CARTA A UN ELECTOR ANDALUZ
Estimado votante y hermano en Andalucía.:
El próximo domingo, 2 de diciembre, nos han convocado. Esos
instrumentos ciegos y carentes de sensibilidad ante el dolor que son los
operantes de la alta clase Política, nos llaman a las urnas.
No nos llaman para tratar de dar solución por vías
supuestamente democráticas a los gravísimos problemas de nuestra tierra y de
sus gentes.
No nos llaman para sacar a nuestra tierra del último lugar
en las cifras del paro, la pobreza, el hambre, la mala calidad de la atención sanitaria, el fracaso escolar o la
emigración masiva de jóvenes.
No nos llaman para poner fin a un gobierno incapaz durante
cuarenta años que llevan gobernando, ni de frenar el enchufismo militante o la
corrupción institucional generalizada.
Nos llaman para ser número, aval o coartada de sus
maquinaciones de partido.
Nos llaman para intentar legitimarse de sus atracos a las
arcas públicas, de sus administraciones paralelas y de la creación de una casta
privilegiada que vive como señores feudales con sus actas de diputado, alcaldes
o concejales.
Nos llaman para que avalemos con nuestro voto el permanente
incumplimiento de sus promesas electorales, nunca cumplidas.
No pido el voto para ningún partido o formación política.
Aunque puedo tener mis preferencias no pertenezco formalmente a ninguno de
ellos.
¿Cómo puede pedirnos nuestro voto formaciones que llevan
cuarenta años gobernando sin haber solucionado, sino agravado, todos los
problemas de nuestra tierra?
¿Cómo pueden pedir nuestro voto gente que han generado los
casos de corrupción donde más dinero de todos se ha dilapidado y que ha
obligado a que dos presidentes de lo que debiera ser la institución más
respetada de nuestra tierra estén sentados en el banquillo de los acusados?
¿Cómo puede pedirnos que los votemos gente que han utilizado
tarjetas de libre disposición en casas de prostitución y juergas con alcohol y
drogas?
La esencia democrática por la cual se nos convoca el próximo
domingo no es que votemos a “nuestro partido” como si fuera un equipo de fútbol
o una religión cerrada a los infieles. La esencia democrática es que votemos a
quien gestione bien nuestros recursos, a quien le haga progresar y resuelva con
el mayor acierto nuestras muchas carencias y el agravio comparativo con
cualquier región de España y de Europa.
La actual presidenta de Andalucía, se presenta como una
gestora inmaculada, ajena al fraude y al robo sistemático que ha protagonizado
su partido.
Habla de los últimos cinco años de ejemplaridad de su
mandato, cosa no cierta, cuando además lleva veinte años ocupando un cargo
público, período en el que se han perpetrado los mayores fraude al erario
público, especialmente al dinero de los parados y de los jóvenes.
La actual presidenta y candidata a la renovación es una
persona ególatra y sin ideología. Su única ideología es ella misma. Ha conspirado
dentro de su partido en confabulaciones contra sus compañeros –incluido su
Secretario General- en una docena de veces. Es una persona ambiciosa y sin
escrúpulos.
Conspiró para lograr la abstención de su partido y permitir
la investidura del más nefasto y corrupto presidente de la Derecha Española y
todavía tiene el descaro de declararse “socialista” y de “izquierdas”.
Es sólo mi opinión, pero para mí no es una persona fiable. Nos
inspira confianza su defensa derechosa de la Ley y el Orden de los poderosos.
Su defensa de la Patria de los que se envuelven en la bandera mientras
defraudan fiscalmente en paraísos fiscales, su ataque histérico y permanente a
los ciudadanos de otras comunidades que defienden sus raíces y peculiaridades,
su ataque injurioso a las formaciones de izquierdas que defienden compromisos
de progreso, su vinculación personal y afectiva con personas que han demostrado
que fueron instrumentos del imperialismo para defraudar a los ciudadanos que
padecieron una larga y sangrienta dictadura de la Derecha, la Iglesia y los
Poderes Económicos.
La ostensión de reiteradas mayorías parlamentarias se
soporta en el mismo esquema caciquil que esquilmo nuestra tierra durante
siglos. Atemorizar y perseguir la
libertad de voto de las personas, amenazando con la retirada de ayudas a
personas del ámbito agrario, es repetir el caciquismo cerril que mantuvo a la oligarquía
andaluza durante decenios.
El poder absoluto y permanente genera corrupción absoluta y
permanente. Y lo esencial de los gobiernos es la alternancia pacífica en el
poder.
Andaluz, hermano, piénsate tu voto.
¡¡¡Viva Andalucía Libre!!!
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