La noticia aparecía perdida en la
página par de un periódico. Sin apenas titulares. Decía: “30 grandes empresas
españolas usan paraísos fiscales para evadir impuestos”. Las treinta empresas,
según un informe del Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa, son
todas integrantes del IBEX-35. Es decir las empresas más importantes del país y
entre ellas están el Banco del Santander, Repsol, Telefónica, el BBVA, Endesa,
Iberdrola…
En el año 2010, los ciudadanos
españoles entregaron a Hacienda el 11,5% de sus ingresos, mientras que las
empresas del IBEX-35 aportaron el 9,9% de sus beneficios. El estudio señala
además que ninguna de las firmas ofrece datos desglosados de los impuestos que
pagan en cada uno de los países en los que están presentes.
Belice, Islas Caimán y hasta la
extravagante isla de Man, en el Canal de la Mancha, son algunos de los destinos
que “nuestros ejemplares empresarios” eligen para “no” pagar sus impuestos.
Llegados a estas alturas uno no tiene
más que remedio que preguntarse, ¿Es que en nuestro país no hay inspectores de
Hacienda, ni fiscales, ni jueces? Dando por descontado que no hay gobernantes,
ya que los que hay, o se disfrazan de tales, son meros lacayos al servicio de
estas empresas, ¿No hay nadie que ponga coto a tal desafuero, Constitución o
Código Penal en mano?
Con motivo de la pasada huelga
general hemos oído al corifeo de la caverna mediática –que en su mayoría son
propiedad de estas mismas empresas- hablar del “enorme daño” que se producía al
país con estas convocatorias y de la irresponsabilidad de los sindicatos que
“no arrimaban el hombro” para lograr la recuperación de nuestra debilitada
economía.
¿En qué quedamos? ¿Se puede tener
el cinismo de hablar de esfuerzos comunes, de sacrificio o de solidaridad cuando
los ingenieros financieros contratados por esta caterva de ladrones se las
ingenian para pagar los escasos impuestos que tributan en el paraíso fiscal que
le pilla más o mano?
Nuestro país es de chiste. Arrasan con derechos de personas y gentes, arruinan
nuestra economía y nuestras vidas y los que tendrían que pagar más impuestos
por ser los que más ganan se van de rositas a Belice a domiciliar el pago de
sus nunca conocidas cuentas.
El mismo día que leía esta
noticia, deliberadamente perdida en el oscuro rincón de un periódico, conocía
como una jueza del Ferrol había impuesto una condena de dos años al atracador
de una charcutería que se había llevado como botín…35 euros. Vale que fuera un
atraco a punta de navaja y con violencia, pero la cuenta sale a 17,50 euros por
año de cárcel.
De mantenerse esta proporción, a
alguien que tiene mucho que ver con la Casa Real, le podría caer una condena de
1.500 años de cárcel, que nadie verá y, con suerte, el año próximo, podrá
encontrar en el rincón más perdido de un triste periódico de provincias la
noticia de que ya no son 30 las empresas del Ibex-35 las que pagan sus
impuestos en paraísos fiscales, porque ya serán las 35.
Responsabilidades fiscales y
penales aparte, en este país sólo pagan impuestos y cumplen condena los
tontos. La gran tortilla de “listos”,
ricos, banqueros, políticos y corruptos varios van a comulgar con Rouco antes
de tomar el avión para Suiza o las islas Caimán.
Más vehemente que su ocasional
santidad es su patriotismo. Hay que oírlos reclamando el derecho a la libertad
y al trabajo, las vísperas de los días de huelga. Sólo.
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