domingo, 22 de diciembre de 2013

NAVIDAD DEL 2013. EL DISCURSO QUE NUNCA PRONUNCIARA EL REY


 

Buenas noches,

 

En esta Nochebuena, como cada año, quiero reflexionar con vosotros sobre lo que nos preocupa y también sobre nuestras esperanzas.

 

En concreto, me gustaría referirme a tres asuntos: la crisis económica, la situación general de corrupción de instituciones y políticos que se padece en nuestro país  y la necesidad de abordar un cambio profundo y radical en las políticas económicas para, de una vez, atender las necesidades reales de los ciudadanos, víctimas de una gestión desafortunada, cuando no punitiva o delictiva por parte de la mayoría de los mecanismos del Estado.

No creo exagerar si digo que vivimos uno de los momentos más difíciles de la  historia de España.

La grave crisis económica que atravesamos provocada por el afán de lucro y enriquecimiento sin límites del capitalismo y de la ideología neoliberal  ha alcanzado una intensidad, una amplitud y una persistencia en el tiempo que nadie imaginaba. Los ciudadanos sufren hoy su rigor, que está poniendo en entredicho el bienestar de no pocas familias. Pienso en tantas personas de todas las edades, pero muy especialmente en muchos jóvenes, que se levantan cada día con sensación de inseguridad y desánimo por la difícil situación de sus economías, la falta de trabajo y las inciertas perspectivas de futuro.

No podemos ignorar que existe pesimismo, y que sus efectos se dejan sentir en la calidad del clima social que vivimos. Está además generando un desapego hacia las instituciones y hacia la función política que a todos nos preocupa.

No hay más alternativas que poner a las instituciones al servicio de los ciudadanos y no de los espurios intereses de los mercados financieros, la gran banca y los afanes especulativos de una minoría que se enriquecen empobreciendo y haciendo sufrir al pueblo.

O encontramos una solución eficaz, pronta y contundente, o toda la clase política, incluyéndome en ella deberíamos retirarnos y dejar paso a nuevas formas de gestión de los asuntos públicos, y esto con carácter casi inmediato.

No puede, de ninguna manera continuar el actual estado de cosas, con esa masiva desprotección de los derechos sociales que son seña de identidad de una sociedad desarrollada y fundamentada en el reconocimiento de los derechos humanos y de lo que establece nuestra Constitución.

A menudo se habla de estímulos, económicos o fiscales, y nos olvidamos de la confianza. Reconozco que una gran mayoría de nuestros ciudadanos no tiene esa confianza, ni en mí ni en el Gobierno, ni en el partido que ostenta la mayoría parlamentaria.

Los sucesivos y reiterados casos de corrupción, las donaciones de empresas con objeto de captar contratos ventajosos, la doble y triple contabilidad, los sobresueldos y los pagos en B han acabado con el poco crédito de que gozaban nuestros políticos, entregados, por otra parte, a unas obediencia al capital internacional y la sumisión a otras potencias extranjeras.

 

A lo largo de los treinta y ocho años de mi reinado, yo mismo me he aprovechado de mi cargo, y he reunido una importante fortuna, que como no, tengo depositada en bancos de paraísos fiscales. Debo pedir perdón al pueblo y a los muchos compatriotas a los que he perjudicado.  Los casos de corrupción que afectan a miembros de mi familia son realmente bochornosos y nada ejemplarizantes para la salud moral y el progreso de nuestra sociedad.

Es realmente inasumible el número de personas que no tienen empleo y posibilidad de sacar adelante a sus familias. De nada tendrían que servir todas las instituciones del Estado si no son capaces a muy corto plazo de encontrar una solución efectiva a esta lacra social.

El muy evidente retroceso en el estado de bienestar, al que han contribuido cinco generaciones de españoles, se ve afectado en todos los órdenes. Una enseñanza de mucha peor calidad y con muchos menos medios, la sanidad pública sometida a un injusto e interesado proceso de privatización, el atropello para varias décadas que se le ha hecho a las pensiones de nuestros mayores y su radical empobrecimiento, la falta de atención a personas dependientes, la regresión en derechos sociales y laborales, la falta de perspectivas de empleo y de realización personal para una mayoría de jóvenes, que se concernidos a una dolorosa emigración masiva.

No ignoro que la política y los políticos vivimos los peores momentos en el concepto y  en la percepción de los ciudadanos. Por esta razón yo quisiera esta noche reivindicar otra forma radical de hacer política porque su papel es fundamental en la salida de la crisis y de la lamentable situación en que está nuestro país

La Corona es muy consciente del esfuerzo y el sacrificio al que muy injustamente se ha sometido a los ciudadanos. Y también es consciente que falta de entereza y dignidad, los ha defraudado. Por eso, está Navidad tiene que ser distinta.

La Navidad simboliza el triunfo de la generosidad sobre el egoísmo. Generosidad, solidaridad y compromiso son valores que todos debemos reconocer, conservar y promover siempre y en estos tiempos más que nunca.

Tan distinta que en estos momentos renuncio a mi reinado y pido al Gobierno de la Nación que me acompañen en mi decisión. Que dimitan todos. Que se abran un nuevo proceso constituyente que dé al pueblo la capacidad real de elegir, libre y democráticamente las normas por las que quiere regirse, libre de las ataduras de estructuras y mecanismos de representación obsoletos e ineficaces. Que realmente garanticen la justicia, la igualdad y la representatividad de todos y castiguen con todo el peso de la ley a los que llevan décadas enriqueciéndose y delinquiendo con los recursos públicos y la dignidad de todos.

 

Feliz Navidad para todos y buenas noches.

 

 

 

sábado, 21 de diciembre de 2013

Cuento de Navidad


Era un país abandonado. En otro tiempo habían proliferado los delincuentes. Se habían asaltado sus finanzas, la peste política (PP) había acabado con sus leyes progresistas y una pastelería política (PP) que se había llevado el manso, en pasta.

Un día, las puertas giratorias con parada en los consejos de administración de las compañías eléctricas, empezaron a girar como locas: en la falsa subasta, de una falsa energía, de un falso gobierno, dieron su veredicto: la luz debe subir un 11,5. Por ciento. En un trimestre.

Los consumidores, vecinos, la carne de tocino y el último unicornio se pusieron por las nubes y convocaron un apagón para una hora de un determinado día.

Llegó el día y todo se quedó a oscuras. Se apagaron los semáforos, las televisiones, el alumbrado cursi pepi de la cursi pepi Navidad, los ascensores no funcionaban, ni los móviles, ni los ordenadores, ni las redes sociales y empezó a hacer mucho frío, sin calefacción y sin el discurso ñoño y elefantero del rey rijoso y corrupto.

Pasó la hora convenida y todo seguía oscuro, frío, apagado, las calles deshabitadas y los metros sin funcionar. No se oían la radio ni las tertulias. Ni a los obispos ni a las avispas. Las cafeterías del Parlamento deshabitadas. Nadie había podido calentar las tostadas y el café a 0,85. El par.

La energía había caído en un pozo del que no podía salir.  Y el primer día, con todo el mundo asustado, fue muy duro.  A los seis millones de parados les daba igual, no tenían que ir a trabajar y a una diputada hortera y deslenguada, tampoco. El viento derribaba anaqueles y el asfalto se comía a los perros de la soledad.

El país estaba apagado y lleno de telarañas. Los fanáticos, los místicos, los cínicos y los marhuendas no tenían nada que hacer. Nadie los oía, nadie podía oírlos.

Y los ciudadanos, sin darse cuenta, empezaron a ser felices. Se calentaban subiendo escaleras o haciendo el amor, comían frutas o verduras sin cocinar. Y a cambio no había telediarios. Se acostaban y se levantaban temprano.  No tenían que ver “Sálvame” ni a Juan Imedio.

A las esferas se les habían caído las agujas, el sol calentaba y el mar arrullaba.

Ellos lo ignoraban pero se había salvado. Habían vencido a la peste y a los políticos. (PP)

¡Gloria a Aznar en las alturas (muy altas, muy altas, y con soga) y paz en la tierra a los hombres sin marhuendas y rajoys!

jueves, 19 de diciembre de 2013

¡Qué asco de país!


Si uno se asoma, desde afuera, al mundo que se entrevé tras los papeles de Bárcenas y los correos de Blesa, puede quedar cegado por una luz de chicharra.

 

Puede tener la sensación de irrealidad, de pesadilla o de un abismo poblado de monstruos.  Pero no, el mundo de gallinas cluecas que hay detrás es real.

 

En esta ciénaga hay contabilidades en B, dobles sueldos, donaciones, contrataciones, ex presidentes comisionistas de empresas de armamento, presiones, lobbys, enchufes, preferentes, la quiebra de la cuarta entidad bancaria del país y un universo de delincuencia organizada que se come a rebanadas la economía de un estado con total impunidad.

 

Este es un país para la náusea. Todos esos personajes que se asoman a las anotaciones o los correos existen, son diputados, portavoces parlamentarios, senadores, banqueros, presidentes de patronales, consejeros de empresas eléctricas, e incluso, presidentes o ex presidentes de gobierno- o sus hijos o yernos- .

 

¿Y esta chusma nos ha gobernado o, lo que es peor, nos gobierna?  Esa certeza nos puede llevar al total desaliento.  ¿Dónde están los fiscales o los jueces que no promueven ya una causa general contra esta corrupción ineluctable que nos cerca, nos rodea y nos embadurna de su miseria?

 


Dos jueces que medio lo han intentado han caído en la batalla. Y media docena de comisarios y una treintena de inspectores de Hacienda han sido cesados, relevados o dimitidos. El poder de la “cosa nostra”.

 

Esto es la Mafia. Pura, simple y dura. No tiene la estética de un gánster- o ministro- hecho un colador con la cara jabonada en una barbería pero es porque sigue otros modelos. No hay más que mirar las actuaciones del llamado ministerio fiscal, defiendo a capa y espada a todo el choriceó pepero y monárquico. Y si la verdad, llega algún día a estallar, su estampido manchará hasta los tuétanos esta realidad, hipotecada de delincuencia, que han traído toneladas de dolor, desempleo, hambre y muerte a este desgraciado país.

 

¿Quieren ya más pruebas, más indicios, más evidencias? ¿Necesitan más cargos imputados, más “premios” de la lotería o áticos marbellíes? ¿O más bochornosas y expoliativas subidas de la luz?

 

¡Qué asco! Han empobrecido un país hasta la extenuación, han acabado con cualquier derecho laboral o social, la gente se muere, literalmente, de hambre y el mundo que se ve a través de su prisma es el de las cacerías de lujo- corzos en Hungría- , los yates, los viajes, el caviar de gran selección y los áticos al sol. ¡Qué asco!

 

¡Nos podrá alguien compensar alguna vez por esta monumental estafa política!

 

Al menos, a ver si hay alguien que les prohíba que abran la boca, que salgan en nuestros televisores y que nos eviten el riesgo de morir de septicemia por contagio visual.

martes, 17 de diciembre de 2013

La estólida estolidez de Gabriel Albiac


 

Gabriel Albiac es un filósofo. ¡Qué digo filósofo,  es un “colaborador” de ABC ¡ Que tiene mucho más empaque y sirve para otras muchas cosas, como recolectar higos chumbos.

Pues a lo que iba. A Albiac, leyendo las encuestas, le ha entrado la cagalera. Y en una paletada del mantillo de sus meninges ha escrito un articulito en esa pañería de fachas que es el periódico de las tres letras. Se titula: “Un estólido masoquismo ciudadano va a hacer medrar a UPyD e IU. Lo peor de todo. “

¡Claro que sí, Gabrielito, alegría del barrio “chueta” de Palma! Que empiece a atisbarse una merma del bipartidismo ineluctable y estólido que se ha sentado en las magistraturas de este solar con moscas –corruptas- al que la caverna llama “patria”, es, “lo peor de todo”.

Debe ser peor que los discursos del Mariano, incapaz de articular dos palabras sin mentir en su conjunto, peor que las explicaciones del “profesor” Montoro, furioso intérprete de la “defraudación ajena”, más incompetente –aún- que la "Virgen de Rocío" en forma de ministra o monja alférez, o que “Lady Jaguar”, incapaz, aunque lo intente hasta cuatro veces, de pronunciar la palabra “terapéutico”.

Albiac coge la vena profunda cuando se pone a escribir de la corrupción. Y va y dixit: “No se ha beneficiado demasiado, es cierto, de la suntuosa corrupción que volvió ricos a sus vecinos socialistas.” Y sigue defecando: “Pero ha tenido muy cerca la lección de los camaradas sindicalistas, cuya capacidad para parasitar fondos de Estado es uno de los acontecimientos más desoladores de la España en la cual vivimos.”

¡Qué  casualidad que este rabino mallorquín no se acuerde para nada de “otras corrupciones”! ¡Que no hable de los 48.000 millones que van a dejar de pagar los bancos rescatados por Jesús del Gran Poder, de la Gurtel, de Camps, de Fabra o de su vecino en el barrio de Génova, Jauma Matas!

Albiac lleva la máscara debajo.

¿O será porque escribe –y cobra- del ABC, ese bicarbonato derechoso que felicitaba en portada a un tal Adolfo?

Por cierto, cuando Albiac habla de “lo peor de lo peor”, ¿habrá oído el discurso entreguerras de un tal Rafael Hernando, portavoz pepero y olé, primo hermano –el discurso- del Adolfo de antes, que gaseó a millones de conciudadanos de su misma religión y raza. (Los chuetas mallorquines, como Albiac, son judíos, pata negra)

Con esto de la estolidez pasa como con las mariposas, que siempre están en metamorfosis. Y Albiac es una mariposa, digo un chueta.

 

lunes, 16 de diciembre de 2013

La comida caducada mata, y la política del PP también


Mientras un mameluco se abrazaba pornográficamente a Rajoy en el solar patrio de Murcia, en Alcalá de Guadaíra, una familia de cuatro miembros se intoxicaba mortalmente comiendo un miserable pescado “podrío”.

Estas son las “dos Españas” de las que habló Machado. En una todo son parabienes, elogios y autobombo de la criminal política neoliberal y en otra se muere de miseria, de paro estable y acumulado en el tiempo y del veneno ensangrentado de los vertederos de alimentos.

La política del Partido Popular es el mayor desastre ocurrido en el planeta desde el Diluvio Universal. Tienen la cabeza poseída por los bancos y los mercados pero condenan a los estómagos a las telarañas o a la muerte por un pedazo de sardinas pescadas en los tiempos de Abraham.

Con esta miseria moral acumulada en las mentes, tanto nos da que Fernández, el de la Orden del Toisón de Oro, quiera poner multas de 600.000 euros a quien le tosa, que la ONU califique las actuaciones de Mato de “grave riesgo para la salud” o que la Fátima rociera le quite el desempleo a quien salga al extranjero a respirar.

Con estos ejercicios vamos camino de la ascética. En medio de tantos “marhuendas y abecés”, de tanto hijo de puta con lagañas, de mármoles, salones y alfombras, de tanta gomina y de tanta mentira, la gente se muere. De hambre, de olvido y de zorra burocracia.

Uno piensa: ¿No les dará vergüenza? Propia y ajena. ¿Desmantelar un país y un sistema para servir a sus amos de dólar y del euro negro-suizo?

Son estos seres revenidos del franquismo, hortalizas políticas y desgraciados de nacimiento que se creen que gobiernan porqué hacen decretos leyes a beneficio de inventario para sus amigos banqueros o sus multinacionales defraudadoras. Son tan falsos como sus mayorías.

Ellos y “su” España son ya nada. Una atroz y resignada miseria. A punto del eructo leo una noticia sobreañadida. En Lorca, tras el terremoto, han restaurado totalmente una iglesia y no han movido una piedra de los tres institutos afectados.

Es decir, que una vez más prima el “pescao podrío” sobre las “vitaminas”.

viernes, 13 de diciembre de 2013

Brindis por el año que se acaba


Por la libertad que nos están robando.

Por la sanidad que nos están quitando.

Por la educación que nos están destruyendo.

 

Por la democracia que están limitando

Por los derechos laborales que están cercenando.

 Por el trabajo que están impidiendo.

 

Por el dolor que nos están causando.

Por el hambre con que nos están matando.

Por la miseria que están produciendo.

 

Por las mentiras que están utilizando.

Por el fraude que están haciendo.

Por la estafa que están alimentando.

 

Por las familias que están separando.

Por las viviendas que están desahuciando.

Por lo “público” que están privatizando.

 

Por los parados que están haciendo.

Por los golpes que nos están dando.

Por los millones que están robando.

 

Por las donaciones que están recibiendo.

Por la corrupción en la que están viviendo.

Por los dobles sueldos que están cobrando.

 

Por el medio ambiente que están secando.

Por las playas que están destruyendo.

Por la burbuja en la que están viviendo.

Por los multas que nos irán poniendo.

Por la cárcel en que nos irán metiendo.

Por los palos que nos irán pegando.

 

Por la guillotina que estamos encargando.

Por la horca que estamos levantando.

Por las cabezas que irán rodando.

 

Por la libertad.

Por la democracia.

Por la vida.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Declaro mi amor a las cerillas y las latas de gasolina


 


Un día cualquiera, en la prensa de eso que llamamos nuestro  país (o pocilga comunal).

 

Caso a)

“Rafael Spottorno, entonces director de la Fundación Caja Madrid, se quejó ante Miguel Blesa de la "desvergüenza y el despilfarro" que suponían los proyectos con medios de comunicación de la Fundación Dos de Mayo, patrocinada por la entidad financiera

La Fundación Caja Madrid, a través de la Fundación Dos de Mayo, pagó 1,3 millones de euros a Unidad Editorial en diferentes proyectos en 2009 y financió un "bonito mural de Vocento" en 2008”.

 

Caso b)

Agentes de la Policía Nacional, en colaboración con la Inspección de Trabajo de Madrid y la Policía Local de Brunete (Madrid), han detenido a una empresaria textil que hacinaba a 44 trabajadores en dos talleres de la localidad madrileña de Brunete, ha informado la Dirección General de la Policía.

De los 44 trabajadores que se encontraban desarrollando sus labores en los talleres, sólo 17 estaban contratados y dados de alta en la Seguridad Social. Se ha imputado a la propietaria el nuevo tipo agravado por el Código Penal, tipificado como delito contra los derechos de los trabajadores y que puede llegar a acarrear multas de hasta 150.000 euros.

Caso c)

Un documento inédito con sello de Caja Madrid prueba el engaño de la entidad al vender preferentes. Un escrito de un cliente muestra cómo la caja dio información positiva de un producto cuando se conocía su degradación.

 

Caso d)

La Guardia Civil sanciona a tres militantes de IU con multas que podrían llegar a casi 2 millones de euros. Los tres militantes, vecinos de Espartinas, fueron multados cuando realizaban una asamblea. A pesar de que otras personas fueron identificadas, solo los miembros de IU han recibido los informes de sanciones.

 

La cosa queda meridianamente clara.  El sistema, esa entelequia facciosa a la que los optimistas llaman “gobierno”, los “jueces”, la “policía” y las “fuerzas del orden”, dirigen la onda expansiva de su sentido del “estado” y la “justicia” hacía los ciudadanos y se quedan mirando al techo cuando Alí Babá y los Tres Mil Ladrones saquean el erario público, hacen trizas las palabras y los conceptos de “libertad” y “democracia” y se limpian en las cortinas del apaleado pueblo.

Es decir, que asistir a una asamblea a las puertas de tu ayuntamiento porque los que mandan (peperos) han subido el IBI a la parra de sus caprichos “merece” una multa de…¡Dos millones de euros!  Y saquear las finanzas públicas, hacer esclavos a los trabajadores y engañar y estafar a 1 millón de jubilados se quedan en la “literatura” penal y a la espera del indulto amiguete.

A partir de aquí se entiende que algunos amemos a la cerillas y a las latas de gasolina.