El periodista
Alfonso Rojo ha dejado, por escrito, una visión de lo que piensa la “derechona”
del estado actual del país. Ha dicho que “no se pide permiso a los pavos para
celebrar la navidad”. Muy revelador.
Otro presunto periodista,
Francisco Marhuenda, ha calificado como “basura comunista” a un cierto sector
de la opinión pública, expresando con aterradora precisión el antifaz
democrático de los de su clase y condición.
Es decir, que la
derechona patria está crecida y casi al mismo nivel que en la horrorosa Guerra
Civil, y han recuperado al completo su espíritu cainita, abandonando, sin
complejos, cualquier atisbo de falsa reconciliación y mascarada democrática.
No hay que pedir
permiso a “los pavos” para celebrar la navidad de la corrupción y el recorte
sin entrañas, dejar a 340.000 alumnos de las clases populares sin becas,
triturar a jueces que investiguen desmanes y poner al ministerio fiscal a
defender a los delincuentes del soborno y la financiación ilegal.
Este país es una “unidad
de destino en el mangoneo universal” y el cinismo aparece en grado de
convulsión. Los voceros de la banca y los empresarios sobornadores aparecen con
descaro y virulencia, nos llaman “pavos” y “basura” y se vuelven a su cubo del
sobre y el paraíso fiscal.
Pueden ocurrir
varias cosas. Una, que prosigan con su “navidad”, atacándonos cada día el
pescuezo en forma de reformas, privatizaciones e impuestos, jactándose de su condición
de clase dominante y bendecida por sus sobornadas urnas, y otra, que los “pavos”
se rebelen y manden a todos los marhuendas y esas odiosas entidades del crimen y la paranoia organizadas
al exilio forzoso de sus privilegios.
Este país es, desde
tiempo inmemorial, una puta mierda. Hemos soportado “reconquistas”, falsas
unidades, austrias y borbones, cánovas y sagastas, caudillos y corinnas y ahora
tenemos una generación de aznares y rajoys, de basuras, marhuendas y pavos ,
viles y patéticos, que desde las tertulias y la cartera llena, se empeñan en amargarnos
los días y las horas.
Tengo una ilusión,
y una esperanza, cualquier día de estos, a los pavos se le inflaran los
genitales hasta el límite de lo insoportable y mandaran a estos salvapatrias a
una baratija de navidad. Y sin pedir permiso. También.
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