Al presidente de las islas
(Salomón) no se lo toma nadie en serio. Parece que se ha caído de un guindo. El ministro de Economía de las islas
(Salomón) se llama De Guindos. También se ha caído. Del mismo guindo. Los guindos, las islas, los ministros, los
presidentes, los que se caen, son el hazmerreir del mundo. Mundial.
Esperanza Aguirre quiere acabar
con los sindicatos. Esperanza Aguirre
acabar con el Tribunal Constitucional. Esperanza Aguirre quiere acabar con el
Metro. Aguirre (Esperanza) quiere acabar con los funcionarios (y con sus
sueldos). Aguirre quiere acabar con todo (menos con Franco), todos quieren que
Esperanza (Aguirre) acabe.
Había una vez una Botella casada
con un bigote. La Botella estaba sólo un
centímetro por encima de la profunda (idiotez). A la idiotez la hicieron
alcaldesa, para contentar al bigote. La Botella y el bigote casaron a su niña
en un escorial. La Botella, el bigote,
su niña, la idiotez y el escorial eran el mismo detritus.
A una virgen (de Fátima) que no
había trabajado nunca la hicieron ministra. De trabajo. Y se sacó una reforma (del mercado y de lo
laboral) que dejaba sin trabajo (y sin derechos) a los pocos que lo tenían (el
trabajo y los derechos). Y aumentaron los parados. Y la virgen (de Fátima) le
pidió a otra virgen (del Rocío) que se acabará el paro. Y el paro, los parados y los que tienen
trabajo, todavía no han mandado a hacer el camino (a su casa) a la virgen (de Fátima). La del
milagro.
A un fabricante de armas (de
racimo) también lo nombraron ministro. Además
de fabricar y vender (racimos) era vizconde. De Alesón. Cuando prohibieron la venta de racimos se
enfadó mucho. Y puso una demanda por cuarenta kilos (de racimos). El presidente
del gobierno de las islas (Salomón) le
ha pagado los cuarenta (kilos) cuando se caía del guindo. El milagro de las bombas (de racimo).
El presidente de las islas
(Salomón) tiene un primo. Que es contra ecologista. Y que dice que el cambio
climático es una milonga. El presidente (el de las islas) se ha ido a Río a una
cumbre (del clima). Y todos (primo y milongas incluidos) han hecho el ridi y se
han caído, no al guindo sino al río. Son
como unos hilillosss de plastilina.
Salomón, ¡que digo!, el
presidente (de las islas) no quiere decir “rescate”. Quiere que se diga “crédito”. Entre risotadas de Bruselas nos quiere tomar
por tontos. Se ha cepillado el debate del estado (de la nación) de la jindama
que la ha entrado. Suprimiendo el debate, el Tribunal Constitucional, los
derechos (de los trabajadores) y la palabra rescate también podíamos suprimir
al presidente. De las islas. O de la nación.
Nunca tan pocos, mintieron y
suprimieron tanto. (Salomón).
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