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domingo, 5 de febrero de 2012

Mucha mierda


Patricia Flores es vice consejera de Asistencia Sanitaria de la Comunidad de Madrid. Por lo tanto del Partido Popular. Patricia Flores se ha preguntado en una rueda de prensa: "¿Tiene sentido que un enfermo crónico viva gratis del sistema?". Vade retro.

 Viktor Orbán, del partido de extrema derecha Unión Cívica Húngara (Fidesz), es el primer ministro húngaro. Ha hecho aprobar en el Parlamento de su país hasta 16 nuevas leyes sin debates ni preguntas parlamentarias, entre ellas el fin del derecho de huelga y campos de concentración para parados de larga duración. Primo hermano de la anterior.

Mientras leía ambas noticias un escalofrío me recorría desde la nuca a la espalda. ¿No habrán bastados los 55 millones de muertos que provocó el nazismo en la Segunda Guerra Mundial para que en tan poco tiempo volvamos a las andadas?

Patricia Flores, que juega a joven tecnócrata y neoliberal,  aplica la lógica de su entorno. La que genera su presidenta, Esperanza Aguirre,  y alientan el popelín de sus mayorías absolutas en gobiernos, autonomías y ayuntamientos. ¿Para que queremos a los enfermos una vez que nos han votado?  Su pregunta se queda al límite de la cámara de gas.

Viktor Orbán es un nazi. Sin disimulo. Con solapas y bocamangas. Ha modifico la Constitución de Hungría, que es miembro de la Unión Europea, sin que los hipócritas gobernantes de esta, que entran a saco en Grecia o Italia por quítame allá esos préstamos sin pagar, se inmuten. Su interés prioritario es el dinero, y las ideas políticas - aunque reverdezcan el horror-  no les estremecen.

El porvenir que está llamando a las puertas de Europa, que digo Europa, del Manzanares, es la inutilidad de los pobres, de los enfermos, de los parados, es desecharlos como un producto biológico. Y sin ambages, crean campos de concentración. Es decir de exterminio.

Tras cerrar las páginas de un periódico cualquiera uno puede sentir repugnancia de la falta de repugnancia. Del contento o de la ignorancia que estos hechos producen.

Está confirmado. La OTAN no va a intervenir en Hungría para “proteger los derechos de la población civil”.

Ni la marquesa Aguirre, ni muchos menos el Rajoy de los cojones, van a cesar, ni siquiera hacer callar, a su niñata vice consejera.  Sería tanto como cesar o callarse a si mismos.