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jueves, 10 de noviembre de 2011

Rajoy y la geografía


Hubo un momento en el pseudo debate bipartidista del pasado lunes en el que los candidatos se dedicaron a faldar.  Rajoy, en pleno delirio, dice que “conoce a fondo a todos los pueblos de España”.  Rubalcaba, filósofo, dice que él también  los conoce e invita a su adversario, desde su condición de diputado por Cádiz, a que visite sus pueblos. Rajoy, en trance, recita algunos de estos pueblos: Cazalla, Constantina…

Todo hermosamente delirante si no fuera porque Cazalla y Constantina, son pueblos de la Sierra Norte de la provincia de… Sevilla y están a más de doscientos kilómetros del lugar donde contextualizaban los escuálidos debatientes.

Es decir, que Rajoy, y en bastante medida Rubulcaba que no precisó ninguna rectificación, saben tanto de la geografía andaluza como de capar ranas. Con lo que la visualización externa de sus conocimientos y de su mal alarde de erudición da bastante que pensar.  ¿Sabrán lo mismo de economía productiva, fórmulas para atajar el desempleo y capitalización de las pensiones que de geografía?

No hay necesidad de ser débiles mentales, el escenario que dibujaron los contendientes es la pila bautismal de la inutilidad. No concretan ni precisan en nada, y cuando se ponen estupendos y quieren presumir, meten la pata hasta el corvejón.

Sí. Es verosímil que nos quieren tomar el pelo. Su ideología, su pensamiento, es el fin, por lo pronto de la inteligencia bajo los focos, su precariedad debería ser el final de una cierta forma de gobernar o de querer hacerlo. Estamos a punto de alcanzar unos altos niveles de ignominia.

Hubo un tiempo en que marchábamos, o al menos eso se dijo, en dirección a la utopía. Hoy, como pollos sin cabeza, corremos hacia ninguna parte. Y al frente, el bipartidismo impuesto y sus llamados líderes.

Lo más consecuente no sería votarlos, sino mandarlos a tomar por la quimera.