Tu país pasa hambre

 

El pasado viernes una manifestante  dijo a Rajoy en Malta: “Tu país pasa hambre”.  El gallego se puso lívido de ira y calló como un muerto.

 Antes, el martes, el presidente del Consejo General de la Ciudadanía Española, José Manuel Castelao, había dicho: "las leyes son como las mujeres, están para violarlas".

Y el jueves, el portavoz parlamentario del PP, Rafael Hernando, calificó como “un pijo ácrata, indecente” al juez Pedraz.  Antes, había escrito en tres ocasiones en su twiter sobre “la libertad de espresión”. Así, con “s”.  Y en noviembre del pasado año había intentado agredir física y barriobajeramente  a Rubalcaba en el Congreso. Y en mismo lugar había llamado al diputado Alberto Garzón: “payaso y jabalí”.

Este es el real y oculto programa de la derecha española.  La descalificación, el insulto, la agresión,  la violación de las leyes y de las mujeres, el hambre, el analfabetismo hasta de los portavoces…

En un país donde los seis millones de parados “se joden” (Andrea Fabra, dixit). Y donde, efectivamente, se pasa hambre, porque 1.370.000 compatriotas no tienen ningún tipo de ingresos, porque se ha arruinadoa la sociedad civil, a  la sanidad, la enseñanza, la educación y la cultura, a las personas dependientes y se ha desahuciado, a mayor rédito de una banca insolvente, a miles de personas.

Estos son los mimbres y todos conocemos sus cestos.  ¿No hay lugar en sus blandas mentes para sentir vergüenza? ¿Un portavoz que no ha debido de leer nunca como se escribe la  palabra “expresión” nos va a hablar de ella y de la libertad?

Si, Rajoy, en tu país se pasa hambre, y tu partido está plagado de delincuentes que quieren que nos jodamos con vuestra crisis-estafa, que descalifican a los jueces (a los que dicen siempre que hay que respetar), a los candidatos o a los interlocutores de la oposición, y que, en pleno detritus de cargos y oratoria, quieren violar a las leyes y a las mujeres.

Si, Rajoy, tu país, y el mío, pasa hambre.  ¡Tú eres, el hambre, descreído y reinventado facha de las narices!

¡Y si al menos, sus vicepresidentas nacionales y secretarias generales  no se vistieran con esas peinas y mantillas, puente inmediato y gazmoño a la más negra de las Españas!