miércoles, 28 de noviembre de 2018

Carta a un elector andalúz


CARTA A UN ELECTOR ANDALUZ

Estimado votante y hermano en Andalucía.:

El próximo domingo, 2 de diciembre, nos han convocado. Esos instrumentos ciegos y carentes de sensibilidad ante el dolor que son los operantes de la alta clase Política, nos llaman a las urnas.

No nos llaman para tratar de dar solución por vías supuestamente democráticas a los gravísimos problemas de nuestra tierra y de sus gentes.

No nos llaman para sacar a nuestra tierra del último lugar en las cifras del paro, la pobreza, el hambre, la mala calidad de la  atención sanitaria, el fracaso escolar o la emigración masiva de jóvenes.

No nos llaman para poner fin a un gobierno incapaz durante cuarenta años que llevan gobernando, ni de frenar el enchufismo militante o la corrupción institucional generalizada.  

Nos llaman para ser número, aval o coartada de sus maquinaciones de partido.

Nos llaman para intentar legitimarse de sus atracos a las arcas públicas, de sus administraciones paralelas y de la creación de una casta privilegiada que vive como señores feudales con sus actas de diputado, alcaldes o concejales.

Nos llaman para que avalemos con nuestro voto el permanente incumplimiento de sus promesas electorales, nunca cumplidas.

No pido el voto para ningún partido o formación política. Aunque puedo tener mis preferencias no pertenezco formalmente a ninguno de ellos.

¿Cómo puede pedirnos nuestro voto formaciones que llevan cuarenta años gobernando sin haber solucionado, sino agravado, todos los problemas de nuestra tierra?

¿Cómo pueden pedir nuestro voto gente que han generado los casos de corrupción donde más dinero de todos se ha dilapidado y que ha obligado a que dos presidentes de lo que debiera ser la institución más respetada de nuestra tierra estén sentados en el banquillo de los acusados?

¿Cómo puede pedirnos que los votemos gente que han utilizado tarjetas de libre disposición en casas de prostitución y juergas con alcohol y drogas?

La esencia democrática por la cual se nos convoca el próximo domingo no es que votemos a “nuestro partido” como si fuera un equipo de fútbol o una religión cerrada a los infieles. La esencia democrática es que votemos a quien gestione bien nuestros recursos, a quien le haga progresar y resuelva con el mayor acierto nuestras muchas carencias y el agravio comparativo con cualquier región de España y de Europa.

La actual presidenta de Andalucía, se presenta como una gestora inmaculada, ajena al fraude y al robo sistemático que ha protagonizado su partido.

Habla de los últimos cinco años de ejemplaridad de su mandato, cosa no cierta, cuando además lleva veinte años ocupando un cargo público, período en el que se han perpetrado los mayores fraude al erario público, especialmente al dinero de los parados y de los jóvenes.

La actual presidenta y candidata a la renovación es una persona ególatra y sin ideología. Su única ideología es ella misma. Ha conspirado dentro de su partido en confabulaciones contra sus compañeros –incluido su Secretario General- en una docena de veces. Es una persona ambiciosa y sin escrúpulos.

Conspiró para lograr la abstención de su partido y permitir la investidura del más nefasto y corrupto presidente de la Derecha Española y todavía tiene el descaro de declararse “socialista” y de “izquierdas”.

Es sólo mi opinión, pero para mí no es una persona fiable. Nos inspira confianza su defensa derechosa de la Ley y el Orden de los poderosos. Su defensa de la Patria de los que se envuelven en la bandera mientras defraudan fiscalmente en paraísos fiscales, su ataque histérico y permanente a los ciudadanos de otras comunidades que defienden sus raíces y peculiaridades, su ataque injurioso a las formaciones de izquierdas que defienden compromisos de progreso, su vinculación personal y afectiva con personas que han demostrado que fueron instrumentos del imperialismo para defraudar a los ciudadanos que padecieron una larga y sangrienta dictadura de la Derecha, la Iglesia y los Poderes Económicos.

La ostensión de reiteradas mayorías parlamentarias se soporta en el mismo esquema caciquil que esquilmo nuestra tierra durante siglos.  Atemorizar y perseguir la libertad de voto de las personas, amenazando con la retirada de ayudas a personas del ámbito agrario, es repetir el caciquismo cerril que mantuvo a la oligarquía andaluza durante decenios.

El poder absoluto y permanente genera corrupción absoluta y permanente. Y lo esencial de los gobiernos es la alternancia pacífica en el poder.

Andaluz, hermano, piénsate tu voto.

¡¡¡Viva Andalucía Libre!!!





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