domingo, 20 de septiembre de 2015

EL TIMO-ESTAFA DE LA “EJEMPLAR” TRANSICIÓN POLÍTICA ESPAÑOLA




Las declaraciones de Felipe González mejorando a la dictadura de Pinochet sobre el actual gobierno de Venezuela han podido ser el hecho desencadenante, pero la verdad es que mi opinión sobre esa pamema que la idiocia colectiva llama “ejemplar transición política española” se viene fraguando de lejos.

La viví en primera persona, como sindicalista y militante de un partido político clandestino, pero a medida que se sucedían los hechos, internamente, aumentaba mi decepción y una vaga sensación de estar siendo estafado me rodeaba.

Valoremos sino a sus principales actores.  El abrumador peso de los hechos ha dejado al rey Juan Carlos I en el lugar que la propaganda oficial nunca quiso que estuviera. Se sobreentiende todo lo demás. 

Adolfo Suárez es el que mejor parado sale, pero su obscuro pasado franquista es imposible de borrar.

Felipe González se ha revelado como paradigma del monumental fraude que supuso su partido y su política. Impulsado como referente de la izquierda en un operación a golpe de dólar de la CIA y la socialdemocracia europea, ha dejado atrás en su reaccionara evolución a los que fueron sus mentores. Cómplice protagonista del atraco-estafa  de las compañías eléctricas a todos los españoles, tiene la “X” del Gal encima, ahora que se dedica a defender a las multinacionales y a los golpistas de la banana.

Santiago Carrillo, el más lúcido de todos, se equivocó gravemente. Literalmente acojonado por los militares, echó por la borda la heroica lucha del PCE durante la dictadura: pactó una indecorosa Monarquía y el acatamiento a unas reglas de juego (Constitución) que esquivaban libertades esenciales y una “ley de punto final” que amnistiaba fundamentalmente a los verdugos de tantos crímenes del franquismo.

Manuel Fraga no engañaba a nadie. Era lo que era: un fascista en ejercicio. Que fundó un partido fascista, ladrón de recursos públicos en beneficio propio –del partido- y de los millones de corruptos que se le agregaron.

El papanatismo infuso ha disfrazado de “transición ejemplar” lo que no fue sino un puro chalaneo entre el ruido de sables y fascismos encubiertos de democracia de arribada.  Esos cuarenta años de nuestra historia, glosados por papagayos y politólogos de ocasión, son en realidad “más de lo mismo”. La puesta al día que la oligarquía financiera tuvo que hacer para hacer el paseíllo en Europa y seguir expoliando a conciencia a un  pueblo. A todo aquel al que no había fusilado, masacrado o enterrado en cunetas.

Pasada la decepción y el desencanto, nos queda la realidad. Odio a ese tiempo y a quien lo glosa y este en que vivimos no es sino el resultado de tanto engaño. Consentido, en buena medida.


sábado, 19 de septiembre de 2015

Llanto por la democracia perdida a las cinco de la tarde





Republicación de otra entrada del 16 de septiembre de 2012 tras ser premiada en un certamen literario. 

Eran las cinco en punto de la tarde.
Un país, una democracia herida
a las cinco de la tarde.
 

Un pueblo atado de pies y manos
a las cinco de la tarde.
 

Lo demás eran mentiras  y votos robados
a las cinco de la tarde.
 

Riesgo, primas y estafas
a las cinco de la tarde.
 

Y una historia de engaños y banqueros
a las cinco de la tarde.
 

Nos robaron la salud
a las cinco de la tarde.
 

Nos quitaron la enseñanza pública
a las cinco de la tarde.
 

Nos dejaron sin cultura

a las cinco de la tarde.
 

Saquearon los ahorros
a las cinco de la tarde.
 

Nos hicieron pagar sus burbujas
a las cinco de la tarde.
 

¡Y el pueblo, solo corazón arriba!
a las cinco de la tarde.
 

Cuando el sudor de la vergüenza  fue llegando
a las cinco de la tarde,
 

cuando la libertad se cubrió de yodo
a las cinco de la tarde,
 

la muerte heló desahucios
a las cinco de la tarde.
 

A las cinco de la tarde.
A las cinco en punto de la tarde.
 

Un bochorno de recortes
a las cinco de la tarde.
 

Bancos y cajas desparramadas
a las cinco de la tarde.
 

El armario no se abría
a las cinco de la tarde.
 

El desfalco de la libertad
a las cinco de la tarde.
 

A lo lejos ya vienen sus ladronas señorías
a las cinco de la tarde.
 

Sus mentiras les embriagan
a las cinco de la tarde.
 

Generales y banqueros
a las cinco de la tarde,
 

Nos  llenaban de cadenas
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.

 

¡Ay qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco estafadas de la tarde!

jueves, 17 de septiembre de 2015

La Justicia no era ciega, era analfabeta. (Vallamos pues por partes)





El asunto no es ya una mera cuestión de intereses partidistas o afinidades ideológicas. Es de mucha mayor trascendencia: se trata de una cuestión estética.

¿Puede todo un magistrado de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, designado como ponente del mayor caso de corrupción que se conoce en nuestro país, cometer cincuenta faltas de ortografía en el escrito en  el que “tiene el honor de informar” que no piensa abstenerse en el caso, pese a estar recusado por cuatro acusaciones populares y cuestionado además por la Fiscalía Anticorrupción?

Pura estética. El juez, apoyado y defendido por el PP en toda su carrera, viene ahora a poner el estrambote a la situación de la Justicia en nuestro país, parte integrante de la “Marca España”: faltas de ortografía de alumno de Primero de ESO, faltas de concordancia, mayúsculas que faltan, verbos mal conjugados, vocablos sin acentuar y sobre todo, en plano estilístico, mucha chulería, arrogancia “marca de la casa” (el PP) y absoluta necesidad del suicidio para la globalidad de los miembros de la carrera judicial que albergan al tal energúmeno entre sus cargos de más rango.

Para aprobar una simple plaza de auxiliar administrativo en un ayuntamiento de cuarta se precisa superar una oposición, no cometer más de dos faltas de ortografía en una misma prueba y hacer un examen sobre diecisiete temas que domines al dedillo.

A la luz del escrito del señor magistrado, ¿Cómo ha llegado hasta ahí? ¿Cómo ha aprobado sus oposiciones con  ese bagaje mental y cultural? ¿Cómo ha superado los exámenes de la carrera de Derecho? ¿Estaba ya el PP al control de ese desaliño con futuro partidista?

La composición del Tribunal Constitucional, “criada para todo del Gobierno”, estuvo cuatro años bloqueada porque  el Partido Popular exigía el nombramiento de esta “pieza” o leche de sus ubres, sin que se acreditará un mínimo de años indispensables en su profesión para determinar la idoneidad de sus capacidades y conocimientos. Uno de los muchos pactos o tejemanejes, mucho más habituales de lo que los ingenuos votantes piensan, desbloqueó el asunto y este émulo de George Clooney fue investido como uno de los honorables miembros que velan por nuestra Carta Magna. ¡La pobre!

El sábado final de una Feria de Córdoba fue visto tomando numerosas copas en la caseta ferial de un partido político. ¿De cuál? ¡Bingo, “La Gaviota”, del PP! En la madrugada siguiente fue detenido en el Paseo de la Castellana de Madrid conduciendo su moto de gran cilindrada, dando una tasa de alcohol el triple de la permitida y sin el casco reglamentario. El casco fue encontrado en otra caseta de feria al día siguiente.

Es decir, que el magistrado que va a juzgar a la mayor trama de corrupción multimillonaria que se ha dado en este país, no sólo comete 50 faltas de ortografía en un escrito, sino que conduce cuatrocientos kilómetros con una sangre bañada en alcohol, exquisitamente ferial.

La “Marca España” es algo proteico,  que se compone tanto de toros de la Vega, de Marilós al micrófono  como de jueces sin casco. No me atrevo a decir sin cabeza, pero puede.


¡Vallamos pues por partes!

lunes, 14 de septiembre de 2015

Cifuentes y la vergüenza





La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ha dicho en relación a la celebración de la Diada en Cataluña el pasado viernes, que fue “un espectáculo vergonzoso”.

Resulta obvio que en su idea particular de la “vergüenza” y lo “vergonzoso” hay mucho de subjetividad y algún componente –no medido- de roña intelectual y política.

Calificar de “espectáculo vergonzoso” una concentración cívica de millón y medio de personas, modélica en su desarrollo, pacifismo y organización, va mucho más allá de una simple falta de respeto a las normas no escritas de la democracia y sitúan su irritado desprecio en la órbita pura y simple del fascismo congénito que le caracteriza.

El desapego mental de la desafortunada walkiria pepera se produjo en el desarrollo de un mitin de su partido donde compartía estrado con un significado exponente de la ideología racista, inquietante y filo nazi que representa la inmundicia en forma de candidatos a los que se ve abocada su “partida”  o mafia en Catalunya.

Es decir que la señora Cifuentes, que tiene a su marido en situación de busca y captura por un quítame allá unas cuentas sin declarar ante un juez, siente vergüenza porque una muchedumbre ingente y festiva reivindique sus señas de identidad en calles abarrotadas y  no tiene “sentimiento” alguno por militar y ser cargo público de un partido que expolia, defrauda, se financia ilegalmente, se administra en “cajas B” y tiene procesados a sus cinco últimos tesoreros.

Hasta para despreciar hay que tener meninges y la señora Cifuentes, que aplaudió y apoyó a un desastre mental, Botella por apellido, dijo también, para que no se le quedara nada en el tintero "Yo tengo una alcaldesa parecida a la vuestra, desgraciadamente".

Desgracia, enorme la nuestra ya que parece que los bomberos –ni los loqueros-   intervinieron y este mitin concluyó sin que fenecieran sus oyentes de estupor o de asco.


Vivimos en un país de detritus en el que es difícil encontrar la autoestima. Lo que ahora se ve en España no puede ya atribuirse ni a la inteligencia ni a la incultura.  Es un producto de escombrera fruto de la confluencia maligna de gentes como Rouco, Aznar, Belén Esteban, Rajoy, el programa “Sálvame” y una toalla estampada llamada Cifuentes. 

jueves, 10 de septiembre de 2015

Petra László y otras patadas en la boca.




No es ella, sino lo que representa. El encargo fascista de la violencia, la vaharada nazi con el ego crecido, la decepción de plomo de la falsa libertad.

Impunes naciones y organizaciones atlantistas se ha inventado guerras, bombardeado países, expoliado riquezas y han causado millones de muertos, de niños muertos en la orilla de la playa de nuestra/suya conciencia capitalista, de refugiados políticos y muertos de hambre de patera.

Y ahora se la cogen con papel de fumar para distinguir entre “refugiados” y “emigrantes”.  En el clamor de la foto del niño muerto a la orilla del mar de su vicio se han vuelto indulgentes, aceptan a centenares de miles de huidos de la guerra que ellos han provocado, mantenido, alimentado y militarizado, y se los reparten siguiendo las leyes de su imperio.

Pero hay otras patadas, otras zancadillas homologadas, aparte de la de la ardua fotógrafa nazi-húngara.  Los que “devuelven en caliente” a los asalariados del hambre colonial, por orden de un ministro monje de comunión diaria de un gobierno que legisla y multiplica por dos la pobreza y los multimillonarios. Los que instalan verjas con hirientes cuchillas para los pies y las carnes desnudas de la plétora de la miseria, los que disparan pelotas de goma a nadadores exhaustos, los que amparan a fascistas con uniforme y los esconden a los jueces, los que encargan la destrucción de pruebas e inventan mordazas en forma de ley.

Vivimos en el recinto de la hipocresía, del falso derecho y de la falsa democracia. Estas gargantas ácidas del fascismo de Estado, de los fabricantes-vendedores de armas a guerra-civilistas de su propia creación, son un “arma de destrucción masiva” de la humanidad, y del concepto de civilización y derechos de la persona. Te venden las bombas por racimos y amenazan a sus propios conciudadanos con sacarle los tanques por un quítame allá un “derecho a decidir”.

Son bastante semejantes. Primero se oponen, manipulan desde sus órganos de desinformación y lamedores perianales y si el “Imperio” habla en sentido contrario, acatan y comiéndose su asco los reciben a patadas y zancadillas en las fronteras.

Se les ve resoplando en sus telediarios, cometen yerros y aferrados candorosamente a sus momias con bigote y brazo en alto se declaran, grasientamente, “demócratas”. 

Pero a la mínima te esperan en la frontera a patadas o zancadillas.  O cara al sol con la camisa nueva.  O con una cámara de gas.


jueves, 20 de agosto de 2015

La pringue sale por las portadas





Probablemente estamos demasiado juntos, los políticos,  los periodistas, los corruptores,  o, los simplemente, gilipollas. Y esto, que, por proximidad, da calor, es realmente una pringue.

En este hacinamiento, salen  a relucir no ya la mezquindad obsesa, la ruindad de espíritu de por ejemplo, esa derecha casposa española que escribe y lee un panfleto al que con sólo con una alta dosis de humor negro llaman “La Razón”.

Así, en la pringue que chorrea a Marhuenda y sus llamémosle “redactores”, llevan tres días haciendo un ridículo eximio a propósito de la figura de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena.

Encabezar una portada con una “información”, o borborigmo de su director, sobre el “lujo sin límite” que tiene este “roja” que veranea en una mansión de millonarios que cuesta 4.000 euros a la semana. 

Ignorando –esa substancia parda que le llena desde los intestinos al lugar en que tenían que estar la meninges se lo impide- que es un costo compartido entre ocho personas, que, además, pagan de su bolsillo, sin que se lo sufrague ningún lobby empresarial, ningún ministerio vendido a los amiguetes ni han tenido que lamerle el culo –como hace él- a ningún presidente que no acaba de salir del almario.

Ignoran también desde su absoluta mediocridad mental que la anciana alcaldesa ni siquiera, aunque lo pagó, estuvo una semana alojada en tan palaciego recinto, -privativo según don Paco, de los chorizos y morcillas del partido que defiende a diario-, sino los tres tristes días de un puente festivo.

Esta pringue, digo este medio informativo, llega al paroxismo de la imbecilidad, cuando a los dos días de hacer ese humoral ridículo, vuelve a convertir la portada del medio donde mean y cagan los banqueros tapados de este país o establo, vuelve a cagarla publicando que doña Manuela ha cortado una flor prohibida, la  Pancratium Maritimum, un horrible crimen, creo, digno de ajusticiamiento en una cuneta, sino fuera porque en Andalucía, lugar del asesinato, la flor en cuestión no está protegida.

Don Paco Pringues se olvida eso sí, que una ley de Montes y su aprovechamiento tras un incendio, elaborada por sus amiguetes diputados del partido que lo condecora de cuando en cuando  –aquí forman un lobby corrupto hasta los madereros- ha provocado en lo que llevamos de verano el doble de incendios de un año normal y que su conciencia ecologista adoptada, no ha dicho ni “mu”de esto  ni en portada ni en la entrada a la flor de su culo.

Este es un ejemplo eximio de la naturaleza y condición de la derecha que tenemos en este país, y este periodista con carnet de tómbola, no deja de ser un coherente reflejo de la situación general.

Estamos tardando demasiado en terminar con este engrudo de falsos, con este guiso de chorizos al vino. Más que una sociedad en cuya interacción se fuera eliminando la mediocridad como un escombro, la realidad se demora en estos guisos de gallinejas fascistas.

El “ABC”, “La Razón”, “Intereconomía” dan el pego como “medios informativos” y sólo son el reflejo en forma fétida de la España de charanga y pandereta, cerrado y sacristía, monteras, tricornios y toros de la Vega, curas presidiendo el pelotón de ejecución y una mierda pinchada en un palo como “tertuliano” y director de un periódico.

Adentro se chapotea.



miércoles, 12 de agosto de 2015

Escena del diván. Fragmento del "Tenorio Mariano"




Cálmate, pues, marquesa mía  
reposa aquí un momento          
olvídate del tormento  
de perder la mayoría.
               
¿No es verdad, ángel de amor,
que de Coruña a Sevilla               
robamos desde una silla
hasta la Cruz del Señor?

Esta Gurtel nos llena     
de pasta todos los sobres
de aquellos peperos bordes   
en ardorosa faena;        

esa Púnica morena          
que contrata sin temor
al alcalde pecador          
que marjaliza el día,      
¿no es cierto, Aguirre mía,         
que el PP lava mejor?  

Esa armonía que siento
recogiendo estos millones         
de Granados y sus “c…….”          
que agita el ayuntamiento,       
ese corrupto por ciento
con que hurta este “tenor”
de Madrid y alrededor  
Valdemoro y compañía.
                 
¿No es verdad, multada mía,    
que puedes aparcar mejor?      
 Y estas palabras que están       
filtrando insensiblemente         
tu hermosa cuenta corriente    
que en Suiza contaran 
y cuyos dígitos va           
inflando el  interventor
al partido estafador        
no juzgado todavía,      
¿no es verdad, Esperanza mía,
que están subiendo el mibor? 

 Y genoveses ufanos
que se lo llevan tranquilos           
sabiéndose tus pupilos
y alumnos del Mariano.              
Evaporarse, cristianos,  
que todas las cuentas B
yo nunca recordaré.
                 
¿No es verdad, colega mía,       
que ya no sientes pudor?          

¡Oh! sí, arrugada doña Inés,
 espejo y luz de mis ojos;           
escucharme sin enojos
como roban a manojos                 
y después salen por pies;
mira aquí a tus plantas, pues,   
todo el altivo cercano   
del Tenorio Mariano
al que la barba  crecía,  
en Galicia, terra mía      
mientras trotaba de amor.


DOÑA INÉS

Callad, por Dios,  ¡don Mariano!,            
que no podré resistir    
mucho tiempo sin morir             
el calor de este verano.

 ¡Ah! Callad, por compasión,     
que oyéndoos me parece          
que el Granados enloquece      
y cantata en la prisión.

¡Ah! Con lo de esta gentuza        
sin deciros que esté mal
ya me veo de reclusa 
en la de Soto el Real.
               
 Tal vez poseéis, Tenorio            
un misterioso amuleto,               
un mensajito secreto
oculto en vuestro escritorio.       
                  
Tal vez Satán puso en vos          
un cuerpo de Pontevedra            
el rostro como una piedra
trotando por el alfoz.
                 
 ¿Y qué he de hacer, ¡ay de mí!,              
si aparcando en la Gran Vía
yo perdí la mayoría
y oposición soy aquí?   

No, don Mariano mío   
resistirte no está ya;     
yo voy a ti, como va      
sorbido al mar ese río. 

Tu gobierno me enajena,           
tus palabras me alucinan,           
ya no piso la oficina
y mandando está Carmena.      

¡Mariano,  yo te imploro             
firma un decreto, ya, ahora,       
y me haces senadora
y cobro de ese tesoro!