La luna gira en el
cielo
  
  
  
 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 sobre payeses sin
agua
 mientras en Madrid se
siembra
 y no se vendimia
nada.
 Por encima de los
techos
 nervios de metal
sonaban.
 Aire rizado venía
 de la nación
catalana. 
 La tierra se ofrece
llena
 de heridas
cicatrizadas,
 desmanes de
castellanos,
 cauterios de luces
blancas.
 Mariano está soñando
 una  crisis superada 
 al son que dicta la
Merkel 
 y la troika
conspirada. 
 Sus recortes duros
son 
 agudo norte de fachas
 pide esfuerzos a los
pobres 
 y granizada a la
banca. 
 Mariano  está cantando
 que la crisis ya no
es nada
 alrededor del PP
 y seis millones de
almas.
 Arturo, delgado y
seco,
 desde el Ebro  lo miraba,
 llenas las arcas de
espuma
 y oscilaciones el
Barça.
 Su trote pontevedrés,
 estirpe de puro facha
 con la Cospe entre los
dientes
 de flecha recién
clavada.
 Arturo estaba mirando
 la luna redonda y
baja,
 y vio al final la
consulta
al trote legalizada.
 Arturo a las tres y
media
 se tendió sobre la
cama.
 Cataluña le pesaba
 con ojos llenos de
alas.
 La luz, maciza,
sepulta
 pueblos en la arena
parda,
 y Esquerra sumando
votos
 en barretinas
doradas.
 Siempre nación
oprimida
 brota silencio en las
jarras.
 En el musgo del
Montseny
 la independencia gritaba.
 Arturo gime la estela,
 la estela de la
estelada.
 Yedra del escalofrío
 la consulta
sentenciada.
 Mariano entró
furioso,
 rabia española y de
facha 
 color de sobre
cobrado
 y de donación lejana.
 Arturo, ¡déjame en
paz
 con tu consulta
cerrada!
 Mis hilos de sangre
tejen
 peperos de dura
entraña. 
  Déjame tranquilo,
noy.
 Son tus votos en mi
espalda
 avispas y roucocillos
 marhuendas con voz de
flauta.
 Mariano, sal del
armario
 hay dos jueces que te
llaman,
 que fueron
decapitados
 por los fachas de tu
casa. 
Cien elefantes del rey
 en Wostwana se
juntaban. 
 Sol en cubos resistía
 tanto corrupto con
barba. 
 Ya convoca el
referendum
 ya independencia se
palpa.
 Corales tibios
pronuncian 
 catalán en aquel mapa.
 Oh!, qué gritos se
sentían
 por encima de las
casas!
 ¡Qué espesura de
puñales
 y banderas
desgarradas!
 Por calles de
Barcelona 
 las donas suben y
bajan.
 Culés y pericos
juegan
 bajo las nubes
paradas.
 Alrededor del gallego
 gritan la Cospe y Soraya
 y Floriano va rezando
 por su flor
martirizada.
 Paños blancos
enrojecen
 en la Génova cerrada.
 Rumores de tibia
aurora
 Sobresueldos
intercambiaban.
 Catalán enfurecido,
 Arturo huye en su
jaca.
 Peperos le tiran
flechas 
 en los muros y
atalayas.
 Y cuando la soberanía
 eran ya de
resonancia,
 Obama con sus tijeras
 cortó las cuerdas del
arpa.

 
 





