Huelga que te quiero grande.
Huelga fuerte. Lucha
alta.
El obrero sin el sol
y el banquero con ventanas.
Con despido en la cintura
ella sueña en su baranda,
huelga dura, huelga alta,
con ojos de desahuciada.
Huelga que te quiero huelga.
Bajo la España quebrada
los fascistas
gobernando
y los parados sin dádivas.
*
Huelga que te quiero grande.
Grandes burbujas de inmuebles
vienen desde los banqueros
rumbo de la gran estafa.
Rajoy , hace recortes
con sus tijeras de águila
y la Fátima en el Rocío
con la CEOE se las
traigan.
¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde...?
La Merkel, la tía alemana,
y su prima, la del riesgo,
nos meten pesada carga.
*
Comadre, quiero cambiar
mi deuda por altos
guindos,
mis parados por su riesgo,
mi Montoro por su manta.
Comadre, vengo sangrando,
desde el desastre de
Bankia.
Si yo pudiera, mocito,
ese trato se cerraba.
pero yo ya no soy yo,
ni Alemania es ya Alemania.
Comadre, quiero morir
como Franco y en mi
cama.
De viejo, si puede ser,
con los guerteles de
sábana.
¿No ves la herida que tengo
desde el Matas a la Esperanza?
Trescientos casos corruptos
lleva mi pepera blanca.
Tus cuentas rezuman trampas
alrededor de tu “casa”.
Pero yo ya no soy yo,
ni Alemania es ya Alemania.
Dejadme salvar al menos
A Rato, la Botella y Camps,
dejadme salvar, dejadme,
al tío Botín y al Vizcaya,
barandales de Suiza
entre sus cuentas blindadas.
*
Ya suben los dos compadres
hacia sus cuentas cifradas.
Dejando un rastro de sangre.
Dejando un rastro de lágrimas.
Temblaban al sol de los lunes
seis millones de parados,
víctimas de falsa crisis,
que herían las “dos” Españas.
*
Huelga que te quiero huelga,
Huelga grande. Huelga
grito.
Los dos compadres subieron.
El largo paro, dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de estafa y de facha.
¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
¿Dónde está mi “prima” amarga?
¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuántas veces te esperara,
cara dura, despido fácil
desde tu Moncloa
falsa!
Sobre el rostro del
Aznar,
el obrero sin el sol
y el banquero con ventanas,
y desahucios de fría
plata.
Un carámbano de Wert
lo sostiene de las trampas.
La noche su puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos,
en las puertas golpeaban.
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El obrero sin el sol
y el banquero con ventanas.
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