Y en esto llego Montoro y mandó parar. ¿Qué pensabais que
iba a hacer una Reforma Fiscal para que los ricos pagasen más? ¡Ni que yo fuera
comunista! ¡Yo soy un aceitunero altivo de Jaén y mientras yo mande en los
dineros, las clases medias, los despedidos, son los que van a llevar la carga!
Y entonces vino Corleone Gallardón y sin que se le cayese un
pelo de las cejas dijo: “Los asuntos de familia se resuelven en familia”. ¡Eso,
y los abortos son una “cuestión de Estado”! El mar tiene sed y el “Gallardo”
barre para adentro. En cualquier democracia bananera el ministro de Justicia
hubiera dimitido por proteger –cochera adentro- a un conductor fugitivo y
ebrio, pero los corleones son ciegos para los suyos, y, al amanecer, van unidos
a su cossa nostra.
En nuestro propio delirio, dos mil invitados de España,
piedra y sol, inclinan la cabeza ante “El Preparaó VI”, pero en la estéril y paridora, indignidad
democrática de este país de mansos y cabestros, el monarca agraz, inclina su
coronada testa ante Rouco y el legado de Roma. La cruz por encima de la espada. Y de las
patrias, venidas a menos.
En las olas turbias, el hijo del cazaelefantes, hace su
primer acto oficial reuniéndose con los familiares de las víctimas del terrorismo…
de ETA. Novecientas en treinta años.
Con los familiares de trescientas mil
víctimas del franquismo, ochenta y ocho mil enterradas en cunetas y fosas
comunes, no se ha reunido ni se le espera. ¡Yo sé que no muere el canto, que no fallece
la brisa… dijo Albertí.
Y parió la burra. Dice un juez suizo –que son como los
relojes pero con puñetas- que el titular de seis cuentas en el país de Heidi es
nada más y nada menos que de don José María Ruiz Mateos. ¡Que te pego
leches! Es decir que Bárcenas usaba como
tapadera las cuentas del opusdeista jerezano y las de Luis Fraga, de la misma “obra”.
¡Todo queda en casa! El Opus, el PP, Rouco, la evasión fiscal, las donaciones,
los sobresueldos, los contratos y la Marca España.
El Partido Monárquico de Raíces Republicanas, alias PSOE, se aparta –sólo absteniéndose- del aforamiento
de uno de los dos reyes que tenemos –también tenemos dos papas- no vaya a ser
que se les vea demasiado el plumero, lo cual parece difícil, porque lo que se
dice vérselo, se la ha visto mucho.
Me acuerdo de Blas de Otero: ¿Dónde estás Blas? Está en el
fondo de mar, con los ojos abiertos. ¿Dónde estás Pueblo de España? Está
muerto. Con los ojos cerrados.
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