Cuando la asamblea nacional se convierte en un teatro
burgués, todos los teatros burgueses deben convertirse en asambleas nacionales,
por eso las paredes tienen orejas, vuestras orejas tienen paredes.
La barricada cierra la calle pero abre el camino y es
necesario explorar sistemáticamente el azar porque la acción no debe ser una
reacción sino una creación.
Es necesario llevar en sí mismo un caos para poner en el
mundo una estrella danzante y tomemos en serio la revolución, pero no nos
tomemos en serio a nosotros mismos.
No es el hombre, es el mundo el que se ha vuelto anormal, el
patriotismo es un egoísmo en masa y el acto instituye la conciencia. Por eso la
burguesía no tiene más placer que el de degradarlos todos.
La imaginación no es un don, sino el objeto de conquista por
excelencia y pensar juntos, no. Empujar juntos, sí, y nuestra esperanza sólo
puede venir de los sin esperanza.
Graciosos señores de la política: ocultáis detrás de
vuestras miradas vidriosas un mundo en vías de destrucción. Gritad, gritad;
nunca se sabrá lo suficiente que habéis sido castrados y prohibido prohibir. La
libertad comienza por una prohibición y hay que cambiar la vida y transformar
la sociedad.
La novedad es revolucionaria, la verdad también y queremos
las estructuras al servicio del hombre y no al hombre al servicio de las
estructuras. Queremos tener el placer de vivir y nunca más el mal de vivir. La
playa está debajo de los adoquines.
Un policía duerme en cada uno de nosotros, es necesario
matarlo.
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