El gobernador del
Banco de España, Luis María Linde, ha propuesto en su memoria anual explorar la
posibilidad de contratar con carácter "excepcional" por debajo de
salario mínimo interprofesional, que se encuentra actualmente en 645,30 euros
al mes.
Casualmente, ese
mismo día, se ha conocido que Linde percibió un salario bruto de 81.320 euros
entre junio y diciembre de 2012, durante sus seis primeros meses al frente de
la institución, a la que llegó el 11 de junio de 2012 para sustituir a Miguel Ángel
Fernández Ordóñez.
Es decir, un señor
que no tiene competencia alguna sobre derecho y legislación laboral, que no es
un agente social y que debería estar preocupado del caos, debacle y estafa que la Banca mantiene en
nuestro país, se mete en los pepinos de la huerta de otros y quiere que se
contrate por debajo del salario mínimo interprofesional que ya es de los más “mínimos”
de Europa.
Su antecesor, el
inefable MAFO, vio impasible como estallaba una monumental burbuja
inmobiliaria, vio cómo se desmoronaban entre la incompetencia general y el
despiporre finaciero toda la estructura de las Cajas de Ahorro, como se
producía un agujero de 300.000 millones de euros, y todas sus comparecencias ante los medios
informativos eran para pedir que no subieran los salarios, que se aumentase la
edad de jubilación o que bajaran las pensiones.
Genio y figura,
este es el “trapío” de esta casta bovina que ocupan nuestras instituciones y
nuestra banca.
Linde ha perdido
una inmejorable ocasión de quedarse calladito. Podría haber abierto su bocaza
para referirse a las indemnizaciones, retiros y sueldos multimillonarios que
siguen cobrando los directivos de cualquier banca, caja o chiringuito sostenido
por el esfuerzo recortado de todos, podría haber opinado sobre el auto del
Tribunal Superior de Justicia que asimila las “preferentes” a una presunta
estafa a un segmento de personas desprotegidas de la sociedad, pero no, Linde,
haciendo honor a la rancia palangre española, al “manolismo chulapero y olé,,
le parece más oportuno, meterle el dedo en el ojo, a los españolitos que cobran
el salario mínimo.
España es un país
singular. Un tipo que gana 15.000 euros al mes quieren que los que ganan 600,
ganen menos, para garantizarse su obsceno dominio de clase y la blandura de la
moqueta de su despacho.
Le propongo un
trato. Vale que algunos ganemos menos que el SMI, pero que todos, incluyéndole
a él, a Blesa, a Aznar, a la Cospe, a Soraya y a su puta madre, les impongan,
hasta que yo diga, el referido salario
mínimo.
Interprofesional
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