Una tal Fátima Báñez García, que
firma como Ministra de Empleo y Seguridad Social, me ha dirigido una carta.
Mi primera reacción la tuvo mí hígado, aunque logré contenerlo,
luego, una lenta y sorda rabia subió, como un oleaje, hacía algún lugar oculto
de mi cerebro, pero el daño ya estaba hecho.
Cuando en vuelto en mí, cuando sé
que mi pensión mensual va a “subir” 2,39 euros cada mes, me he quedado más
tranquilo y le he escrito a la tal Rocío, digo Fátima, la siguiente carta, y
como sé que si se la mando personalmente podría servir para uno de los más innobles
actos del saneamiento de su anatomía, mejor la público en mi blog. Dice así:
“Estimada imbécil:
¿Por qué empieza usted su escrito
llamándome “estimado” cuando por sus hechos, actos y palabras no me tiene
ninguna estima, ni a mí ni a la generalidad de pensionista y jubilados de este
país?
¿Por qué me da como una buena
noticia que mi pensión “ha aumentado el 0,25 por ciento”? ¿No tiene usted
sentido del ridículo? ¿Cómo puede usted gastarse más de un millón de euros del
erario público en “comunicarnos” por carta tamaña afrenta social?
¿Cree usted que con esta ridícula
cantidad puedo hacer frente al incremento y deterioro de mi capacidad
adquisitiva como consecuencia de las muchas y desafortunadas medidas tomadas
por usted y por el Gobierno del que forma parte?
¿Cómo puede tener la desfachatez
de recordarme que “a pesar de la difícil coyuntura” mi pensión subió un 1 por
ciento el pasado año, cuando con el incremento del que alardean, usted y su abuela,
apenas pude compensar la décima parte del innovador repago de los medicamentos
que su Gobierno y su desdichada política neoliberal supuso para mi economía?
Dice usted que “Seguimos
trabajando para conservar un sistema de pensiones sólido, estable y solidario”.
¿Trabajar? Usted no ha trabajado
en su vida y si lo ha hecho en el Ministerio que le tocó en la tómbola ha sido
para perpetrar una reforma laboral siniestra y sangrante, con el resultado que
todos conocemos, y, cuando todavía no nos habíamos repuesto, su torpe cerebro
se inventa una fórmula de revalorización
de las pensiones que es un atentado a las garantías y derechos de los que hemos
cotizado a la Seguridad Social hasta 37 años, como es mi caso.
Usted, como yo, somos andaluces,
por lo que se puede aplicar aquello de “entre caló y caló no cabe la
buenaventura”, así que usted sabe perfectamente donde mandamos los andaluces a
quien agravia tan injusta y arteramente como usted hace a un grupo social tan
necesitado de protección como somos los pensionistas. Dese por aludida, váyase…
allí.
¡Tome nota, pepera de mierda, no
vuelva a manchar mi correspondencia con ninguna nueva carta que ofenda mi salud
y mi inteligencia!
Tenga usted buen viaje de regreso
a la necedad absoluta de donde viene. “
.
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