Veo un chiste de “El
Roto”. ¡Qué digo chiste, mucho más que un comentario editorial: “Cuando
despertaron, la democracia ya no estaba allí!
Leo una información
en info.libre: “El PP destinó 28 millones en seis años a retribuciones de 100
dirigentes”. La lista la encabezan Luis Bárcenas y Mariano Rajoy, con más de un
millón de euros brutos de salario cada uno en el periodo 2006-2011, según
consta en las cuentas entregadas por el partido al juez Ruz. Buena parte de los
beneficiados cobraban ya un sueldo como parlamentarios, pese a lo cual
recibieron remuneraciones prohibidas por la Ley Electoral”. “Los extesoreros
del PP Luis Bárcenas (1.107.395 euros) y Álvaro Lapuerta (594.566), la
exresponsable de las cuentas en el partido en Valencia Cristina Ibáñez
(220.517), el exalcalde de Pozuelo de Alarcón (Madrid) Jesús Sepúlveda (316.269
euros) y el exeurodiputado del PP Gerardo Galeote (373.424 euros) cobraron
entre 2006 y 2011 un total de 2,6 millones. Todos ellos, excepto Galeote, están
imputados en Gürtel.”
Y no, la democracia
ya no estaba allí. Había volado a lomos de la gran resaca corrupta. Un partido
que gobierna con mayoría absoluta ha destinado entre 2005 y 2011, 28 millones
de euros a pagar sobresueldos a su cúpula dirigente cuando el país se
desangraba, cuando el átomo de la crisis se desintegraba en forma de explosión
de recortes, de derechos y de sueldos, y esta clase dirigente, pregonera de la
austeridad y el austericidio, se enriquecía con la sopa boba de sobres,
sobresueldos y gratificaciones para sonrojar a los pingüinos.
¡Y no les da la más
mínima vergüenza ni el menor asomo de dignidad por esbozar una dimisión! Han
estado sangrado al pueblo, lo han dejado sin derechos laborales, sin educación,
sin sanidad, sin prestaciones a personas dependientes, sin pagas extras a los
funcionarios, han atracado el poder adquisitivo de los pensionistas y ellos se
enriquecían con unos fondos de un más que dudoso origen y finalidad.
¿Hay una señal que
indique donde está el límite de tanta indignidad? Siguen siendo ministros,
secretarios generales de esto o aquello y en el infinito rostro no les aparece
el menor rubor. Y cobran dobles indemnizaciones por viviendas y circulan en
torno a nuestra sepultura, mintiendo y regodeándose con su estafa mental, con
su mercancía averiada de democracia para listos.
Si, hemos estado
dormidos, y cuando hemos despertado de este mal sueño, la democracia se había
ido. Con el fulgor de una política
vacía, de un jolgorio general de corruptos, de una historia sin entierro.
Ellos, los que todo
lo explican desde el simulado o el diferido, se indemnizan por todo, cobran por
todo, fornican por todo, se toman los gin-tonic a la envergadura del descaro y,
además, los votamos.
Irradian claridad,
no hace falta nada más para que nos levantemos y pongamos su espíritu neto
entre rejas. Son vulgares ladrones, de derechos, de dineros y de sueños.
Y algunos sueños,
vuelan.
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