Acabo de ver el discurso de Pedro Sánchez como candidato a la
investidura como Presidente del Gobierno. No puedo decir que esté ni impactado,
ni traumatizado, ni, muchos menos, emocionado.
Es lo que tiene el socialismo en su versión socialdemócrata,
que es absolutamente previsible. Que hay que, pongamos por caso, bombardear
Libia, se bombardea. Que hay que pactar con el diablo, se le piden prestados
los cuernos.
Pero cojo con urgencia el teclado porque recordando a un
amigo mío –probablemente “el mejor” en muchas cosas- que decía que en política hay que “jugar a la florentina”.
Evocaba así a la Florencia de los Médicis donde, decía, “los rivales se
apuñalaban entre sí con una sonrisa”
Ante el atosigante relato en verbo indicativo de Pedro
Sánchez –hubiera sido mejor en subjuntivo- de “la semana que viene” se me ha
ocurrido algo en la línea, también florentina, de Maquiavelo.
Militante en la práctica de Izquierda Unida, pero muy
cercano a Podemos, sugeriría a la formación de Pablo Iglesias que atendiera el
ruego crispado del PSOE y se abstuviera. Que salga elegido Pedro Sánchez,
Presidente del Gobierno.
¿En qué condiciones iba a gobernar? Absolutamente supeditado
al voto de la izquierda y de los nacionalistas.
Era el momento de exigirle la aprobación, más o menos inmediata, de todas las medidas progresistas y anti-PP
que pueda haber en su acuerdo con Ciudadanos.
En el momento que se mostrara renuente o no cumpliera alguna,
abajo con él y su gobierno. En cuanto tuvieran que aprobar unos presupuestos
que pretendieran plasmar una política neoliberal, más de lo mismo.
Esta situación nos vendría bien para combatir la miseria
física y la melancolía que nos ha impuesto el PP y el tiempo entero se acumularía
en el presente. El pasado de Rajoy sería una liquidación y el futuro
socialdemócrata no pasaría de una hipoteca.
No creo que el dúo Sánchez-Rivera obtuviera mucha “gloria”
de esta tesitura y al menos, el consuelo de verle la cara a Rajoy, Hernando o
Celia nos compensaría con creces de esta
calentura.
Veneno puro.
Muy buena idea, pero este es capaz de coger la flauta como el de Hamelin y hacer con tos lo que le salga de los huevos como ha hecho con el torero ........... (Rivera coño)
ResponderEliminarGracias, Califa.
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