lunes, 13 de abril de 2015

El anormal que nos preside nos llama “raros”




Que una persona que ha hecho de la mentira una profesión. Que ha defendido y profetizado maravillas sobre delincuentes que cumplen condena. Que contrariamente a toda lógica ignora lo que ha ocurrido, delictivamente hablando,  en la organización que preside durante décadas, divida el mundo y el electorado entre personas “normales”  y “raros” no deja de ser una aproximación a la ciencia de la monstruosidad.

Este monstruo de la naturaleza, tan acostumbrado a hablar de “mayorías silenciosas”  se ha situado en el papel y el lugar de las “minorías escandalosas”.  Si, si todas las personas que no apoyan una política basada en el fraude y el engaño, la financiación ilegal, el contrato encubierto de obra pública, las cuentas huidas a países extranjeros, el urbanismo de pelotazos y los sms de apoyo a simples ladrones son “raros”, habrá que preguntarse qué es la normalidad.

Ya lo decía Humphrey Bogart: las personas se dividen en profesionales y no profesionales, de modo que búsquense a un buen fontanero, cocinero, ladrón o político porque el monstruo que cobra por gobernarnos no lo es, y sólo ve como “raros” a los que no le apoyan obejunamente.

Esta bestia de la declaración tras un plasma llama populistas o demagogos a todo el que no vota a las “marquesas de la corrupción”, a los amigos de los narcotraficantes o a las liquidadores/as del estado de bienestar en forma de contratas de servicios públicos a sus amiguetes de cuenta corriente.

Si no fuera porque sus dotes como médium están absolutamente desprestigiadas todas las nuevas tendencias que pastorean en la desgracia de país del que sólo los ilusos creen que “gobierna”, desaparecerán víctimas del autobombo de su eficacia y responsabilidad, frente al “infierno que son los otros”, -Sartre dixit-  que son sectarios y demagogos.

Pero este “violinista en el tejado de la mentira” tiene fama de polvorón y se desmoronará dentro de su papel cuando unos cuantos de millones de “raros” le peguen un revolcón en las urnas  a él y su partido de chorizos al vino.

Así que más vale prepararse el ánimo para ignorar a esta generación de monstruos en forma de gaviota carroñera, que en sus graznidos en medio de su basura dicen que los “raros” son “una fuente de problemas para el país”.

¿O será que confunden los conceptos de “país”  y “cajas B”?


En las ruinas del Partenón, un mono con un látigo aún está azotando a Sócrates.

viernes, 10 de abril de 2015

Anatomía de un asesinato (… si, el del barrio de La Fuenseca)




Las calles de San Pablo, Alfaros, Puerta del Rincón, Santa Isabel, Isabel Losa, Enrique Redel y Hermanos López Diéguez configuran y delimitan un barrio de Córdoba de marcada personalidad.

Su carácter es tan notable que intentos de amalgamarlo con otros barrios como Santa Marina o San Agustín o incluso en una inocua “Zona Centro” no han dado nunca resultados.

A los efluvios de la burbuja inmobiliaria, a sus especulativos negocios y “cash flow” se apuntó la burguesía ciudadana, con algún resto de la nobleza, propietaria de una mayoría de sus fincas urbanas y solares.  Tácitamente, declararon la “muerte por abandono” de su conjunto urbano, esperando que las humedades, la climatología extrema, la desatención y la incuria arruinaran el patrimonio y la moral de sus envejecidos vecinos.

A fe que lo han conseguido. Visto el barrio en su conjunto, parece una ciudad bombardeada de una contienda internacional: manzanas casi completas derruidas, crujías abatidas, arbustos y matorral desparramado, ratas…pero la cuenta de la lechera ha fallado. Se ha volcado la cántara, quiero decir que se ha desinflado la burbuja.

Las que pasan por ser “autoridades” –tan solo “pasan”- han sido fieles aliados de esta estrategia, de este asesinato de una parte del Casco Histórico, del que presumen de que sea “Patrimonio de la Humanidad” cuando en nuestro caso sólo es patrimonio de su inmundicia mental y de los roedores y olores fétidos que nos cercan.

Nuestro barrio “no existe” para ellos. Somos absolutamente subsidiarios de todo y de todos los demás. ¿Ejemplos? A cientos.  Pasan por el eje Alfaros-Puerta del Rincón hasta cinco líneas de autobuses, ¡ninguna tiene establecida una parada en el barrio!

Durante la celebración del último concurso de Cruces de Mayo se dio el paradigma más representativo. Acosados o con alguna vergüenza ajena del espectáculo de “botellón” de la exitosa Cruz de la Hermandad de la Paz en la Cuesta del Bailío pusieron esfuerzo de vallas y agentes para impedirlo. Pero se contentaban con que se trasladara, masiva y bochornosamente, hacia las calles de nuestro desgraciado barrio. 

Cientos de llamadas de vecinos, literalmente “meados” en sus casas, portales y macetas fueron ignoradas por los agentes, que al mando de las “supuestas” autoridades estaban muy contentos de que en el Bailío no hubiera botellón.

Mientras tanto el barrio sufre el cerco y derribo en cada “festividad”, los vecinos creyentes rezan por que no se de un caso de emergencia en, pongamos por caso, cualquier día de nuestra Semana Santa. 

El cierre, por tierra, mar y aire de las calles del barrio, dura entre cinco y ocho horas cada día penitencial. A prueba de ambulancias, infartos, incendios y bomberos.  Si tiene coche apresúrese a aparcar en su cochera antes de la seis de la tarde, porque si no búsquese un parking privado hasta las cuatro de cada madrugada.

¡Y nada de planificación del tráfico, de remodelación del viario del ochenta por ciento de las calles, empedradas como Dios y el río les dio a entender a los urbanistas del hace siglos. Muy “tipical spanish” las piedras y las losas de granito, pero prueben a andar por ellas entre restos de botellas rotas y sin un calzado adecuado!

Otro ejemplo: la calle Juan Rufo bate el record de obras. Cualquiera que tiene algo que canalizar: alcantarillado, gas, electricidad, fibra óptica, va y levanta sus piedras, las pone patas arriba, sin tener mínimamente en cuenta si hace dos meses alguien también lo ha hecho. ¡Y la ordenación del tráfico de la misma! Que alguna asociación –siempre de fuera del barrio- presiona al Ayuntamiento porque le molestan los coches en determinada dirección,  allá que cambien el sentido de su caótico tráfico, para arriba, para abajo, con salida a la calle Imágenes, con salida a Conde Arenales…

Pero lo que realmente les debiera dar vergüenza a las autoridades –si la tuvieran- es el estado del monumento emblema: La Fuente y su Torreón. Derruido, entoldado para que los cascotes no maten a los vecinos, degradado, ocultado por todos los objetivos fotográficos… mucho más que de pena.

Si cualquier ciudadano europeo tratara así a sus piedras más venerables, como son las de la fuente para los vecinos que vivimos o hemos nacido aquí, sería inmediatamente desposeído de su condición de habitante de un país civilizado. Tenemos piedras, un rincón histórico recogido en cientos de documentos, memorias y paseos, y lo tenemos derruido, rodeado de ratas y al albur de una racha de viento, por no multar u obligar a su propietario a que las reponga y restituya a nuestra memoria sentimental e histórica.

Un grupo de personas de ciencia, europeas, visitó Córdoba a principio de los años cincuenta del pasado siglo y quedaron maravillados. Se prometieron volver y contactaron con su amigo, Carlos Castilla del Pino, que por carta les dijo: ¡Deben darse prisa si quieren volver a ver Córdoba, se cae!
Con La Fuenseca, con su barrio, con su fuente, ya no les hace falta la prisa. Ya se ha caído.

El poeta, casi vecino, Pablo García Baena, lo recogió así:


“Porque las piedras que amabas a la tarde han sido derribadas/ talados los cipreses y su claustro de salmos silenciosos/destruidos los arcos/el capitel rodó sobre la ortiga/y los artesonados aplastaron blasones/soberbia/yelmos, gules…/Corrió la lagartija sobre lises/ y las manos falaces arrasaron vergeles…”

Oh inmortal, eterna, augusta siempre/ oh flor pisoteada de España.

jueves, 9 de abril de 2015

La ciudad iglesia




En aquella ciudad fantasma reinaba un fuerte, único olor: el incienso. Los supervivientes vivían en aroma de sacristía.

Todo había sido inmatriculado. El laberinto de sus calles milenarias había sido sellado por el pergamino de la “innombrable”. Los fugitivos habían huido dejando sus casas y propiedades con las puertas abiertas. Los palacios, las mansiones señoriales, las cafeterías, los baños, las pastelerías… habían pasado a ser escrituradas  a favor del Gobierno de los Canónigos.

El viento había derribado los anaqueles de algunas viejas tabernas, cuyo líquido contenido había sido expropiado y libado en aquelarre para la Santa Misión.  Los patios, floridos en sus macetas de fiesta, estaban poseídos por la oración reglamentaria.  Desde el patio de los naranjos de nereidas de azahar salía cada mañana la stasi clerical, el incansable dedo,  que revisaba sus inmensos bienes registrados y hurgaba minuciosamente en alguno que se le hubiera escapado al celo de los deanes.

Ni los perros, exorcizados, transitaban por las calles. Bajo el polvo que se iba acumulando en las infinitas posesiones de plazas, mercados, pocitos, triunfos… otrora públicos, crecían altares, cruces de hierro y penitenciales, imágenes horrorosas de cristos martirizados y vírgenes en su lento carro de bueyes rojos.

Los habitantes, deambulaban, sonámbulos o fugitivos,  por las aceras llenas de derretida cera, restos de autos de fe carbonaria y piras inquisitoriales. Los capelos se reflejaban en las esferas de todos los relojes desteñidos y al final de cada jornada una muchedumbre de rezos repetía la imagen fija de los sucesivos espacios: un obispo, con cara de campesino aragonés, que había iniciado la antigua cruzada expoliativa.

Las leyendas decían que el camino de aquella “salvación” se inició en una antigua mezquita, que se inmatriculó a escondidas, se convirtió por la fuerza del engaño y de la fe redentora en la Santa Iglesia Catedral y que se extendió en infinitos círculos concéntricos, como un Dante sin Beatriz, por la ciudad votiva, en el frio invierno de las sotanas.

Cayeron plazas, cajas de ahorro, las flores de mayo, los vientos del bosque, los capiteles de las esquinas, la sangre de las venas… todos inmatriculados para y por la tiranía cabildo-catedralicia.

La sequía de la ciudad iglesia, fanatizada por pícaros, místicos de la cuenta corriente, melones clericales e higos chumbos con rosario era en realidad la esencia misma de la peste.


Negra. Ite, missa est. 

martes, 7 de abril de 2015

Albert Rivera, “Riverita de Barcelona”




Albert Rivera Díaz, “Riverita de Barcelona” (Barcelona, 15 de noviembre de 1979) es un torero catalán al mismo tiempo “ciudadano” y de “derechas”, que se inició como novillero en una tienda de electrodomésticos de la Barceloneta y en la escuela “taurina” del ESADE (Opus).

Dio sus primeros muletazos en la plaza preferida de la secta, la monumental de La Caixa, en la que adquirió notoriedad de la mano de un “espada”, Arcadi, actualmente en el ruedo del fascio militante.

Debutó con picadores en la corrida benéfica al Parlament de Catalunya de octubre de 2006, lidiando en los carteles con un original traje de luces… sin luces… y sin nada. Algo que no debió gustar a sus mentores taurinas de “la Obra” que descubrieron que había militado en las “juventudes” de la escuela taurina de Don Manuel Fraga durante tres años y que incluso había llegado a ser apoderado de algún festejo electo-popular.

A partir de ese momento “Riverita”, halagado en su toreo nacionalista hispano y al desnudo, se convirtió en la “mosca cojenera” del catalanismo, abundando en los pases con la derecha, al gusto de los aficionados de sombra, rojigualdas, con corbata y cuenta corriente, al estilo Freixenet y Lara Bosch.

El 9 de marzo de 2008, a “Riverita” le dieron los tres avisos en su intento de triunfar en la lidia del toro “Parlamento Nacional”, saliendo achuchado y sin acta, teniendo que coger el olivo de vuelta a La Barceloneta.

En la propaganda de su festejo autonómico de 2010 apareció vestido, pero con toda su cuadrilla en el fondo difuso con el “traje de Adan”, torero primitivo de la escuela bíblica.

“Riverita” además de lidiador es un apasionado aficionado de la fiesta  y  fue uno de los “diestros” contrarios a la prohibición de las corridas de toros en Cataluña.  Con motivo de este posicionamiento,  junto al diputado del PP, Rafael Luna, y el torero Serafín Marín, salió a hombros de la plaza de toros Monumental de Barcelona la tarde del 26 de septiembre de 2010.

«No aspiro a ser un “torero” (político) profesional, sino a ser un profesional dedicado temporalmente al toreo (política) ». Esto dicen que dijo “Riverita” emulando a Rafael “El Gallo”, que está dispuesto a abaratar el precio de las entradas de sol del ruedo pepero nacional, con un toreo de salón que guste a los descontentos y que equivalga –con la mano derecha- al toreo “populista” de Pablo Iglesias “El Coletas”, más del gusto de los aficionados desahuciados y de la solanera.

Mariano Rajoy, “El Calambres”, está temblando porqué los críticos taurinos que cobran el sobre mediático están creando artificialmente un  modelo de torero conservador enlatado,  que puede acabar con su escuela taurina, acomodada a los toros afeitados como “Financiación Ilícita”, “Donaciones” y “Sobresueldos”.

“Riverita” está crecido ya que comprueba como los toros “populares” se caen continuamente y ya no aguantan los tres puyazos reglamentarios y recientemente han puesto banderillas de fuego a su espada andaluz, Juan Manuel Moreno, “El Bienpeinao”.


Parece que la afición está interesada en nuevas figuras y Riverita tiene sobre todo eso, “figura”. 

lunes, 6 de abril de 2015

El estado de la nación




Tratando de alcanzar alguna perspectiva sobre el estado de la “res” pública en nuestro país no se puede sino estar cercano a la depresión.

La calidad de la democracia ha empeorado hasta límites inimaginables. Se legisla en contra de las libertades fundamentales como las de manifestación, reunión y expresión. Se recortan y limitan derechos laborales, el despido es prácticamente gratis, la mitad de la enorme población de desempleados no cobran prestación alguna. La mitad de la población juvenil está en desempleo total. 

Más de millón y medio de jóvenes ha tenido que emigrar. El empleo es precario y de nefasta calidad. Se encubren las cifras reales de parados con empleos temporales de semanas o días.

Una minoría oligárquica impone su disciplina económica. Se extiende el fraude fiscal y las empresas más importantes eluden los impuestos y alimentan sus filiales en paraísos fiscales. Se han hundido en burbujas especulativas las Cajas de Ahorros, se han rescatado con ingentes cantidades de dinero público los bancos, mientras directivos de unas y de otros cobran unos indecentes sueldos, indemnizaciones y jubilaciones.

La corrupción, alrededor de los contratos de obra pública es apabullante.  Los partidos están financiados irregularmente, sus directivos se autoadjudican sobresueldos en medio de la crisis y el recorte masivo del poder adquisitivo de sueldos y pensiones. 

La justicia en España es para llorar. La administración de justicia no cumple con su misión, no tiene medios, está viciada y sale en defensa del sistema dejando de aplicar el ordenamiento jurídico si este pone en peligro el poder establecido.

Los consumidores están al arbitrio de las grandes compañías. Las empresas eléctricas viven en el paraíso, cobrando la energía más cara de Europa y alimentando fraudes y estafas de tarifas generalizadas.

Los bancos atropellan a sus usuarios de hipotecas con cláusulas abusivas, produciendo 300.000 desahucios al año. A la estafa hipotecaria, a la estafa a los preferentistas, siguen hoy la eléctrica y la del gas.

Hay una burbuja de estafas. Una procesión de esperpentos judiciales, políticos, mediáticos que se quieren santificar con el engaño y el voto cautivo en las urnas.

El Gobierno es una estafa. Los partidos políticos son una estafa. Los gobernantes son una estafa.

España es una estafa. 

miércoles, 25 de marzo de 2015

Análisis de las elecciones andaluzas (3)






Durante un tiempo prologando fui militante del PCE, en la clandestinidad y en la legalidad. Me enfrenté con una parte de su “iglesia” contractual, -casi todos ya en el PSOE- y hace 28 años que no milito. No he debido de seguir el axioma de Heráclito sobre los distintos ríos que te bañan los pies o la cintura, porque a pesar de no tener carnet, mis adscripciones políticas: mentales, emocionales, familiares…  siempre me harán ser del PCE y de Izquierda Unida. O sea, en el mismo río toda la vida.

Hemos vuelto a perder en Andalucía. Casi todo menos la honra.  Hay un lugar común que dice que “la política ennoblece”. Yo creo justamente lo contrario: que envilece.  A nadie ha podido o puede tratar peor la política que al PCE e IU y sin embargo tenemos referentes éticos como Marcos Ana o Julio Anguita.

Nos persiguieron, encerraron y torturaron durante cuarenta años de dictadura. Hicieron leyes electorales como destino preferente (Norma D´Hont), hacemos una política coherente, al lado de los desfavorecidos y de los problemas reales de la sociedad y nos vilipendian, ningunean y nos salen enanos y aprovechados debajo de las narices.

IU cometió un error imperdonable: pactar un gobierno con el PSOE. Para frenar a la derecha, se decía. Creo que no hay peor “compañero de cama” que la formación socialdemócrata. Te “ponen los cuernos” –históricamente- antes de que te des cuenta.  Después de tres años dolorosos de Guerra Civil hicieron al golpe de estado del general Casado. Pactaron con la CIA y las socialdemocracia tibias de Europa (Alemania, Suecia…) una transición y una financiación que tenía como uno objetivo evitar que fuéramos hegemónicos en la izquierda.

Felipe González obvió, ninguneó e insultó a Anguita en todo momento y se hizo la víctima ante una supuesta “pinza” que él, y sus congéneres, hacen cada diez minutos.

En Andalucía nos han tomado el pelo. Nos han usado como freno para impedir las imprescindibles comisiones de investigación, para darse lustre con políticas sociales que ellos, en mayoría, nunca hubieran hecho. La gota que colma el vaso: aprueban con nuestro apoyo unos presupuestos dos semanas antes de disolver el Parlamento.  Racanería se llama el asunto.

Y ahora, los electores, probablemente con toda justicia, nos mandan a picar piedra.  No quiero referirme a Podemos, pero,  ¿qué han hecho cuatro niñatos de camisa limpia, nacidos para fastidiar al emergente nacionalismo catalán, para obtener nueve diputados, cuando nuestros diputados, con el apoyo de una militancia ejemplar y sacrificada se “han partido los cuernos” contra los desahucios, los recortes laborales o sociales, no sólo en una desgraciada legislatura de tres años, sino en los cincuenta años anteriores.

Ajo y agua. Pero no somos una fuerza nacida ayer ni que la desmoralice cualquiera. Cuando los “bipartidos” sean un mal recuerdo en la historia de la corrupción estercolera de esta país, todavía habrá PCE e IU. Aunque tengamos cinco parlamentarios. 

martes, 24 de marzo de 2015

Análisis de la elecciones andaluzas (2)



Las encuestas públicas, las encuestas internas, la dirección del PSOE, la dirección del PP… todo el mundo sabía que el PP se hundía en Andalucía. La única que no pareció saberlo fue la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría que teledirigió un candidato, casi desconocido, con un “centrismo” trasnochado y provocando horteramente a la no menos hortera socialista.

Si alguien tenía dudas, que viera los mítines y actos electorales, desvaídos, sin asistentes y con brindis al sol de los “espadas”. Un ejemplo: de los quince días de campaña ha habido algunos en que el PP de Córdoba  ha tenido un solo acto,  y en un pueblo de la Sierra de menos de 1.000 habitantes.

No les podía pasar sino lo que les ha pasado, que han perdido medio millón de votantes y 17 escaños.

El comportamiento de las direcciones del partido, autonómicas y nacionales, deplorable. Dejaron al candidato sólo en Málaga, después de un falso arropamiento inicial y buscaron al primero que pasaba por allí (el portavoz de campaña, Pablo Casado) para que diera la cara que escondía toda la dirección nacional, con Rajoy viendo el Barça-Madrid pegado al televisor.

Entre la abstención del votante de derechas, cansado hasta estéticamente de su partido y la irrupción más o menos artificial de “Ciudadanos” se han llevado a las urnas o a su casa el medio millón de votos perdidos.

A Ciudadanos lo retrata su candidato a presidente. Juan Marín ha militado, hasta el momento, en el PP, en el PA, en el PSOE, en un partido local de Sanlúcar y en la “marca blanca del PP o el Podemos de Derechas”. Es puro markenting electoral, el partido y travestismo, el candidato.  Se decía, en la mitología, que Saturno devoraba a sus propios hijos, en este caso y de aquí a noviembre, el hijo puede devorar al Saturno de la Caja B.

Podemos ha obtenido un resultado importante, pasar de 0 a 15 diputados, no puede ser otra cosa, pero está lejos de lo que se esperaba y de lo que vaticinaban la encuestas. No se entiende a Podemos si no gana, si no depura y desinfecta este escenario político de la adulterada Transición de las Castas.

Teresa Rodríguez, que inicialmente parecía una buena candidata, no ha dado la talla, con argumentos de poco calado, infantiles y en ocasiones pueriles, hasta se asustó de ir al “debate al 7” y en términos coloquiales “la cagó”.

No porque sea mi amigo no voy a dejar de decirlo. Podemos ha desperdiciado al que podría haber sido su mejor candidato. El abogado e incansable activista de los derechos humanos, Manolo Delgado. Presente en toda causa social, en los movimientos anti desahucios, en el conocimiento de las leyes contra la hipoteca, hasta personado en la causa contra la Infanta, Manolo era el candidato ideal. No lo ha sido ni por la provincia.

En otro momento intentaré analizar lo ocurrido a la formación política de mi desgracia.