaleras de las fábricas, a las plazas, eras y cortijos de los pueblos, a las obras y a los despachos enmoquetados de los bancos. Con nuestra voz y nuestra idea.

 No podemos permitir que una niñata del Opus disfrazada de ministra, un banquero estafador que se ha caído de un guindo o un negrero esclavista, invertido registrador de la propiedad, hagan humo y cenizas de nuestro esfuerzo.

 Con la mirada fija en el horizonte, recogiendo los restos del destrozo, tenemos que volver a la carga, como Sísifo, con nuestra roca. Montaña arriba. Esa es nuestra biografía.

lunes, 13 de febrero de 2012

El Gobierno quiere una huelga


Creo que no fue casual o incidental. Los supuestos micrófonos abiertos a Rajoy y De Guindos reflejaban más un deseo que una indiscreción. El gobierno golpista de los derechos de los trabajadores quiere “rematar su faena” provocando una huelga con una correlación de fuerzas muy a su favor. Con una cobertura mediática mediatizada e instrumentalizada. Con una policía agresiva y sacada del túnel del tiempo de los 70.  
El movimiento sindical, a pesar de estar indignado y apaleado, está muy debilitado, las víctimas de las medidas inconstitucionales del consejo de administración de la derecha, temerosos y cansados.
Creo que los sindicatos han hecho una buena elección no convocando aún una huelga general. Muy de acuerdo en esa labor de informar exhaustivamente a todo el mundo del monumental atraco de derechos que la derecha, emboscada en la mentira y el engaño de la aún reciente campaña electoral, ha hecho a millones de ciudadanos.
Y resulta muy evidente que no le gustan nada las movilizaciones en la calle. No hay nada más que oír a la Cospedal.  Se pone de los nervios con el anuncio de las movilizaciones.  Las personas de bien de este país tenemos que recuperar la calle, tan ocupada últimamente por obispos e inciensos reaccionarios. Ahí hay que dar la batalla. Que nos oigan, que se avergüencen y que se asusten.
Yo iría mañana mismo a una huelga general pero no nos podemos permitir el lujo de perderla. A esa reunión de evasores de 70.000 millones de euros al año que se hacen llamar empresarios  y patriotas hay que darle en las costillas cuando más le pueda doler. Sin compasión. Pero a conciencia.
La batalla está planteada en sus más duros términos y los trabajadores no vamos a eludirla.  Nos han llevado a ella. Les daremos en la mitad del medio de sus intereses cuando la coyuntura sea favorable no cuando el fascismo gubernamental quiera.
La historia está llena de movimientos pendulares de la realidad social.  El capitalismo está agonizando. África es un crematorio de etnias y crueles experimentos colonialistas, el mundo árabe se desangra entre el medievalismo feudal que apoya la gran banca y las “primaveras” sin horizontes, Europa se cae de deudas, ectoplasmas de la contradicción capitalista…
Cuando Israel bombardee Irán, que la bombardeará, comenzará la III Guerra Mundial y frente al capitalismo de guerra (nazismo) no hay más alternativa que el comunismo, también de guerra, y en ese escenario desaparecen las tibieces y las pilas bautismales.
En ese momento, que llegará, quisiera yo ver la arrogancia y la chulería barriobajera de las Aguirres y Cospedales y la odiosa molécula cavernaria, botafumeiro servil de Rajoy I, El Esclavista.  
Tan solo es cuestión de tiempo.

sábado, 11 de febrero de 2012

¿Reforma o golpe de estado?


La derecha española  vuelve a llevar a la sociedad civil al borde de la fractura social. La mal llamada reforma del mercado de trabajo es un arrasamiento completo y a conciencia de un conjunto de derechos de los trabajadores que hasta la dictadura tuvo en cuenta.

El pretexto, la coartada, es el altísimo nivel de desempleo, que esto es otro engaño, ya que parece muy evidente que alguien a quien no le importa legislar una normativa laboral cercana al esclavismo no le debe preocupar lo más mínimo que los parados sean cinco o diez millones.

Nunca tan pocos han robado tanto a tantos. Abaratamiento abusivo y abochornante del despido –el portavoz del PP, González Pons, juró y perjuro que nunca lo harían-, eliminación práctica de la negociación colectiva, capacidad de los empresarios de disponer de vida, hacienda y salarios de la totalidad de los trabajadores, abaratamiento masivo de los costes salariales.

Todo el conjunto de medidas colisiona frontalmente con numerosos preceptos y principios constitucionales, se lesionan, brutal y colectivamente, los derechos de millones de ciudadanos, se institucionaliza la arbitrariedad, la desigualdad social y se retroceden siglos en el derecho de gentes.

Y luego están las formas. El empacho, la arrogancia, la falta de información a las partes interesadas, la ausencia de un debate previo en sede parlamentaria, la mentira sostenida y fácilmente verificable de declaraciones y hechos. El Partido Popular no es que viva instalado en la mentira y el engaño. Es que son la mentira y el engaño mismo.

Hasta aquí los hechos, el brutal atentado –mucho peor en naturaleza y dimensiones que los 35 años de terrorismo de ETA- contra la ciudadanía desamparada que no es otra cosa que un golpe de estado, con alteración violenta de leyes y normativas seculares.

Doy, -mientras pueda disfrutar de la libertad de opinión de este medio, que me temo no será por mucho tiempo- una dimensión personal y emocional al asunto.

No se lo que me resta de vida, pero estoy totalmente seguro que al final de esta legislatura, de la siguiente, pasados lustros, decenios o tal vez siglos, estos delincuentes de lo social pagaran ante un tribunal popular sus crímenes.

No se me olvidan ni sus caras ni sus nombres: Aznar, Rajoy, De Guindos, Montoro, Soraya Sáenz de Santamaría, Fátima Bañez, Gallardón, Esperanza Aguirre… ¡mala peste os pudra en los infiernos!

viernes, 10 de febrero de 2012

La Chirigota pepera “El que sale del armario…y sus comparsas”


Teatro totalmente a oscuras. Lentamente se van enciendo las luces y… del fondo de un armario va apareciendo el Tío Plastilino de los Hilillos. Una luz malva lo alumbra sólo a él. Canta.



Saliendo el armario, lo tengo pensaó,

 siendo yo Rajoy ya le he calculaó

que pa  ahorrar los millones

que quiere la Merkel

sólo comeremos sardinas arenques.

Y si alguien quiere

comer polvorones

que llame al de Guindos

Y le eche cojones,



Una voz desde el gallinero grita:   ¡Esto es cosa fina, esto es cosa buena, y el que no diga olé que se le sequen las tijeras… de la yerbabuena!



Toda la chirigota (El Guindos;  Cristóbal, “Arreglaimpuestos”; Miguelito, “Vacas Locas”; Sorayita,  “La del cuento”; Anita, “Coches de Lujo”; Alberto, “Ruinas Municipales”; Ana, “Copagos”;  Pedrito, “Er Racimos”;  Fátimita , “La de la estampita”;  El Tío Jorge, “El de las porras”; Pepe Ignacio, “El temarios”;  José Manuel “El Salmón canario” y Pepe Manuel “El Cristianias”) cantan a coro, disfrazados de ministros de Un Estado de Derechas.



Pitos, matasuegras, tambores, cajas y postulantes:



Lo dijo Zaplana,

Y estamos de acuerdo,

“Estamos aquí para enriquecernos”

Y ahora que al Garzón lo hemos liquidaó,

Es mucho más fácil

Partir el bacalao.

Una gran reforma hemos preparaó,

Y es más baratito salir despachaós.

Con eso la Gürtel estamos tos contentos

Y pronto pa Suiza salimos corriendo.



De pronto, desde el patio de butacas, alguien canta:



Cinco millones pone usted, hombre tras hombre,

y forman un puente de Cái hasta Londres.

Cinco millones que son los que pagan

tos los platos rotos

donde comen otros,

cinco millones de desempleaós

que ustedes no arreglan

porque están colmaós



Y a usted se le ocurre pedirle un esfuerzo.

El día que revienten

esa pobre gente,

ya no pierden nada,

se les cae la Gürtel, er Camps y er Zaplana.





Todo el Gran Teatro Falla de las Españas:





¡Esto si que es una chirigota! ¡Esto si que es una chirigota!

jueves, 9 de febrero de 2012

¡Qué asco de país!




Hay momentos para la nausea infinita. Este es uno de ellos. Nunca me he sentido demasiado orgulloso de ser español. Conozco demasiado de la historia de este país. Rinconete, Cortadillo, el patio de Monipodio y El Lazarillo de Tormes no se escribieron por casualidad. Son un retablo, un pardo reflejo de nuestra naturaleza.

Este es un país de gente ruin y torva.  Truhanes, ladrones, maleantes y gente enquistada en las peores baldas del ser humano. Un clan de esta madera, el llamado Tribunal Supremo, acabar de condenar al juez Garzón a 11 años de inhabilitación y su expulsión de la carrera judicial.

¿Por qué? Casi da igual. Aparentemente por ordenar  escuchas ilegales entre los cabecillas de la trama Gurtel y sus abogados cuando estaban en la cárcel.  Grabaciones que estaban solicitadas por la policía y avalada por el fiscal que llevaba el caso. Estamos hablando de una trama sistemática y organizada para financiar ilegalmente a un partido del poder. Del robo de miles de millones del erario público para lucro personal  de unos cuantos y de la “rentabilidad” electoral de un partido.

Asco infinito. Este país se va por la alcantarilla irremisiblemente. Un delincuente manifiesto como Francisco Camp, responsable además de la quiebra completa de la Comunidad que presidía y de un “agujero” de 60.000 millones de euros entre el Banca y la Caja de Ahorros de su territorio, es declarado no culpable y el primer condenado de un proceso sobre  mafiosos es el juez que lo investiga.

Este, el blog donde escribo, es un último reducto para decir lo que pienso sin servidumbres ni a los poderes fácticos ni mediáticos. Y me siento avergonzado de pertenecer a esta comunidad mal llamada patria.

Un exponente de esa España de cuchitril y mesa camilla fue Fernando VII, “El Rey Felón”, que defecó varias veces sobre su dignidad, la de la corona y las de sus leyes. En una de sus idas y venidas fue recibido en Madrid por una muchedumbre de chulapos y manolas al grito de: ¡Vivan las caenas! Hoy, un remedo de jueces emboscados en su fascismo militante, han vuelto a gritar lo mismo. Por escrito. ¡Que les den!

Una soplapollas como Esperanza Aguirre ha recibido la sentencia con una amplia cara de satisfacción diciendo.: "un triunfo del Estado de Derecho". ¿De qué Estado? ¿De que Derecho? ¡Que le den!

Me producen un asco supremo los jueces de este país, y sus leyes, y sus gobernantes, sus manolos, chulapos, ministros, curatos y obispos pederastas.  Fatalmente, malvivimos en el reino natural del latrocinio. ¡Que les den!

martes, 7 de febrero de 2012

¡Votad a Alí Baba, sólo son cuarenta!




El pasado 29 de diciembre el Consejo de Ministros del recién constituido Gobierno del Partido Popular aprobaba un paquete de medidas que afectaba onerosamente a la economía y condiciones de vida de una gran mayoría de españoles.

La justificación a tamaño desafuero, que incluía la subida del IBI y el IRPF, incumplía frontalmente las declaraciones del candidato a la presidencia en su campaña electoral y podría ser considerado un fraude, en términos legales.

Se pretendía ahorrar 8.900 millones de euros y el partido neoliberal gravitó la mayor carga fiscal sobre las economías más modestas.

A los 33 días, otro Consejo de Ministros aborda la reforma del sistema financiero y aporta a la “banca” un activo de 6.000 millones de fondos públicos, el 67,4 % del ahorro de diciembre se resuelve en hora y media con un destino tan pestilente como sospechoso.

Y casi nadie, en la amnesia social total en que vivimos, ha puesto el grito en el cielo. Son la nueva versión de Robín Hood y El Tempranillo, “le roban a los pobres para dárselos a los ricos”.

¡Tiene bemoles que el esfuerzo de millones de funcionarios, parados, amas de casa, pensionistas, hipotecados, jóvenes sin empleo… se dedique  con tanta ligereza y tan arteramente a sanear las cuentas de quien se ha pasado la vida especulando, inflando burbujas y valores patrimoniales de pisos, pagando millonarias indemnizaciones a sus directivos, fianzas de corruptos y préstamos a cofradías también millonarias y, en definitiva,  robando a manos llenas!

Presumen de liberalismo y de modernidad.  Pero utilizan el ancho del embudo.  Cuando se trata de hacer recortes de derechos sociales, laborales o de ayudas a colectivos desfavorecidos son más liberales que el copón, cuando está por medio el poder financiero o bancario, ya no rigen las leyes del mercado: más estatalistas que Stalin. ¡El Papá Estado provee! Y si esta reforma, que es la nosecuantos no sirve, pedirán otra. Y otra. ¿De que leyes de competitividad hablamos, señores del liberalismo de pacotilla?

Ali Babá y sus compinches eran cuarentaiuno. Esta estirpe, De Guindos, Montoro, Botín, Luzón, F. González… parecen miles.

¡Manos arriba, esto es un atraco!

domingo, 5 de febrero de 2012

Mucha mierda


Patricia Flores es vice consejera de Asistencia Sanitaria de la Comunidad de Madrid. Por lo tanto del Partido Popular. Patricia Flores se ha preguntado en una rueda de prensa: "¿Tiene sentido que un enfermo crónico viva gratis del sistema?". Vade retro.

 Viktor Orbán, del partido de extrema derecha Unión Cívica Húngara (Fidesz), es el primer ministro húngaro. Ha hecho aprobar en el Parlamento de su país hasta 16 nuevas leyes sin debates ni preguntas parlamentarias, entre ellas el fin del derecho de huelga y campos de concentración para parados de larga duración. Primo hermano de la anterior.

Mientras leía ambas noticias un escalofrío me recorría desde la nuca a la espalda. ¿No habrán bastados los 55 millones de muertos que provocó el nazismo en la Segunda Guerra Mundial para que en tan poco tiempo volvamos a las andadas?

Patricia Flores, que juega a joven tecnócrata y neoliberal,  aplica la lógica de su entorno. La que genera su presidenta, Esperanza Aguirre,  y alientan el popelín de sus mayorías absolutas en gobiernos, autonomías y ayuntamientos. ¿Para que queremos a los enfermos una vez que nos han votado?  Su pregunta se queda al límite de la cámara de gas.

Viktor Orbán es un nazi. Sin disimulo. Con solapas y bocamangas. Ha modifico la Constitución de Hungría, que es miembro de la Unión Europea, sin que los hipócritas gobernantes de esta, que entran a saco en Grecia o Italia por quítame allá esos préstamos sin pagar, se inmuten. Su interés prioritario es el dinero, y las ideas políticas - aunque reverdezcan el horror-  no les estremecen.

El porvenir que está llamando a las puertas de Europa, que digo Europa, del Manzanares, es la inutilidad de los pobres, de los enfermos, de los parados, es desecharlos como un producto biológico. Y sin ambages, crean campos de concentración. Es decir de exterminio.

Tras cerrar las páginas de un periódico cualquiera uno puede sentir repugnancia de la falta de repugnancia. Del contento o de la ignorancia que estos hechos producen.

Está confirmado. La OTAN no va a intervenir en Hungría para “proteger los derechos de la población civil”.

Ni la marquesa Aguirre, ni muchos menos el Rajoy de los cojones, van a cesar, ni siquiera hacer callar, a su niñata vice consejera.  Sería tanto como cesar o callarse a si mismos.