Hoy viajo al cielo. O a una de
sus sucursales. En ella mora, Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, por la
gracia de Dios. Monseñor vive rodeado de teologías, pastores y rebaños. No es
que esté como una cabra –que lo está- es que es ascéticamente conservador. Su
reino son las cartas pastorales, las condenas de todo lo que huela a progreso y
las hogueras inquisitoriales a la “ideología de género”. Un facha en conserva y
con sotana, vamos.
-
Monseñor, ¿Sigue usted preocupado por el exceso
de fornicación ajena?
-
Totalmente.
Mi compromiso de acción con el puro orto fascismo me lleva a ello. Desde Dios, y
sus designios, naturalmente.
-
¿Y ha descubierto algún nuevo complot de la
Unesco?
-
Si. Han
aumentado sus porcentajes. Ya no quieren hacer homosexuales al 50 por ciento de
la humanidad. Ahora aspiran al 75 %.
-
¿Le incluyen a usted?
-
No hace
falta. Yo (y Rajoy) ya somos. Lo preocupante es que lo logren con cristianos como
la Merkel o Sarkozy.
-
¿Hay muchos homosexuales entres sus
colaboradores diocesanos?
-
No. Aquí,
y en todo el mundo, lo que tenemos son pederastas. Pero como se dice: “ gallegos y asturianos, primos hermanos”
-
¿Es usted el obispo más conservador de España?
-
Lo llevo a
gala. Mi reino es de antes de Trento.
-
¿A quien vota?
-
Naturalmente
al PP, pero si presentará Fuerza Nueva, no se, no se… creo que se quedan a mi
izquierda.
-
Creo que tiene usted mala opinión de los grupos
cristianos de base. ¿Dijo usted aquello de “teológicamente protestantes,
eclesialmente democraticistas, socialmente marxistas, moralmente subjetivistas
y relativistas y ascéticamente pelagianos? ¿Se puede ser todo eso a la vez?
-
Si. Y si
votan al PSOE o IU, directamente al pelotón.
-
Cambiando de tercio (o de pelotón), ¿No aprecia
ninguna responsabilidad de su Cabildo Eclesiástico en la quiebra fraudulenta de
CajaSur?
-
No. Dios
nos llamó a administrar los ahorros de los cordobeses durante dos siglos y
hemos hecho nuestra labor, ecuménica y caritativa, por supuesto.
-
Pero se han perdido más de 1.500 millones de los
actuales euros.
-
Ya le he
dicho, que mi reino, y el de Castillejo, no es de este mundo. Dad a Dios lo que
es de Dios y a los mercados lo que es de los mercados.
-
¿No era al César?
-
Que más
da. El FMI, MAFO y las agencias de calificación de riesgo son la misma cosa.
-
¿Cómo va el pulso entre Mezquita y Catedral?
-
Gana la
Catedral por goleada. Donde va a parar una catedral santificada por Espíritu Santo a un chiringuito islámico.
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¿Y si ni Fernando III el Santo se la dio porque
no se fiaba de ustedes, ¿Por qué se han apropiado de ella, inscribiéndola como
un “bien inmatriculado” por 30 euros después de que el Consejo y la Municipalidad cordobesa la hayan conservado y
arreglado durante ochos siglos?
-
Los santos
son muy desconfiados. La Iglesia no le
ha robado a los cordobeses este bien, Patrimonio de la Humanidad, lo administra
santamente para su bien y mejor
conservación
Ah, ya. ¿No es algo
presuntuoso y soberbio –un pecado
capital- por su parte, decir que su palabra “es la palabra de Dios”?
-
Para nada.
Yo diría que estoy convencido de que hasta cuando hago otras funciones
orgánicas, Dios se manifiesta. En mi, todo es Dios.
Dejamos a monseñor, levitando, a
punto de coger una curva sideral que lo deposite en el paraíso conservador. Demetrio es el viento de la doctrina, la pura
certeza de que vivimos en el caos. Todos
somos sus chivos expiatorios. Y Demetrio, en otra vida, seguro que se transmutará
en eso. En chivo.
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