Estoy sobre-cogido. No entiendo cómo se puede haber liado parda por un
quítame allá esos sobres. Anoche casi no duermo. Pensar en el pobre Mariano, en
el pobre Bocanegra, en el pobre don Luis –el Cabrón- , en la pobre patria,
sometida y sometidos al furor de las lenguas viperinas del rojerío y las
herencias recibidas.
¡Y yo que empezaba a estar reconfortado por los “brotes verdes” de nuestra
economía! ¡Por el esfuerzo, ímprobo, que lumbreras como el De Guindos y el
Montoro estaban realizando, haciendo el salto del tigre sobre la Merkel!
Y ahora viene don Luis, quiero decir El Cabrón, y dice que no se quiere
comer solo el marrón de los 22 kilos. Que aquí habéis “trincaó” todos y que el que avisa no es traidor. ¡Y a la pobre Cospedal que “no le consta”, y
al pobre “Campeón”,- que compartió puerta de despacho contiguo con don Luis
durante ocho años, tampoco!
Para mí que todo esto es una casualidad. O una conspiración de alcantarilla
entre Pedro Jota y la condesa consorte de Murillo. ¿De qué va tener don Luis cuentas corrientes
en un banco suizo por hasta 22 millones de euros? ¡Ni que hubiera estado
robando durante veinte años a todos los españoles! ¡Con lo honrados y “ejemplares”
que son todos en esa casa! Empezando por la Trotona, quiero decir por don Mariano,
incapaz, como ya se ha demostrado, de decir nunca una mentira.
¿Y digo yo, mira que si lo de los sobres con billetes hasta con quince mil en su interior fuera verdad, el
cabreo que habrán pillado los que no trincaran, que a eso, a eso es a lo que se
refiere la Sorayita, “la Cómica de la
lágrima ensayada”?
Seguro que me van a tomar por machista y cercano en lo de la “política de
género” al obispo de mi pueblo, pero si se pudiera hacer un pack, o paquete con
las tres, con sus mantillas y peinas puestas, y encárgale a Corinna un safari de elefantes que se perdiera
en Malí, en el Sahel o en la Dipu de Ourense
algunos tocarían desde la trompeta al tan-tan.
¡Con lo hermoso que es ser honrado, cobrar cada mes tu sobrecito en negro y
hablar de los “imprescindibles esfuerzos, duros pero necesarios”!
A ver, señor presidente, ¿Sabe usted lo que es “llevárselo calentito?
¿Qué quiere que le diga?
¿No le consta?
Génova soy yo. Y mi circunstancia.
¡Marchando una de “circunstancia”,
de los grandes y en sobre manila!
Algunos, mal pensados, dirán que esto es un saqueo, una estafa sobre otra
estafa. Pero no, esto son sólo los entremeses. Falta el “marisco”. Y todo el
arroz.
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