En esta democracia
de las coronas manchadas
donde no hay fiscales
ni trenas
la corrupción y la humedad
comparten colchón
y cuando, por la
calle,
pasa la vida, como un
tesorero encarcelado,
el hombre de la barba
y el “Marca”
saca un sucio
calendario de su
bolsillo manchado, y
grita:
¿Quién me ha robado
el mes de abril?
¿Pero cómo pudo
sucederme a mí?
¿Quién me ha robado
el mes de abril?
Lo guardaba en el
cajón
donde guardo el
corazón.
La carota de la
Mancha, casi todas
las asignaturas (democráticas)
suspendió
en el sobre y
sobresueldo
que aquel Luis le
dejó.
Y cuando en el
Juzgado
la citan
lágrimas de diferido
ruedan por su
simulado
y en los molinos escribe:
¿Quién me ha robado
el mes de abril?
¿Cómo pudo sucederme
a mí?
¿Pero quién me ha
robado el mes de abril?
Lo guardaba en el
cajón
donde tenía el
millón.
La infanta, la bien
amada,
que el fiscal la
defendió
injuriando a su
instructor
enfangando la
justicia
y cuando exhiben esas
risas
de una Audiencia tan comprada,
en el frío de
Ginebra,
a la Green Fish
va y le grita:
¿Quién me ha robado
el mes de abril?
¿Cómo pudo sucederme
a mí?
¿Pero quién me ha
robado el mes de abril?
Lo guardaba en el
cajón
de las cositas de
Noos.
El alcalde que decía
ni un parado admitiría
de haberlo él no
sería
capitular candidato
ahora viene de pazguato
y tomándonos el pelo
con una excusa tan rancia
dice que la “militancia”
justifica su capelo.
También le pega al Green Fish
Y al pueblo le dice asÍ:
¿Quién me ha robado el mes de abril?
¿Cómo pudo sucederme
a mí?
¿Pero quién me ha
robado el mes de abril?
Lo guardaba en el
cajón
con los cuernos de ....
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