El Fondo Monetario Internacional se
creó el 22 de julio de 1944 con el objetivo de “fomentar la cooperación monetaria
internacional, garantizar la estabilidad financiera, facilitar el intercambio
internacional, contribuir a un nivel elevado de empleo, a la estabilidad
económica y hacer retroceder la pobreza”.
Cuando se han cumplido 67 años de
su creación se puede afirmar, con absoluta rotundidad, que no cumple, ni ha
cumplido ni de lejos, ni uno sólo de sus objetivos fundacionales y que, antes
al contrario, es una institución “tomada” por la ideología neoliberal para
impartir, dictatorialmente, sus principios y postulados a todos los países del
planeta.
El FMI ha fracasado estrepitosamente
en todas sus actuaciones, sus políticas
(especialmente, los condicionamientos que impone a los países en vías de
desarrollo para el pago de su deuda o en otorgar nuevos préstamos) han sido
severamente cuestionadas como causantes de regresiones en la distribución del
ingreso y perjuicios a las políticas sociales.
Las actuaciones en Argentina en
2001, en Grecia en 2010 y en Portugal en 2011 son todo un ejemplo del más
completo fracaso de sus medidas, recetas e implementación de políticas
económicas. Con todo, la no previsión de la gran crisis económica de 2007, sus
efectos, sus consecuencias y el dictado de normativas erróneas son su peor “debe”.
El FMI, “”gobernado” por el
español Rodrigo Rato, no analizó la
degradación de las normas para la concesión de hipotecas, ni el riesgo de esta
situación para las instituciones financieras y "se mantuvo optimista sobre
la propensión a la titulización para diluir los efectos” En 2007, los informes
del FMI afirman que "las perspectivas a medio plazo siguen siendo
envidiables". El FMI daba incluso la bienvenida a las "innovaciones
financieras" y recomendó a otros países avanzados el uso de los mismos
métodos que los Estados Unidos y el Reino Unido.
Un completo y avasallador fracaso
que ha traído la ruina, el paro y el hambre a millones de personas del planeta
y por el que sus principales actores no han pedido ni disculpas. El FMI va por detrás
de la realidad y de la sociedad. Los diagnósticos son erróneos, las recetas
inapropiadas y los tratamientos ruinosos.
Puede ser anecdótico pero sus
tres últimos directores gerentes, Rodrigo Rato, máximo responsable del agujero
de más de 50.000 millones de euros de Bankia y con posibilidad de ser
procesado; Dominique Straus-Kahn,
procesado por delitos sexuales, y la
actual, Christine Lagarde, procesada por un delito de
financiación ilícita con responsabilidad electoral, son ejemplos asociados de
ineficacia extrema y corrupción.
¿Con qué autoridad moral, técnica
o científica puede pedir el nefasto FMI que se reduzca el sueldo de los
españoles un diez por ciento?
Sobre esta caterva de ladrones
internacionales, secundados por otros ladrones “locales”, solo cabe amotinarse
y recrear su biológica inutilidad en nuestra memoria.
Dicho en castizo: “los milagros
que vaya a hacer Rato, que nos los cuelguen en los …”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario