viernes, 10 de junio de 2016

Editorial. Una gran impostura







El pasado 5 de junio, el periódico “El País” editorializaba su edición de aquel día con un ataque histérico a la formación “Unidos Podemos”. Un editorial, muy probablemente, inspirado y redactado por su “Consejo de Redacción,  donde personajes como J.L Cebrián y Felipe González tienen un peso decisivo.
Lo que sigue es un intento de reescribir derecho los torcidos renglones de aquel panfleto de la derecha económica del país, agazapada tras un medio informativo que sólo durante un breve periodo de tiempo, fue un referente válido –por ausencia de otros- para lo que quería llamarse “izquierda”.

EDITORIAL
Una gran impostura
El centro izquierda retrocede ante la evidencia de la corrupción y la ineficacia de sus dirigentes y el cansancio de su militancia. 

A medida que se acercan las elecciones del 26 de junio, la coalición Unidos Podemos, sostenida por los datos apabullantes de la encuesta del CIS, deja más clara su realizable capacidad de rebasar al PSOE, colocarse como única alternativa al PP y auparse al poder. Lo incuestionable es que ya convence a un elector de cada cuatro, con una clara tendencia al alza y un importante vuelco de la realidad electoral en nuestro país. Frente a las dudas y debilidades de los socialistas y el descaro del PP de presentarse como el valladar contra el extremismo, la encuesta muestra la movilización de un electorado, re-esperanzado en una política de izquierdas  por un pacto entre Podemos e IU tan oportuno como deseado. 

La crudeza de los datos del CIS no sólo deja al PSOE por detrás de la coalición de izquierdas, sino con un porcentaje de votos hasta cinco puntos menor y más de una decena de escaños menos en el futuro Parlamento.  La debacle socialista deja a la dirección del partido en la peor situación de su historia, con un dilema de difícil resolución: apoyar un gobierno de auténtica “izquierda, donde están los causantes de su atropello en las urnas,  o sumarse a esa “Gran Coalición”,  defendida por sus ex dirigentes más conservadores pero que resultaría de efectos devastadores en su electorado con el espejo del PASOK, dominando la escena. 

La candidatura liderada por Pedro Sánchez se encuentra en la abierta posibilidad de perder en número de escaños respecto a los resultados, ya magros, del 21 de diciembre pasado, en la obligación de dimitir si este hecho se concreta y de someter el partido al espíritu de las ambiciones personalistas que viene del Sur. 

El éxito y la eficacia de los gestores provenientes de la “nueva política” en las ciudades más importantes del país da crédito a las candidaturas de “Unidos Podemos” en la capacidad para resolver el complicado panorama económico, donde las políticas neoliberales y conservadoras se ha demostrado ineficaces y agravadoras de los efectos perversos de la crisis.

¿Y los demás partidos?  El PP, atrincherado en el conservadurismo y en la capacidad refractaria de su electorado a cada nuevo y casi diario caso de corrupción, no tiene nuevas oportunidad de gobernar sino es con el apoyo o la abstención de un PSOE derrotado y en la pendiente de caída libre. El suelo electoral del PP no puede ser inmune por mucho tiempo más a la corrupción sistémica de este “asociación para delinquir” que es el partido de Fraga desde su fundación. Una real vertebración del “capitalismo de amiguetes” y defraudador masivo de impuestos a paraísos fiscales.  En algún momento, la caída puede ser  estrepitosa. 

Ciudadanos es una incógnita que probablemente solo resolverá el 26-J, aunque se ve a Albert Rivera sin el brillo de otros momentos. Si aguanta sin desmoronarse hasta que llegue el crack electoral de la derecha estafadora, puede ser el heredero natural que la Banca y el empresariado español alentaron en su momento como alternativa.  Esta es la situación a dos semanas de la cita con las urnas.
Por primera vez en mucho tiempo, una oposición de izquierdas puede hacer sentir a los españoles robados, defraudados fiscalmente, recortados en derechos y en servicios sociales que las instituciones- y la Democracia- pueden llegar a ser útiles. 

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