domingo, 24 de enero de 2016

Los reyes del mambo




La palabra mambo sirve para denominar un género musical y un baile originario de Cuba. El mambo fue creado a finales de los años 30 por los hermanos Israel Cachao y Orestes Lopez, después vinieron Arsenio Rodríguez, Pérez Prado y el mafioso Xavier Cugat.
Ellos serían, en puridad, “los reyes del mambo”  pero en nuestra cotidianidad hay otros “reyes” y otros “mambos”.
Por ejemplo, un tal Felipe González, se cree uno de estos reyes.  Con una juventud de brazo en alto, después de pasar por la pana, ha vuelto a sus orígenes: el puro, el yate y la exaltación de francos y pinochets.
Hay un tal José Mari que dice que “habla con Dios” para que lidere la humanidad y que tras afeitarse el bigote de Charlot que tenía, se dedica a vislumbrar “armas de destrucción masiva” en países con pozos de petróleo y a cobrar comisiones de todas las guerras que en el mundo son. También da conferencias a 50.000 euros la pieza, pone al buitre de su hijo a buitrear viviendas de desahuciados  y alerta a todo el mundo del peligro de los boliviarianos que son los “otros”.
Por el barrio de Triana hay una señora que habla, en femenino, como el tal Felipe, que se envuelve todos los días en las banderas de Andalucía y el socialismo de fabricar ERES y que es más de derechas que “los collares de doña Carmen”. Ahora, pura ambición hibernada, quiere que se estrelle un correligionario, para quedarse ella con el santo y la limosna de la ruina que sobreviva.
Por los predios de La Moncloa hay un gallego malasombra, al que con sólo ver el ridículo braceo que tiene al caminar puede uno imaginar la calidad panoli de lector de “Marca” que tiene. Este trotón –o trotona- nos lleva amargando la vida los últimos cuatro años, a base de pagar las deudas de los bancos, convertir en públicas las privadas (las deudas), recortando derechos y prestaciones, y gobernando a título de inventario para los intereses del 1 por ciento de la población. Ahora, puro eslogan neoliberal, quiere seguir gobernando otros cuatro años… para salvarnos. ¡Si esto es la salvación mejor el naufragio colectivo!
Cada vez, sus coronas y sus ritmos caribeños de mierda, bombardean más cerca.
¡Hyuuu…” gritaba el batería de Pérez Prado! Mantener la estabilidad, la recuperación económica y la unidad nacional – de sus sobres, sobornos y financiaciones- gritan estos “reyes” del mambo de Spain.
Para salvar el pellejo habrá que refugiarse en el hoyo que ha dejado la bomba que ha matado al compañero. Pero no que creo que funcione. Creo que lo mejor es cambiarse de país. O quizás de “barrio”.

1 comentario:

  1. Lucas, como siempre mu acertao conforme a la realidad, chapó

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